El fundador de Open English, cuenta el camino para ser uno de los mayores emprendimientos actuales en Latinoamérica.
“Rechiken, Éxito, Persueichon, Coman mamey, Hospitaliseshon”. ¿Quién no recuerda estas palabras que se oían en los famosos comerciales de una plataforma web que permite aprender de manera fácil e interactiva el idioma inglés? Es Open English, uno de los mayores emprendimientos actuales en Latinoamérica.
Hace diez años Andrés Moreno fundó esta startup en su pequeño apartamento de estudiante universitario. Hoy, esta herramienta está presente en más de 21 países y no se quedó en el tema de enseñanza del inglés, sino que expandió su oferta, y desarrolló Next University, una universidad en línea. Este mes Moreno estuvo en Ecuador para participar en un encuentro local de emprendedores y este Diario aprovechó para conversar con él sobre las experiencias con esta empresa.
Moreno jamás se imaginó que Open English, que en principio nació como cursos de inglés a ejecutivos en compañías transnacionales, tendría tanta repercusión. Explica que con la llegada del internet decidió darle un giro a su propuesta y llevar esa experiencia de las clases en vivo a la web.
Afirma que no fue fácil alzar una empresa, que en sus años de trayectoria ya ha pasado por tres modelos de negocio, con tan pocos recursos. Los presupuestos iniciales que tenía habían surgido de inversores amigos y su ahorros. Para que su proyecto creciera tomó otro riesgo: con US$1.000 en el bolsillo y unas millas de avión se fue a Estados Unidos a “levantar capital” y lo logró, a pesar de que en esa época “no había referentes de éxito en el campo de internet”.
“Tenía un amigo en Silicon Valley que me dijo que me podía quedar en su apartamento y dormí en el sofá de mi amigo por casi un año, pero todas las mañanas me despertaba y me iba a desayunos de inversores y trabajaba con ellos para ver si querían invertir en la compañía”, dice el CEO de esta plataforma con más de medio millón de estudiantes.
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