Uso intensivo del suelo conduce a un agotamiento del recurso, debido a los fertilizantes químicos y raleo de bosques que ello conlleva.
Tailandia es uno de los mayores exportadores mundiales de carne de ave de corral. Eso se traduce en una gran demanda de maíz forrajero, que se emplea para la alimentación de estos animales.
Para poder mantener un rendimiento estable, cada vez más agricultores del país cambian al monocultivo de maíz. Sin embargo, esto conduce a un agotamiento del suelo, ya que los labradores hacen un uso excesivo de fertilizantes químicos o despejan el bosque de árboles para dejar paso a nuevas tierras de cultivo.
La organización de protección ambiental WWF está ayudando a los agricultores a encontrar alternativas para el cultivo de maíz con la esperanza de frenar la destrucción del ecosistema.
Se trata de un proyecto de tres años que promoverà la producción y el consumo sostenible y respetuoso con el clima para frenar la deforestación a gran escala destinada al cultivo de maíz forrajero.
Implementación del proyecto. La iniciativa se propone asesorar al gobierno tailandés, establecer cadenas de producción y suministro sostenibles, así como poner en marcha campañas de información para los consumidores.
Además de Tailandia, el proyecto abarcará a Indonesia y Filipinas. En Tailandia, el personal opera en dos regiones modelo: Chiang Mai y Nan. El objetivo es llegar a 200 hogares.
El presupuesto llega a casi US$4,9 millones de dólares) para los tres países en el marco de la Iniciativa Internacional de Protección del Clima (IKI, por sus siglas en alemán), de los cuales Tailandia recibirá alrededor de un millón de euros.
Los ministerios tailandeses de medio ambiente y agricultura y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) son los socios que dirigen el proyecto.