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Tatiana Cruz, la más novel promesa uruguaya del ballet
Lunes, Marzo 5, 2018 - 09:59

Apadrinada por Julio Bocca, tiene 15 años y ya representó a su país en el certamen Prix de Lausanne.

El Observador | Tatiana Cruz habla muy poco, solo lo estrictamente necesario. Tiene 15 años y lo que más hace es bailar. Y lo hace sobre todo escuchando. Quienes trabajan con ella aseguran que absorbe las correcciones y las aplica con rapidez.

Eso, según sus profesores, la destaca entre sus pares en la danza. Su talento e inteligencia hicieron que Julio Bocca intercediera ante la organización del Prix de Lausanne de Suiza para que abriera un cupo para Cruz. Después de que Cruz fuera finalmente admitida para participar en el premio, el ex director artístico del Ballet Nacional del Sodre decidió pagarle el pasaje.

La bailarina vive en Shangrilá y es la mayor de cuatro hermanos. Al frente de su casa su abuela atiende una peluquería. Cruz cursa seis horas diarias en la Escuela Nacional de Danza cada tarde, después de asistir al Liceo N° 20 de Punta Gorda en las mañanas. El ómnibus que la transporta de ciudad de la costa hasta la capital es el espacio que tiene para almorzar y estudiar.

Desde 2014, cuando comenzó a tomar clases de danza, Tatiana mantiene este régimen. Sale poco porque su tiempo libre lo dedica a descansar.

"Desde antes me gustaba bailar, ponía música, improvisaba", contó Cruz a El Observador. Sobre todo era música pop. "También hacía bailar a mi familia", agregó.

Una bailarina del Ballet Municipal de Chile le vio condiciones durante su primer año de clases y le ofreció prepararla.

"Eso también me ayudó a darme cuenta y también, a mis padres. Así puede empezar en un lugar bueno y hacerlo profesionalmente", contó la bailarina.

Descubrió el ballet en Chile, ya que vivió parte de su infancia en Santiago. En aquellos años, el ministerio de cultura chileno entregó cuatro becas a niñas de su jardín de infantes. Cruz fue una de ellas. Así que a los cinco se puso por primera vez las zapatillas de ballet.

Su familia volvió a Uruguay cuando ella tenía seis. Más allá de la mudanza, Cruz siguió con sus clases de ballet en Ciudad de la Costa. Hasta que a los ocho audicionó para la Escuela Nacional de Danza.

Bailó con el Ballet Nacional del Sodre (BNS) en La Sílfide en 2013; era la hermana de uno de los personajes principales.

"Era muy chica y el escenario muy grande. Aparte recién había entrado a la escuela. Estuvo muy lindo", recordó Cruz.

El coordinador académico de la Escuela Nacional de Danza, Paulo Aguiar, dijo que la rapidez de la joven bailarina se notó cuando debió aprenderse la coreografía de La Sílfide. Aguiar asegura que lo hizo más rápido que los bailarines profesionales del BNS.

Antes – en 2011 y 2012– participó en el Cascanueces como ratoncita e hizo de una flor en un sueño del Corsario.

"Es muy inteligente, rápida, con facilidad para aprender y asimilar las cosas", aseguró Aguiar. La rapidez de Tatiana para aprender sorprende a profesores de Uruguay y el exterior.

Cuando estuvo en la escuela del Bolshoi en Brasil los docentes quedaron contentos y con mucha expectativa en ella, según contó su padre Darío Cruz.

En la familia no había hasta Tatiana ninguna vinculación con el ballet. Desde niña sus padres la acompañan y apoyan en su proyecto como bailarina y ahora siguen el ballet con pasión.

Sus padres cuentan que la adolescente ya es muy consciente de lo que hace con su tiempo. No fue al viaje de egresados de sexto de escuela ni a muchos de los paseos con sus compañeros. Ella lo asume con responsabilidad: vive y respira por el ballet. "Es parte de la carrera ser disciplinado", dijo su padre.

El 25 de enero pasado Tatiana Cruz se subió a un avión y voló hasta Suiza para demostrar su talento en uno de los certámenes más prestigiosos a nivel internacional para jóvenes bailarines, el Prix de Lausanne.

En la edición 2018, se presentaron 74 talentos de 16 países. Presenciaron la competencia profesores de grandes compañías como la Opera de París y el Royal Ballet. Entrar en esta última es uno de los sueños de Cruz.

Es admiradora de Marianella Núñez, la primera bailarina del Royal Ballet que es argentina. Y además analiza mucho a todas las bailarinas de esa compañía. "Tienen cosas muy lindas. Expresividad y técnica", describió Cruz. Además, Núñez se fue a Londres cuando era adolescente y se formó prácticamente en ese ballet donde acaba de celebrar su 20 aniversario.

Tatiana la fue a ver cuando bailó en Montevideo el Cascanueces en diciembre pasado. "La ves bailar y transmite muchas cosas. Es muy limpia en todo lo que hace. Es prolija", expresó la joven candidata.

También considera entrar en otras escuelas del exterior y el certamen en Suiza le dio la oportunidad para que la vieran profesores de varias de ellas. "Vivir esa experiencia te dan más ganas de seguir y esforzarte", dijo la adolescente.

Cruz contó que se trajo devoluciones técnicas para perfeccionarse y disfrutó de ver a otros jóvenes más que para compararse, para aprender. Aguiar, que viajó con ella, asegura que fue un certamen de altísimo nivel y que Cruz estuvo a la altura de las circunstancias.

El padre de la bailarina aseguró que se trata de una carrera día a día en la que pesan el esfuerzo y la constancia. "El tema es ser feliz. Yo creo que pasa por ahí. Que haga lo que le gusta", dijo.

 

Autores

Camila Cibils/ El Observador