Ana Cristina Evans, sicóloga laboral de la Universidad del Aconcagua de Argentina, conversó con AméricaEconomía.com, acerca de la empleabilidad en un mundo globalizado, en el que la tecnología parece desplazar cada vez más al capital humano.
Ana Cristina Evans, sicóloga laboral y organizacional de la Universidad del Aconcagua de Argentina, lleva años estudiando el fenómeno de la empleabilidad, entendida como el conjunto de variables que explican la situación de empleo o desempleo de un individuo.
Según la especialista, si la persona no asume la necesidad de mantenerse al día y mejorar la calidad en el desempeño de sus actividades, poco podrá hacer para mejorar o potenciar su situación laboral.
En entrevista con AméricaEconomía.com, la experta profundizó acerca de la empleabilidad en un mundo globalizado, en el que la tecnología parece desplazar cada vez más al capital humano.
-¿Cómo debe reinventarse un empleado descartable para convertirse en uno destacado?
Tiene que pedir ayuda. Hay un período normal de desempleo que varía de acuerdo al país en el que se reside y con la actividad laboral que se realiza. Pero transcurrido ese período, hay que reconocer que existe un problema, o varios, y buscar la ayuda necesaria. No hay que olvidar que todo lo que hacemos laboralmente se relaciona con el sentido de identidad y con el sentimiento de autoestima. De allí que períodos largos de desempleo, se suelen acompañar de cuadros depresivos que afectan, a su vez, el esfuerzo en obtener una nueva posición laboral.
-¿Las oportunidades de empleo también afectan el desarrollo de la empleabilidad?
No, como están planteadas las cosas en el mundo de hoy, seguridad en el trabajo no hay, pero seguridad que cada mes llegarán cuentas a pagar si hay. Las finanzas deberían servir a la economía y la economía debería servir al hombre. Hoy en día, el hombre sirve a la economía que, a su vez, sirve a las finanzas. Considero que ser cada día mejor en lo que hacemos, es un sano desafío personal, pero cuando se lo vincula con el sobrevivir, se convierte en un gran generador de estrés y afecta la calidad de la vida familiar.
-La empleabilidad, ¿tiene siempre una connotación positiva?
Sí, porque cuantas más oportunidades de empleo haya, mayores serán las posibilidades de crecimiento. Pero a las oportunidades se las busca, no llegan desde el cielo, y hoy nos manejamos con Internet, que posibilita capacitarse online, aún cuando vivamos en una zona rural.
-¿Las relaciones y participación son elementos esenciales a la hora de desarrollar habilidades de empleabilidad?
Por supuesto. Por ejemplo el desarrollo de la asertividad en las comunicaciones, o sea, el arte de cuándo, cómo y dónde expresar nuestros pensamientos y emociones, es el desarrollo de una habilidad esencial en numerosos grupos de empleo. En cuanto a la participación, también es una competencia, tanto la capacidad de ejercer un liderazgo participativo, como la de funcionar en un grupo con este tipo de liderazgo. Es además una competencia que no se adquiere en la universidad, sino solamente trabajando en empresas con cultura participativa.
-¿Podría ser la empleabilidad considerada un compromiso entre la empresa y el trabajador?
Debería ser considerada como un compromiso entre la empresa que se esfuerza por mantenerse actualizada en tecnología e informática, capacitando a sus empleados en los temas que favorecen un desempeño más eficiente, y el empleado que se esfuerza en asimilar los cambios y aplicarlos en su posición laboral.
-Una educación primaria oportuna, ¿podría evitar el uso de coaching?
Si, por ejemplo una educación primaria que desarrolle actitudes positivas hacia el esfuerzo realizado con calidad. No somos iguales, por ende no podemos rendir lo mismo, pero podemos dar lo mejor de nosotros en el esfuerzo de cada día, lo cual es muy valorado en las empresas de hoy. Lo que realmente evitaría el uso del “coaching” es crecer en una familia funcional.