Mandataria desea anticipar las posibles consecuencias para Taiwan de tal situación, por lo que instó a asesores a plantear medidas de respuesta.
La presidenta Tsai Ing-wen convocó el 20 de junio una reunión con altos funcionarios para analizar el impacto en Taiwan de una posible guerra comercial entre Estados Unidos y China continental.
Según el vocero de la Oficina Presidencial Alex Huang, la mandataria desea anticipar las posibles consecuencias para Taiwan de tal situación, por lo que instó a los altos cargos a plantear medidas de respuesta.
Durante la reunión, Tsai escuchó un análisis de la situación presentado por funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional (NSC, siglas en inglés). Al encuentro también asistieron el primer ministro Lai Ching-te, la secretaria general de la Oficina Presidencial Chen Chu y el secretario general del NSC David Tawei Lee.
Siguiendo las instrucciones de Tsai, el NSC estableció un grupo de trabajo para monitorear los últimos acontecimientos en medio de la creciente tensión entre las dos economías más grandes del mundo, informó Huang.
Citando el análisis del NSC, Huang señaló que el impacto de un arancel de 25% anunciado por Estados Unidos sobre las importaciones chino-continentales por valor de US$50 mil millones estadounidenses será limitado.
Sin embargo, advirtió Huang, si EE. UU. impone un arancel del 10% sobre los bienes chino-continentales incluidos en la “lista dos” , que incluye petroquímicos, semiconductores y partes para aviones y automóviles, por valor de 200.000 millones de dólares estadounidenses, el impacto sobre Taiwan será mayor.
Si EE. UU. y China continental adoptan medidas de “ojo por ojo”, los mercados financieros mundiales se verán fuertemente sacudidos y podría causar que el proteccionismo se extienda por todo el mundo, aseveró Huang, apuntando que se considera muy baja la posibilidad de que se dé una situación tal.
Debido a que es probable que el conflicto comercial entre EE. UU. y Chian continental se alargue, el informe del NSC sugiere que Taiwan debe permanecer en alerta máxima ante posibles cambios estructurales, tales como cambios drásticos en la cadena de suministro mundial o en el papel de las compañías taiwanesas en la cadena de suministro regional entre Taiwan y China continental, así como cualquier posible impacto en las relaciones entre EE. UU., China continental y Taiwan, indicó Huang.