Por Isabel Carrasco, directora de DNA Outplacement.
¿Cómo se consigue trabajo hoy en día? La respuesta a menudo tiene que ver con el networking, con la red de contactos de cada uno. Como se suele decir, no se trata de lo que sabes, sino de a quién conoces. Pero, ¿qué significa eso? Al fin y al cabo, estamos conectados con muchas personas, de innumerables maneras. Entonces, ¿a quién podemos ayudar realmente? ¿Qué tipo de relación deberíamos intentar aprovechar cuando buscamos trabajo?
Entonces, ¿siguen siendo claves los conocidos? No.
De las 141 personas que afirmaron que hacer y tener contactos les había ayudado, tan solo el 17 % consideró que un conocido fue el elemento fundamental. Los lazos del entorno de trabajo, sin embargo, demostraron ser más útiles. Más del 60 % de los casos de éxito recopilados incluían una persona con la que ya había trabajado como clave para encontrar otro trabajo. Ni siquiera se trataba siempre de compañeros, también antiguos superiores y clientes. Lo que encontraron más útil quiénes buscaban un nuevo desafío era contar con personas que pudieran hablar con conocimiento de causa y de forma convincente sobre ellos como trabajadores y compañeros.
Durante la década de 1970, las ofertas de empleo se descubrían a través de anuncios de periódico, carteles de "Se busca" y el boca a boca. Ahora, esa es la parte fácil: las personas saben de ofertas de trabajo porque las ven en anuncios en línea, en las listas de puestos vacantes en las páginas web de las empresas e, incluso, son contactadas por cazatalentos. Eso ha dado paso a un nuevo problema: demasiada gente solicita los mismos cargos. Hoy, lo difícil, como casi todo el mundo sabe, es diferenciarse del resto de candidatos: lograr que el curriculum vitae destaque entre una pila de solicitudes, encontrar alguna forma de esquivar un proceso de selección.
Por otro lado, los responsables de contratación se enfrentan al mismo problema: tienen que revisar cientos de solicitudes con herramientas informáticas limitadas, currículums y cartas de presentación. En estos momentos, lo que más valora el personal de Recursos Humanos es una recomendación sólida de alguien que conozca realmente como trabajador al candidato, alguien que pueda avalar que esa persona representaría una buena contratación.
En la práctica, ya que recomendar a una persona para un puesto de trabajo supone una parte tan relevante de las contrataciones, cómo hacerlo se ha convertido en una importante decisión ética. Toda persona que participe en la toma de decisiones sobre una contratación debería pensar cuidadosamente en quién está siendo recomendado y por qué.
Los lazos creados en trabajos anteriores podrían tener más peso al final. Las redes de contactos que le permita crear y potenciar su entorno de trabajo importa. No solo para sus condiciones laborales actuales, sino también para los puestos que pudiera conseguir en el futuro. Puede que la mejor manera de aumentar sus probabilidades de conseguir el puesto que desee más adelante sea tratar bien a los compañeros que tiene ahora.