Los autores del estudio han llegado a equiparar la importancia del cociente intelectual con la actitud hacia las matemáticas.
Blogthinkbig.com | La actitud es clave, en general. A estas alturas se puede decir que esta frase es un aforismo vital, conocido –y reverenciado– ampliamente. Pero esto no quiere decir que sea fácil cambiar la actitud, cuando esta no se ajusta a nuestros deseos. El estudio que ha llevado a cabo un equipo de la Universidad de Stanford viene a confirmar lo que ya sabíamos. Aunque lo hace de una forma peculiar. Y, por cierto, nos invita indirectamente a buscar nuevas formas de controlar nuestra actitud.
Para evaluar la importancia de la actitud en Stanford se fijaron en los más pequeños. Los niños son los más sinceros respecto a su actitud hacia las cosas, aquellos que menos se ven influenciados por la voluntad de intentar cambiarla. Y tomaron como referencia una asignatura que no suele ser precisamente del agrado de todos: las matemáticas.
El equipo evaluó la actitud de niños de entre siete y 10 años hacia las matemáticas. Y sus conclusiones fueron que tener una actitud positiva hacia esta asignatura está conectado con un mejor funcionamiento del hipocampo. ¿Para qué sirve esta región del cerebro? Pues es un importante centro de la memoria, que en este caso se comportaba mejor durante la resolución de problemas aritméticos.
Los autores del estudio han llegado a equiparar la importancia del cociente intelectual con la actitud hacia las matemáticas. Ambos factores tendría una influencia similar en cómo el niño es capaz de resolver los problemas de corte matemático. Lang Chen, el principal autor del estudio, postdoctorado en Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento en la Universidad de Stanford, resumía los beneficios en una frase: "Tener una actitud positiva actúa directamente sobre la memoria y el sistema de aprendizaje".
Y es que el estudio está centrado en las matemáticas, pero, como sugiere Chen en la última frase, invita a la extrapolación. Los responsables de la investigación apuntaron que si el individuo tiene una sólida percepción de su habilidad en matemáticas el resultado es que su memoria mejora.
La investigación se ha llevado a cabo mediante cuestionarios a 240 niños. Se han tenido en cuenta factores como la demografía, el cociente intelectual, la habilidad lectora y su memoria. El nivel en matemáticas de los pequeños se ha medido mediante test aparte. Mientras que los padres respondieron a encuestas sobre sus características emocionales y su comportamiento. También ofrecieron información sobre su ansiedad hacia las matemáticas. Aunque se preguntó asimismo a los niños sobre su actitud hacia esta materia.