La presidenta ejecutiva de IE Exponential Learning, de IE Business School, refiere sobre los programas que ofrecen, la tecnología, pero también acerca de las tendencias, donde la flexibilidad, el aprendizaje continuo y el fortalecimiento de la comunidad online, tomarán mayor fuerza.
Dado el poco tiempo que tienen los ejecutivos para aprender y la importancia de la comunidad a la hora de intercambiar conocimientos, es que nació la división IE Exponential Learning perteneciente a IE Business School, la cual desarrolla programas de formación ejecutiva con enseñanza interactiva continua entre los participantes y profesores.
En el reciente celebrado enlightED en Madrid, impulsado por la Fundación Telefónica, IE University y South Summit, la presidenta ejecutiva de IE Exponential Learning, Teresa Martín-Retortillo, conversó con AméricaEconomía sobre los programas de la división, así como de los proyectos en los que están trabajando y de las tendencias que han podido observar.
Martín-Retortillo explicó que el factor comunidad es crucial en la educación online, ya que una vez resuelto el tipo de metodología y tecnologías a utilizar, junto con los contenidos, toca pensar en crear comunidad, porque “sabemos que gran parte del aprendizaje viene de unos y otros, que se puede aprender preguntando a una comunidad de participantes y aprendices”. De esta forma, dice, “se crea una vía para intercambiar preguntas y conocimientos. Y por eso la idea de exponencial, porque en una comunidad cada vez que añades un nodo de valor, esta red crece exponencialmente”.
-¿A qué responde esta necesidad de mejoramiento?
Tratamos de llevar a la realidad la estrategia del life of learning del IE, porque nos damos cuenta que hay dos fenónemos. Las cosas se mueven muy rápido a todo nivel, hay una necesidad de estar al día, y, por otro lado, la carrera laboral se está alargando y hay que seguir siendo relevante. ¿Qué hacer si no se puede añadir valor en el trabajo, fuera de la empresa o en un nuevo empleo? Es un tema de subsistencia. Esa constatación es lo que articula el life of learning y por qué estamos buscando nuevas maneras de acompañar al profesional.
Tratamos de buscar formatos y pedagogías que se adapten a las necesidades del profesional. Además, tenemos los bootcamps para determinados conocimientos, donde por medio de actividades práctica presenciales se aplica lo que se ha enseñado, se aprende haciendo y con el feedback; los HiOPs -High Impact Online Programs-, programas online de cuatro a seis semanas de duración, diseñados para directivos de perfil internacional; y toda un área de Executive Educación dirigido a directivos con cierta experiencia para que entiendan el futuro y busquen oportunidades. Dejamos de dar algunas de las asignaturas clásicas porque ahora se trata de entender este nuevo escenario, nuevos modelos de negocios, y eso está saliendo, todavía está muy fresco. Nos dedicamos a armarles con novedosas herramientas que les permitan avanzar en el futuro.
-¿Cómo se diseñan programas más personalizados?
El mundo del dato permite saber de los procesos de aprendizaje, qué se necesita, y entonces diseñamos un proceso de aprendizaje que se basa en la información y datos que recogemos de lo que funciona y lo que no. Utilizamos tecnología WOW Room para que los momentos de comunidad y debate sean lo mejor posibles. Y esto, a su vez, marca una diferencia a la hora de generar debate.
-¿Cómo hacer que ese debate sea más efectivo?
Hay veces en que uno aprende cuando se plantean los conceptos desde diferentes perspectivas. Entonces, cuando en una clase hay 50 o 60 personas aprendiendo innovación, pero uno lo ve desde la visión de automatización, otro de alimentación, etc, esa riqueza de perspectivas añade mayor comprensión de los conceptos. Y la mejor manera de compartirlos es que los asistentes hablen entre ellos y compartan los retos. Ese debate permite tener una visión más completa y añade un tema fundamental: la gran dificultad de la formación online es la soledad, lo que genera que el engagement se pierda, porque hace falta una disciplina para seguir el programa. Pero si se tienen sesiones interactivas donde se pueden aplicar los conceptos aprendidos, se sigue avanzando.
