Algunas de las surgidas en la práctica del sexo tántrico llevan la sexualidad más allá de ese carácter efímero e insustancial.
“Solo existen dos cosas importantes en la vida. La primera es el sexo y la segunda, no me acuerdo”. Lo dijo el director de cine Woody Allen y lo respalda más de la mitad del planeta que pone al sexo en el primer lugar, pero que encuentra que en las artes amatorias ya todo está inventado, según una encuesta realizada por una firma de juguetes sexuales en Europa y Estados Unidos.
¿Seguimos haciendo lo mismo de siempre? Los sexólogos dicen que no. Que hoy en día la gente es más desinhibida, que le apuesta a hacer cosas más arriesgadas y que con la llegada de la tecnología el sexo es otro.
Pero en el fondo son las conductas de siempre disfrazadas de modernidad, desvergüenza y transgresión. “Hoy tienen nombres más sofisticados, pero si las revisamos son prácticas muy antiguas: orgías, tríos, voyeurismo… ”, explica Daniella Barne, sexóloga argentina, quien hace una lista de los últimos reciclajes: literatura erótica (inundan las librerías por estos días libros del llamado soft-porn), juguetes más tecnológicos y encuentros más abiertos.
¿Estamos condenados a repetir? No. Algunas técnicas surgidas en la práctica del sexo tántrico, que cada vez gana más seguidores precisamente por esa necesidad de encontrar placeres nuevos, placeres que vayan más allá de ese carácter efímero e insustancial, aparecen con la promesa de darnos encuentros extáticos llenos de sensaciones que perduren: tickling, petting, sexting, entre otras técnicas empiezan a ser aplicadas por un buen número de parejas que se declaran satisfechas con los resultados.
Tickling (Cosquillas eróticas)
El humor une, así que los sexólogos recomiendan que las parejas fortalezcan lazos a través de la risa. Es aquí donde aparece el tickling, una técnica de cosquillas que busca un orgasmo explosivo acompañado de carcajadas.
Esta técnica tiene todo un respaldo científico: las reacciones al cosquilleo genera endorfinas (hormona de la felicidad) y estimula áreas del cerebro que se vinculan al goce y el deseo. Por eso debe incluirla entre las sábanas.
Dogging (Sexo con desconocidos)
Es una práctica que se realiza en lugares apartados y con personas desconocidas, con gente con la que jamás se volverá a tener contacto. Muy común en el Gran Bretaña donde surgió y ya llegó a varios países.
Algunos de sus practicantes más fervientes son parejas heterosexuales jóvenes que quieren tener sexo con otros pero que no quieren ir a un bar swinger o solteros.
Hay otros que solo van a ver, porque esta práctica tiene mucho de voyeurismo. Los carros, estacionados en lugares apartados, son otro de los puntos de práctica. Si la puerta está abierta, es una invitación para que otros participen. Si la luz está encendida, se puede ver.
Petting (Solo caricias)
¿Sexo sin penetración? Es uno de los fines del sexo tántrico. Viene del inglés “to pet” que significa acariciar o mimar.
Propone sesiones largas y muy intensas con masturbación, sexo oral y besos. Ese es el límite.
La idea es encontrar otros niveles de llegar al éxtasis. No es algo que se aprenda, simplemente se practica con la pareja, cada uno sabe qué le gusta.
No hay técnicas ni manuales, es una propuesta lúdica para conocerse mejor y revivir el placer. Las posibilidades, aunque parezcan limitadas, son infinitas…
Sexting (Una imagen…)
Aunque enviar fotografías eróticas a las parejas no es una práctica nueva (Liz Taylor en el 56 le envió una foto desnuda a su amante y futuro marido Michael Todd), la tecnología popularizó esta práctica.
Celulares y otros dispositivos móviles aportan posibilidades que antes no existían y ya forman parte de la sexualidad.
El sexting o envío de material erótico es lo más reciente en el juego erótico y es un signo de cambio de la intimidad.
Los límites entre lo privado y lo público se han desdibujado. Hoy nada es secreto…
Bluetoothing (Juguetes tecnológicos)
Combatir la monotonía sexual está a un click de distancia. Es cuestión de activar el dispositivo del celular para entrar en contacto con otros con fines sexuales.
Con esta función el teléfono rastrea la zona en la que la persona se encuentra y localiza otros dispositivos conectados.
Los iniciados en este campo incluyen la palabra “toothing” para certificar lo que buscan y evitar sorpresas. Cuando el dispositivo ubica la persona es cuestión de pasar a la segunda fase: el contacto visual y físico. Dejarse llevar por las nuevas tecnologías.
Cifras
9% de las personas usa el Smartphone durante el sexo.
67% de las parejas tienen días específicos para veladas románticas.
88% tienen días preferidos para tener sexo.
‘Apps’ eróticas
Kamasutra, mil posiciones sexuales.
Tantric Sex Deck , 50 rutas para experimentar el sexo de una forma más espiritual.
‘1001+ free sex facts’, con datos y curiosidades sexuales.
Sexy Vibes, convierte el teléfono en un aparato de dar masajes que vibra.
Spice Dice, lanzar los dados para obtener sugerencias de posiciones sexuales.