Con banderas peruanas y pancartas que resaltaban la importancia de la mina de cobre de MMG, cientos de trabajadores desfilaron por algunas calles del centro de Lima hasta las inmediaciones del Congreso exigiendo, al Gobierno de Perú que ponga fin al conflicto.
Cientos de trabajadores de la mina de cobre Las Bambas de Perú marcharon este martes por la capital del país, para exigir al Gobierno la solución de una protesta de comunidades que ha parado la operación del yacimiento y puesto en riesgo sus empleos.
Alzando banderas peruanas y pancartas que resaltaban la importancia de una mina que suministra el 2% de la oferta de cobre a nivel mundial, los trabajadores desfilaron por algunas calles del centro de Lima hasta las inmediaciones del Congreso pidiendo el fin de conflicto para volver a sus faenas diarias.
Residentes de las comunidades andinas Fuerabamba y Huancuire irrumpieron en parte de Las Bambas, de la china MMG Ltd, el 14 de abril y acamparon en su interior, obligándola suspender sus operaciones una semana después. Alegan que la mina no ha cumplido plenamente los compromisos que adquirió con ellos.
El intento por desalojarlos ha sido en vano y el Gobierno del presidente Pedro Castillo ha convocado a las comunidades a una reunión para el sábado para mediar una solución, pero sus dirigentes han condicionado la cita hasta que las autoridades levanten el estado de emergencia en la zona.
Perú es el segundo productor mundial de cobre y Las Bambas es clave para la economía local porque su explotación representa al menos el 1% del Producto Interno Bruto del país andino.
"Nuestro temor como clase trabajadora es que las empresas contratistas (en Las Bambas) comiencen a liquidar al personal. No trabajamos, no nos pagan", dijo el secretario del sindicato de la mina, Erick Ramos, durante la manifestación.
En la marcha los trabajadores -algunos con sus ropa de faena- gritaban "Castillo, escucha, atiende los conflictos".
Desde que Las Bambas inició operaciones en el 2016, las comunidades han protestado y bloqueado la ruta que conecta al yacimiento de forma intermitente durante más de 430 días. Los conflictos que encara la mina se han extendido este año a medida que más comunidades demandan mayores beneficios de las actividades extractivas.
"Esta situación no es de ahora, viene arrastrando de años y eso nos afecta a nosotros económicamente", dijo Jorge Montoya, un trabajador de la mina en la marcha. "Exigimos al Estado que tome decisiones firmes, para poder trabajar con seguridad".
En la mina Las Bambas laboran directa o indirectamente alrededor de unas 9.000 personas, según su sindicato.