El espacio es un bien cada vez más preciado, sobre todo en las nuevas construcciones, donde los ambientes suelen ser más pequeños, ya sea por el aumento del valor del metro cuadrado o por la mayor demanda de apartamentos para una única persona. Muchas veces no es mucho el espacio que se le puede dedicar al lugar para comer y hay que encontrar soluciones prácticas y accesibles.

 

Pero también se da el caso inverso: a veces la casa es grande y es incómodo llevar todo al comedor y se prefiere tener un lugar para desayunar en la cocina.

 

¿Qué opciones prácticas y cómodas existen?

 

La primera opción son las mesas plegables o las mesitas que se extraen de la mesada. En este sentido los diseñadores de interiores han avanzado muchísimo. Urusla Geisman, miembro de una Asociación de Fabricantes de Muebles cerca de Bonn, comenta que lo mejor son unos dispositivos que parecen el marco de un cuadro pero que, al desplegarlos hacia abajo, se convierten en mesa. También hay minimesadas que se pueden adosar a una estantería.

 

Pero algunos especialistas no recomiendan tener mesas plegables porque dicen que, una vez que uno ha apoyado allí la radio o el salero, nunca más la cerrará y al final dejará de ser algo que permita ahorrar espacio.

 

Lo mejor es incorporar una prolongación breve pero práctica de la mesa de la cocina. Con tener dos banquetas altas, será suficiente.

 

 

Las barras también pueden ser muy prácticas, sobre todo para dividir visualmente un ambiente abierto. Además, como suelen tener otra altura, atraen y llaman a ser utilizadas. Otro detalle práctico: están muy cerca de la superficie de trabajo de la cocina y suelen caber entre dos y tres personas.

 

Lo importante es que los asientos tengan cierto estilo. No se recomienda escoger nada con apoyabrazos. Terminará siendo muy incómodo. Las sillas plegables son una buena opción y además pueden colgarse de la pared una vez utilizadas. Otra alternativa son las tablas al costado de la ventana: son firmes y sirven para guardar cosas debajo.

 

En líneas generales podría decirse que es bueno pensar en opciones que ahorren espacio, pero que no sería bueno exagerar, porque si uno se siente incómodo dejará de utilizar ese lugar.

 

Para hacer el cálculo: una persona necesita al menos 60 x 40 centímetros. Además, si bien las mesitas redondas pueden parecer muy simpáticas, siempre resultará más útil una superficie cuadrada.

 

El color es otro punto importante: si el ambiente es pequeño, mejor optar por colores claros o tal vez brillantes, que generen un reflejo y de ese modo agranden el espacio.

 

La iluminación también será crucial. El sitio de la mesada puede ser realzado, ya sea a través de una iluminación indirecta, varias LED o incluso LEDs flexibles. Esas alternativas siempre serán mejor que una lámpara colgante que permanezca todo el tiempo en el mismo sitio, sobre todo si elige una mesa plegable.

Diario Las Américas/ DPA