La clave para estar en forma es mucho más sencilla de lo que crees y está en generar nuevos hábitos.
Muchas veces escuchamos que para tener una buena figura se requieren dietas estrictas o rutinas exhaustivas de ejercicio, pero todo esto es totalmente falso.
La clave para estar en forma es mucho más sencilla de lo que crees y está en generar nuevos hábitos.
- Haz ejercicio tres días a la semana
Sólo necesitas sesiones de 60 minutos. Lo ideal es que combines trabajo aeróbico (elípticas, trotar, caminata) y de fuerza (aparatos, mancuernas, ejercicios con tu propio peso).
También puedes practicar alguna clase de calistenia, funcional, tipo crossfit, dos veces por semana.
Para perder peso o grasa corporal, lo más conveniente es el trabajo aeróbico/cardiovascular; realizarlo a intensidades moderadas por más de 20 minutos al día moviliza la grasa acumulada en cadera o en el centro del cuerpo.
El trabajo de fuerza también es clave, porque entre más masa muscular tengas, quemarás más calorías a lo largo del día. El ganar músculo no implica tamaño; sino que tu cuerpo se sienta y vea firme y fuerte.
- Comer saludable de lunes a viernes
Por saludable se entiende comer de todo con medida, con excepción de las verduras. De estas puedes comer las más que quieras y deja el postre para el fin de semana.
La maravilla de los vegetales es que además de tener nutrientes y fibra –que hace que te sientas lleno-, tienen una característica clave que es su baja densidad calórica; es decir, en cantidades abundantes tienen pocas kilocalorías.
El cerebro registra la cantidad de alimento que recibe, no calorías; por ello podrías comer todo el día lechuga y espinacas, y te sentirías satisfecho sin subir de peso.
- Consume proteína con bajo aporte de grasa
Puede ser en forma de alimento en las comidas principales, y como licuado en snacks. Prefiere el filete de pescado; pollo sin piel, huevo, lomo de cerdo, bistec o filete de res y por supuesto pescados de agua fría que son ricos en Omega 3 (salmón, sardina, macarela, trucha, atún y arenque).
Y la magia es: hacer ejercicio y evitar consumir harinas muy refinadas y grasas en exceso.