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Tras los pasos de la magia, un recorrido por las locaciones reales de Harry Potter
Lunes, Septiembre 1, 2014 - 09:13

Recorrido por la famosa biblioteca de Hogwarts; el viaducto a través del cual cruzaba el expreso de los magos, en Escocia, entre otros. Descubra los escenarios de la saga.

El mundo de Hogwarts, en el que los hechizos y la fantasía les daban vida a muros, trenes y mesas, sí existe. Universidades, calles y montañas sirvieron de escenarios para rodar la increíble historia de la escritora J.K. Rowling, Harry Potter.

En el colegio, las famosas casas Griffindor, Slytherin, Ravenclaw y Hufflepuff emocionaron a los espectadores con sus competencias en el campo de quidditch. Y allí, el pequeño mago protagonizó angustiantes escenas en la biblioteca, localizada en la cuarta planta del castillo de Hogwarts.

Miles de libros en cientos de estanterías eran protegidos por Irma Pince, la bibliotecóloga que sin excepción cerraba las puertas a las 8:00 p.m. y cazaba a los desobedientes que comían chocolate en el lugar.

Tras bambalinas, el recinto literario pertenece a la Universidad de Oxford y es considerado uno de los más antiguos de Europa. Las colecciones, que en la pantalla grande contenían pócimas maléficas para que los estudiantes no las robaran, fueron inauguradas en 1602 por iniciativa del profesor Thomas Bodley, de ahí el nombre Biblioteca Bodleiana. Actualmente cuenta con cuatro millones de volúmenes y 40.000 manuscritos.

Cada lector, cuando ingresa, debe hacer un juramento (antes era en latín y hoy es en inglés), en el que se compromete a no dañar ningún objeto y a cumplir las normas del reglamento, al mejor estilo de las exigencias de Irma Pince. La mayoría de publicaciones de la bibliografía corresponden a temas de América Latina y el Caribe.

El viaducto de Glenfinnan es otro de los íconos de Harry Potter que se puede conocer sin necesidad de embrujos. El tramo de la línea ferroviaria, por donde cruzaba el expreso de Hogwarts, está en la cima de Loch Shiel, al oeste de Escocia, y tiene 380 metros de largo, 30 de altura y 21 arcos.

A 530 kilómetros, en el centro financiero londinense, se encuentra el Leadenhall Market, un mercado decorado con cristales, famoso por sus tiendas de compras como la Cheese, especializada en quesos, y The Pen Shop, con curiosidades decorativas. Este sitio se convirtió en el callejón Diagon, donde los estudiantes de magia iban a hacer sus compras.

El castillo Alnwick, en Northumberland, fue el escenario donde Madame Hooch dio la lección de vuelo en la primera película y el comedor de la iglesia Christ el lugar en el que el divertido sombrero escogía la casa a la que debía ir cada estudiante.

Todos son parajes del Reino Unido que, además de revivir las letras, alguna vez unieron a magos y muggles en un mundo protagonizado por Harry Potter, un personaje que permanece vivo en las páginas de sus libros y parece rondar la biblioteca de la U. de Oxford con su capa invisible.

Autores

El Espectador