Entonces, el gran reto del online es cómo evitar que a mitad del camino se caiga el 90% de la gente. Esto se resuelve con este tipo de dinámicas. Es por eso que llevamos bastante tiempo desarrollando el WOW Room, que es de las pocas plataformas que se ponen en el lugar del profesor. Acá se ve a todos las personas conectadas, junto con información muy útil para el profesor: quién ha hecho el ejercicio, quién no ha comentado, cuántas personas están conectadas, etc, lo que permite generar un debate con valor añadido.
-¿Este uso de mayor tecnología ha significado un reto para los académicos?
Las mejores soluciones son las sencillas, las que suponen un menor cambio. Cuanta más continuidad haya en la experiencia para la que el profesor se tenga que preparar, más fácil es que se adapte a las nuevas tecnologías.
-¿Qué contenidos han sido los más demandados?
Hay dos grandes campos, todo los relacionado con la innovación: los modelos de innovación que funcionan, nuevas ideas, cómo poner en marcha de manera ágil iniciativas dentro de sus organizaciones. Es decir, todo lo que tenga que ver con nuevas maneras de servir a sus clientes. Y por otro lado hay toda un área, que llamamos contenidos fundamentales. Hay mucha gente que viene de las empresas que necesita completar su conocimiento en finanzas, marketing, etc. Entonces, los fundamentales siguen siendo un elemento crítico en la progresión de carreras del directivo medio.
Creemos que en estos temas es importante el mundo del dato: hay que sentirse cómodo sabiendo de dónde se sacan los datos, cómo se limpia la información, qué modelos hay para hacer el uso de esos datos con potencial descriptivo, cómo se cogen los mismos datos y se trata de modelar el futuro con potencial predictivo y las herramientas que se utilizan para cada uno de estos casos. Ese es uno de las principales áreas de demanda que nosotros categorizamos no dentro de lo nuevo, sino que parte de los contenidos fundamentales.
-¿Qué nuevos empleos que se han generado dado esta necesidad de formación online?
Learning engineers, totalmente, por ejemplo. Nosotros tememos ahora toneladas de datos que debemos ser capaces de descomponer e interpretar para ver cómo entregamos la primera parte de nuestra promesa. Es decir, que realmente entreguemos lo que necesitan. Hay nuevas profesionales que se van abriendo y que cuestan mucho encontrar.
-¿Nuevos retos del IE en este tema?
No son muy distintos a los que tiene cualquier startup, que es desarrollar una idea y hacerla escalable, cómo apoyarnos en la tecnología para entregar a escala las experiencias. Eso ahora es nuestro principal desafío.
-¿Qué tendencias en este ámbito han podido observar?
Estamos en un momento en que nuestra gran preocupación es pensar en cómo generamos un currículo de 60 años. Cómo damos respuesta a esa gente. Y en ese sentido los grandes proyectos son ir convirtiendo en programas y formación todas aquellas necesidades que vamos anticipando. No descarto que mañana, como pasa con los datos que son fundamentales, la IA sea fundamental y tengamos el reto de enseñarla.
Por eso hemos lanzado Transformation With Purpose para gente de más de 30 años de experiencia. Son personas que quieren seguir estudiando, una necesidad que existe a los 55 años, por ejemplo, ya que se tienen todavía 20 y 30 años por delante. Hace falta darle respuesta a esa gente que decide cambiar de camino.
A esto se suma la importancia de las comunidades en la formación virtual, porque en una instancia online podemos tratar de resolver las dudas y la formación por la que han venido, pero sabemos que dentro de cinco o 10 años seguirán teniendo preguntas, y el tener contacto con gente, es absolutamente crítico. Cada vez se apoyan más unos con otros de forma informal.
A su vez, cada vez se quiere más aprender de forma móvil, con mayor flexibilidad. Y es una buena manera de aprender. Y en cuanto a contenido, es aprender que la tecnología no sea algo etérea.