Pasar al contenido principal

ES / EN

¿Te tomarías una selfie con tu acosador callejero?
Jueves, Octubre 26, 2017 - 11:42

Esto es lo que hace Noa Jansma para acabar con la cosificación de las mujeres en la vía pública.

A todas nos ha pasado. Vamos caminando por la calle y de repente: “¡Adiós mamasita rica!”. Los oídos nos estallan. Tratamos se seguir como si nada hubiera pasado, pero por dentro nos sentimos agredidas. Y evitamos a toca costa volver a pasar por el mismo sitio porque  sabemos que el mismo tipo nos lanzará uno de sus desagradables ‘piropos’.
 
Y no señores, no nos vengan con la recriminación de que “si el hombre que nos lanza esos improperios fuera guapo no nos quejaríamos”, aquí no se trata de cómo luce quien comete este tipo de actos, sino del hecho en sí. De esos ‘piropos’ que para nada nos hacen sentir lindas o deseadas, solo nos queda la sensación de ser un trozo de carne humedecido por las babas de un tigre hambriento que en cualquier segundo se lanzará a devorarnos.
 
Noa Jansma, es una joven que cansada de esta sensación, y en vez de tratar de seguir de largo e ignorar el problema, creo un proyecto personal: fotografiarse durante un mes con los sujetos que no tuvieron reparos en acosarla verbalmente en la calle. A juzgar por las fotos, los hombres, sin entender muy bien el propósito de la petición, creyeron que su 'original comentario' había surtido efecto.

En una entrevista para Le Figaró, la joven dijo que ningún hombre se cuestionó el motivo por el que ella les pedía una foto. “Solo uno preguntó que pasaría con la foto y rechazó aparecer”.

Sin embargo, las fotos tienen una intención muy clara, acabar con la cosificación de la mujer en las calles. Noa subió sus selfies a una cuenta de Instagram llamada @DearCatCallers, nombre que se le da en algunos países a los acosadores que silban o lanzan pirobos a las mujeres en la calle. En un mes y tras 30 post, la joven superó los 170 mil seguidores.

“Este Instagram tiene como objetivo crear conciencia sobre la cosificación de las mujeres en la vida cotidiana. Puesto que muchas personas todavía no saben con qué frecuencia y en qué contexto se nos silba, estaré mostrándolo en el periodo de un mes”. Y añade: “Haciendo una selfie, quien cosifica se une en una misma composición con el objeto cosificado. Yo, como objeto, de pie frente a ellos, escenifico una relación de poder invertido”.  

Noa, ha pedido también a otras mujeres que contribuyan con sus propias fotos usando el HT #DearCallCallers para “demostrar que se trata de un fenómeno global”.

Autores

Cromos/ El Espectador