Cierto es que la mayoría de los hombres muy fanáticos del fútbol (o de otra disciplina) temen verse invadidos en su espacio sagrado de goce. La buena nueva es que hay posibilidades de convivir en armonía en pareja.
La Copa América está en pleno desarrollo y muchas mujeres temen el efecto "rebote" en su relación de pareja. No desesperen: con criterio e inteligencia se puede sostener -e incluso mejorar- el vínculo cuando hay sobreabundancia de fútbol. E inclusive, si aún no le han tomado el gusto, hasta pueden llegar a enamorarse del maravilloso mundo de la redonda.
Hasta hace no tanto, la mayoría de las damas no participaba activamente del mundo fútbol pero las cosas han cambiado. El disfrute del balón ya no es patrimonio exclusivamente masculino y miles de mujeres alrededor del mundo lo juegan.
Cada vez que un hecho deportivo se adueña de la escena, comienza el debate acerca de si es un factor perturbador en la pareja. No deja de ser un absurdo; es como echarle la culpa al televisor cuando una familia no se está comunicando. Cuando un vínculo no fluye es importante plantearse los temas de fondo, en lugar de achacarlos a una circunstancia deportiva o de otra índole.
Cierto es que la mayoría de los hombres muy fanáticos del fútbol (o de otra disciplina) temen verse invadidos en su espacio sagrado de goce. La buena nueva es que hay posibilidades de convivir en armonía en pareja aún en los eventos que despiertan mayores pasiones como la Copa América. La clave es entender algunas cuestiones como:
- Criticar a un hombre por hacer foco en un partido es no entender su naturaleza. En general, cuando ellos centran su atención en una tarea focalizan y no hacen diecisiete cosas a la vez como las mujeres. Es parte de la rica diferencia entre ambos géneros.
- Que él esté ausente de las cosas cotidianas no significa desinterés por su familia o por su relación sentimental. Su hermetismo o la necesidad de estar a solas para ver un partido puede hablar de la necesidad de conectar consigo mismo o simplemente alivianar su estrés.
- Cada pareja tiene su "contrato": no todos se plantean la vida de a dos de la misma manera. Así como algunas mujeres estimulan a su novio o marido a viajar para ver los grandes hechos deportivos, hay otras que se molestan por cualquier hecho que altere la rutina. Lo importante es buscar consensos. Nada es el fin del mundo cuando hay voluntad de conciliar.
Es sano que cada uno tenga sus espacios individuales y los quiebres en la cotidianeidad ayudan a redescubrirlos, así como a:
- Compartir en pareja y con amigos. Con la excusa de los partidos, se pueden programar encuentros y compartir en grupo.
- Renovarse en los intereses e individualidades.
- Redistribuir los roles: quizás los horarios del deporte alteren el esquema habitual de la familia. En lugar de tomar a estas disrupciones como algo alarmante, es bueno capitalizarlas para dar un poco de aire al vínculo.
Para los solteros, la Copa América ofrece una chance única: la de encontrar a una pareja tan poco afecta al fútbol como ellos. Seguramente, mientras media humanidad mira el fútbol, una enorme cantidad de hombres y mujeres disfruta de otras actividades y sueña con encontrar a una pareja con gustos afines. Es la oportunidad ideal para buscar pareja en un sitio de citas como Match.com