Autor de la biografía ficticia de Miguel de Cervantes hace una profunda reflexión sobre la identidad desde una riesgosa posición literaria.
Federico Jeanmaire es un escritor argentino y cervantista entre cuyas obras destacan la biografía ficticia de Miguel de Cervantes "Miguel" (1990) y las novelas "Mitre" (1998), "Vida interior" (2008) y "Más liviano que el aire" (2009).
En su última obra, "Tacos altos", el literato nacido en Baradero en 1957 hace una profunda reflexión sobre la identidad desde la riesgosa tarea literaria de ponerse en la posición de una joven china crecida en Buenos Aires.
Tacos altos (2016) (Richtig höhe Absätze), la primera novela traducida al alemán del escritor argentino Federico Jeanmaire, narra la historia de Su Nuam, una adolescente china, crecida en Argentina, que tras la muerte de su padre en un incendio en un supermercado chino en Buenos Aires, debe lidiar con el duelo de su pérdida y con su paso a la adultez.
El libro es una reflexión en primera persona sobre la complejidad del concepto de identidad, del de crecer entre dos culturas y dos idiomas. En el marco de su visita a la Universidad de Colonia, DW habló con el escritor argentino sobre su riesgosa tarea de escribir y hacer esta reflexión desde la perspectiva de una joven china en Argentina.
- ¿Qué lo llevo indagar el tema de identidad en su novela Tacos altos desde una perspectiva tan ajena como lo es la de una adolescente china?
- En primer lugar, porque me gusta tomar riesgos. Y convertirse en una niña china de 15 años durante una determinada cantidad de tiempo lo es. Son riesgos que me gusta tomar, porque no me gusta repetirme; no me gusta hacer dos libros parecidos. Tengo otra novela (Más liviano que el aire), que creo que sale el año que viene en Alemania, dónde, por ejemplo, la protagonista es una señora de 93 años.
En el caso particular de Tacos altos, a mí siempre me interesó muchísimo el mundo chino y su cultura. En Argentina hay una gran inmigración china: hoy en día son casi 200.000 chinos en el país, quienes, en su gran mayoría, se dedican al comercio. Tienen lo que nosotros llamamos supermercados de cercanía, que tú tienes cada 100 a 200 metros, así como sitios para lavar ropa. Yo, por ejemplo, voy a uno.
En Argentina se tienen muchos estereotipos sobre los chinos, un imaginario muy fuerte contra el cual quise trabajar, ya que mi idea de los chinos es bastante distinta al del imaginario popular. Para muchos argentinos, los chinos son como seres de otro planeta. Y como occidentales se ven a sí mismos más prácticos, más en el mundo. Yo creo que es todo lo contrario, para mí la cultura china es una de las más prácticas que hay. A mí, en lo personal, me han caído siempre extraordinariamente bien. En Argentina, en cambio, la inmigración china no fue muy bien recibida. La gente no les tiene mucha simpatía. Por ejemplo, hay gente que cree que en los supermercados apagan las heladeras en la noche para ahorrar. Y tonterías así.
Por esto, el libro trabaja el tema de la identidad, porque creo que es el gran tema de este momento en el mundo. En este caso, los argentinos, mayoritariamente todos inmigrantes, que llevamos más tiempo en el continente, nos creemos que somos más argentinos, mientras que el chino no lo es. Así que la novela la he trabajado desde un imaginario que no es el común argentino, sino desde una perspectiva de lo que a mí me parece que es la cultura china. En mi novela, la historia gira entorno a una niña que debe tomar decisiones todo el tiempo, y debe crecer, por eso el nombre de la novela; una niña que se convierte en mujer muy rápido y que tiene para mí ese condimento fundamental chino que es lo práctico.
- ¿Ha tenido la oportunidad de ir a China?
- Hace unos diez años hice un viaje por Europa con mi hijo para que conociera los lugares en los cuales yo había vivido en la época de la dictadura militar. Y cuando volvíamos en el avión le pregunté: "¿Si tuviéramos mucho dinero a qué otro lugar te gustaría ir? ". Y me dijo: "A la China". En ese viaje de vuelta quedamos que si alguna vez teníamos mucho dinero, haríamos un viaje a la China. Justo el año siguiente me gané un premio muy importante en Argentina, el Premio Clarín de Novela, el cual te da mucho dinero. Mi hijo, que no estaba conmigo, nunca pensó que yo iba a ganar, ya que anteriormente había perdido muchos. Sin embargo, gané el premio. Y un compañero de escuela de mi hijo, al verme en la televisión, lo llamó por teléfono y le dijo: "¡Tu papá ganó el premio!". Por lo que enseguida mi hijo me llamó al celular, y, en vez de decirme "que bien, por fin ganaste", me dijo: "¡Nos vamos a China!" (risas). Y así fue. Al mes de eso fuimos a China.
- ¿Cómo llegó a ser esta su primera novela traducida al alemán? ¿Cree usted que justamente el tema de identidad, que está tan vigente en Europa a raíz de las grandes migraciones, influyó en esta decisión?
- La verdad que no sé por qué la tradujeron. Es difícil saber por qué alguien decide en un momento traducirte. Yo acabo de firmar un contrato para que una de mis novelas salga en lengua árabe, lo que me impresiona mucho. Pero supongo que el tema de la identidad sí ha influido. Este año salió esta novela y el año que viene saldrá otra que se llama Más liviano que el aire (Premio Clarín de Novela 2009).
- El personaje en Tacos altos lidia con muchos tipos de identidad: la cultural, familiar, generacional, personal de transición a la adultez, del idioma, entre otros. Bajo la lupa de esta reflexión, ¿qué es para usted identidad?
- Es imposible definir la palabra identidad. Si bien es el gran concepto de la actualidad, tiene tantas definiciones y particularidades que es todo y nada al mismo tiempo. Por ejemplo, hay quienes se identifican según su deseo sexual. Pero esto es solo una parte del ser humano. En mi caso en particular, en la novela, para que no se convirtiera simplemente en un caso de identidad chino-argentina, a mí me interesó mucho que la niña tuviera 15 años, en plena adolescencia. Lo que me obligó a pensar en el concepto de identidad de una manera mucho más compleja.
Aparte de esto, hay una tercera cuestión en la novela, muy relacionada con la identidad, que es la lengua. Para mí la lengua está en la base de la identidad de cualquier persona. Y los chinos que están en Argentina y en el resto del mundo, fuera de su país, tienen una relación con su cultura que nunca se termina. No son unos inmigrantes que tienden a olvidar su lugar de origen, sino todo lo contrario, hacen todo lo posible por volver cada tanto, por criar a sus hijos dentro de esa cultura. Así que el tema de una niña que tiene que aprender otra lengua, que tiene que pensar en otra lengua y que tiene que convivir con esa otra lengua, me pareció también muy interesante.