Denuncian que los precios de los medicamentos están “desconectados” de la economía. Las empresas piden lo que el mercado soportará, en lugar de un precio que refleje los costos.
Ben Hirschler/Reuters Health. Un grupo de investigadores académicos exige el fin de los medicamentos contra el cáncer que cuestan más de US$ 100.000 al año y propone un nuevo modelo de desarrollo de fármacos de bajo costo que capitalizaría los avances recientes de la ciencia.
El costo que sube en espiral de los medicamentos contra el cáncer es una preocupación creciente para los médicos y sus pacientes, muchos de los cuales luchan por pagarlos, ya que a menudo cuestan 10.000 dólares al mes.
Los precios al alza han hecho que la oncología sea enormemente rentable, con IMS Health pronosticando ventas mundiales de fármacos contra el cáncer de al menos US$ 150.000 millones en 2020. Sin embargo, los científicos creen que los precios actuales no son sostenibles ya que cada vez más personas necesitan tratamiento.
Los expertos europeos y estadounidenses expusieron en la revista Cell, ayer jueves, un plan para controlar los costos aumentando el papel de los grupos de investigación académica, trabajando junto a nuevos tipos de empresas privadas, en el desarrollo de nuevos fármacos.
En lugar de simplemente licenciar descubrimientos a la llamada Big Pharma, los grupos académicos deberían considerar en el futuro considerar trabajar con compañías más pequeñas que se comprometan a limitar los precios, compañías de medicamentos genéricos de bajo costo o organizaciones sin fines de lucro, dijeron.
"Algo tiene que cambiar, se trata de un llamado a las armas", dijo a Reuters Paul Workman, uno de los autores y director ejecutivo del Instituto de Investigación del Cáncer de Gran Bretaña.
"Cobrar 100.000 dólares es insostenible, tenemos que estar pensando en bajar los precios hacia la mitad o un tercio, idealmente aún menos".
La convocatoria coincide con la creciente presión política sobre el tema, incluyendo un ataque a los altos precios de los medicamentos por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Workman, cuyo instituto ha descubierto 20 fármacos candidatos desde 2005, cree que los precios de los medicamentos contra el cáncer se han desconectado de la economía, ya que las empresas cobran lo que el mercado soportará en lugar de un precio que refleje los costos.
La justificación principal de los altos precios es la carga financiera de llevar a cabo grandes ensayos clínicos para asegurar la aprobación regulatoria. Sin embargo, esto no se aplica cada vez más en el caso de las modernas terapias contra el cáncer.
Por ejemplo, el estudio de registro para el fármaco de cáncer de pulmón de Pfizer, Xalkori, sólo requería 347 pacientes, mientras que la aprobación extendida del medicamento el año pasado a pacientes con mutaciones en el gen ROS1 involucró sólo a 50 sujetos.
Además, hasta un punto que ya está ocurriendo, muchos de los últimos avances en el tratamiento del cáncer se originan en laboratorios académicos y ahora hay cerca de 150 centros de descubrimiento de fármacos en todo el mundo, de los cuales el 80% desarrollan productos de oncología.
Esos centros académicos deberían enfocarse en el futuro, no sólo en llevar sus descubrimientos al mercado, sino también en asegurar los precios de los medicamentos como parte de sus negociaciones con socios comerciales, dijeron los autores.
Aumentar la escala y la experiencia de los centros académicos llevará tiempo y dinero, pero a largo plazo la nueva competencia también debería ayudar a bajar los precios de la farmacéutica convencional y la biotecnología, dijeron.
Workman, junto con colegas del MD Anderson Cancer Center de Texas y el Instituto de Cáncer de los Países Bajos, dijo que la solución era que una proporción creciente de los desarrollos de fármacos fueran impulsados por el mundo académico.