Ahora más que nunca, justo cuando estamos aterrizando en la nube, los consumidores necesitamos estar informados y aprender sobre qué medidas de seguridad tomar cuando entramos a algún sitio web.
La revolución que está llevando a Latinoamérica hacia la nube me tiene sin dormir, pues representa una gran responsabilidad, un gran reto y una gran aventura. Más que nada, crea grandes expectativas sobre lo que eso significa para cada niño, para cada familia y para cada uno de nuestros clientes y nuestros socios. Representa la manera en que cada uno de nosotros está cambiando el mundo, además de la posibilidad de proporcionar a la gente un mayor acceso a la información que necesita, crear más empleos y ofrecer más opciones de crecimiento para todos. Sí, definitivamente me siento muy emocionado con este aterrizaje en la nube, al igual que me emocioné al ver a Armstrong aterrizar en la luna.
Si tomamos en cuenta que existen más de 83 millones de sitios web en todo el mundo, y siendo realista acerca del lugar que ocupa Latinoamérica como una región con una penetración de Internet de sólo 20%, me pregunto qué están haciendo los latinoamericanos en Internet en este preciso momento. Entonces, como consumidores, ¿qué necesitamos?, ¿qué esperamos?, ¿qué pretendemos obtener de la nube?
Mi mayor prioridad cuando navego en Internet es la seguridad y la privacidad. Me molesta saber que algunas compañías saben lo que estoy buscando y que pueden usar esa información. Por lo tanto, utilizo la función de InPrivate Browsing (que, por cierto, fue creada por Internet Explorer 8). Pero lo que más me asusta es pensar que cuando entro al enlace de mi banco puedo estar entrando a un sitio espejo, así que verifico que la dirección esté resaltada, y eso confirma que estoy en la dirección correcta del banco (y el filtro Smart Screen de IE8 me muestra el sitio exacto en el que me encuentro).
Me considero igual a cualquier otro consumidor: sólo quiero hacer mis cosas, asegurarme de que mi información privada estéprotegida, planear un viaje, entrar al banco, realizar un pago, comprar un regalo y borrar mi historial sin dejar rastro. La alianza entre MercadoLibre y Microsoft es un gran ejemplo de lo que necesito: sentirme protegido cuando navego por el Internet. Eso me ofrece una mejor experiencia de compra y me da la certeza de que mis datos se mantendrán seguros y privados.
Con los 27 millones de PCs que se venderán este año en Latinoamérica, con el pronóstico de que la región se convertirá en uno de los mercados de mayor crecimiento del mundo para teléfonos inteligentes y con la esperanza de que el ancho de banda incremente para llegar a más familias, escuelas y empresas de la región, resulta vital que nosotros, como consumidores, estemos bien informados, sepamos cómo protegernos a nosotros mismos y a nuestros hijos y podamos dar un salto seguro hacia la nube. No sé si la gente esté al tanto de las amenazas reales que existen allá afuera, con un promedio de 10 a 15 ataques diarios de virus, correo basura, delitos cibernéticos, phishing, spyware, malware, etc. De hecho, es más peligroso que usar la misma cuchara que un niño enfermo.
Sé que IE8 es el navegador más utilizado del mundo y el más descargado por los consumidores. NSS Labs condujo un estudio que muestra que Internet Explorer 8 es el navegador más seguro del mercado y el mejor para bloquear malware.
¿Entonces eso significa que basta con usar IE8? Desde mi punto de vista como consumidor, sé que eso no es suficiente. Los consumidores necesitamos estar informados y aprender sobre qué medidas de seguridad tomar cuando entramos a los sitios web de los bancos o cuando realizamos compras en línea. Un gran ejemplo es la manera en que la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras de Chile A. G. lanzó, en sociedad con Microsoft e IE8, una iniciativa de seguridad en www.protegetusdatos.cl. Otro ejemplo es la opción para niños de Internet Explorer 8, lanzada en sociedad con Navega Protegido, que refuerza la seguridad de los niños en línea, ya que permite a los padres predefinir cuáles sitios web pueden visitar sus hijos y cuáles no. Ahora más que nunca, justo cuando estamos aterrizando en la nube, tenemos la responsabilidad de protegernos a nosotros mismos y de proteger a nuestra familia.