El director se aleja de Johnny Depp y del estilo que le significó tanto su éxito como su prisión artística, para contar un drama.
Tim Burton es sínonimo de una sola cosa: Tim Burton. Con 30 años de carrera y un estilo cinematográfico que ha hecho de lo raro algo popular, el director de "El joven manos de tijera", "Beetlejuice" y "El gran pez" se hizo con una silla en la gran mesa de Hollywood como un artista respetado. Y luego se quedó ahí, en ese mismo lugar, una película detrás otra. ¿Qué salió mal?
Desde sus primeros cortos animados, Burton confeccionó una impronta en pantalla con fuertes referencias al expresionismo alemán y cargado de un sentimentalismo entrañable. Pero a medida que sus películas se volvieron cada vez más populares, también se hicieron repetitivas.
El rostro de esa reiteración también tiene nombre y apellido: Johnny Depp. Es imposible hablar de Burton sin mencionar a Depp y viceversa. A solo dos películas de llegar a las diez colaboraciones, la predilección del director por poner al actor en papeles estrafalarios con mucho maquillaje blanco es solo una señal de la ausencia de nuevos retos creativos para Burton fuera de su área de confort.
En parte, Disney también es responsable de su ascenso y estancamiento. Fue en estos estudios donde el director empezó su carrera como un joven animador y donde años después dirigió "Alicia en el País de las Maravillas", su película más rentable (aunque odiada por la crítica) a la fecha. Tras un intento fallido de homenajear a las telenovelas de los 60 ("Sombras tenebrosas"), nuevamente encabezado por Depp, y tras adaptar un cortometraje de su juventud en una película completa ("Frankenweenie"), el cineasta hizo algo que todos sus seguidores esperaban hace mucho: no dirigir otra película de Tim Burton.
"Ojos" inspirados "Big Eyes: retrato de una mentira" se basa en la historia verdadera de uno de los fraudes de arte más escandalosos en Estados Unidos. A finales de 1950 y comienzos de 1960, el pintor Walter Keane (interpretado por el oscarizado Christoph Waltz) revolucionó el mercado del arte popular con sus pinturas de niños abandonados con grandes ojos.
Con el tiempo, la verdad sobre la obra de Keane salió a la luz. Las obras de Walter en realidad eran creadas por su esposa Margaret (personificada por Amy Adams). Tal vez atraído por la tumultuosa relación entre la pareja, la extraña popularidad de las niñas de ojos grandes o por su propia faceta como pintor, Burton aceptó el desafío de escapar de su mundo y el resultado ha sido bienvenido.
El consenso general ha destacado la labor actoral de Waltz y Adams y el acercamiento de Burton a una biopic poco convencional. Sin embargo, muchos temen que el director pierda este aire fresco cuando vuelva a trabajar en la secuela de "Alicia en el País de las Maravillas" y en una nueva versión de "Dumbo" en acción real (con actores).