A continuación, cuatro consejos que te pueden servir.
Llegó diciembre y es un mes en el que muchas empresas evalúan el desempeño de su personal y plantean sus estrategias comerciales para el nuevo año; sin embargo, en este camino también se plantea el proceso de despido de algunos colaboradores.
¿Cuándo tomar la decisión de un despido? y ¿cómo llevarla a cabo sin causar inestabilidad en el personal? Son algunas interrogantes que muchos gerentes suelen tener. El proceso de despido de un ejecutivo, y en general de cualquier trabajador, generalmente es muy delicado. Por ello, Giancarlo Ameghino, gerente de Gestión y Desarrollo Humano del Grupo Crosland, entrega algunos consejos para que el impacto sea menor para el colaborador y el resto de empleados de la organización.
1. Para evitar los efectos negativos ante un despido, se debe dar un adecuado manejo al proceso; esto comprende tanto la conversación con la persona a despedir como el paquete de beneficios de salida que se pueda ofrecer.
2. A pesar que el despido es por falta ética, es importante no denigrar al colaborar en el proceso.
3. Para aminorar el impacto que pueda generar un despido en el resto del personal, la compañía debe contar con un protocolo que incluya un esquema de comunicación potente que ayude a llevar el mensaje del motivo de la salida a todos los que deba llegar.
4. Evitar el teléfono malogrado. Sea el motivo que fuese, desempeño, falta ética, no empatía con el grupo, reestructuración, jubilación, etc., la claridad del mensaje ayudará a administrar este proceso con el resto del personal, y a la par, ayudará a fortalecer la cultura y clima organizacional que la organización busca alcanzar, manteniendo la salida digna de la persona.
No existe un momento ideal para comunicar un despido. Lo que puede ayudar –y mucho- es llevar el proceso de una forma profesional y siempre teniendo en cuenta que detrás del empleado hay un ser humano con familia y con expectativas de crecer y sentirse realizado y orgulloso de sí mismo.