¿Cuáles son las cuatro reglas básicas para no caer en la pobreza? No abandonar los estudios, no embarazarse durante la adolescencia, no estar desempleado por periodos largos después de los 25 años de edad y tener una relación de pareja duradera.

 

Los indicadores porcentuales de los primeros tres elementos están mejorando en todo el mundo, mientras que el último empeora. No importa cuán previsor seas, separarte de tu compañero siempre afectará tus finanzas y, por ello, toda pareja debe cultivar su relación con amor y respeto y, al mismo tiempo, prepararse para que el impacto de una posible ruptura sea lo más pequeño posible. Para lograrlo, sugiero una técnica que he bautizado como “esconder el garrote”.

 

Para ejemplificarla mejor, déjenme contarles sobre un entrañable episodio histórico. Entre los personajes más sobresalientes del movimiento independentista en México, están Leonardo Bravo y su hijo Nicolás. Cuando Leonardo fue capturado, Nicolás ofreció a 300 prisioneros españoles a cambio de la vida de su padre. Félix María Calleja, líder del ejército realista, rechazó la oferta y ordenó la ejecución de Leonardo. Al recibir esta noticia, Nicolás liberó a los cautivos, para que estuviera fuera de su poder vengar con ellos a su padre, en caso de que en algún momento de dolor la tentación fuera irresistible. Nicolás escondió el garrote.

 

En el contexto de una relación amorosa, esconder el garrote significa que cuando más amas a tu pareja es cuando debes crear condiciones para que ninguno de los dos pueda jugarle una mala pasada al otro, en caso de que llegue la separación.

 

Cuando empiezas a salir con alguien y te enamoras perdidamente, tu cerebro se inunda de químicos igual de intensos que la heroína.  Parece que el amor durará por siempre aunque, en México, la tasa de divorcios está a la alza, sobre todo entre las parejas con 21 años de casados en adelante (es decir, que la antigüedad no da inmunidad). Creemos que no nos pasará, pero hay muchísimas cosas que pueden salir mal y no está en nuestras manos evitarlas todas.

 

 

De todas maneras, aunque nunca nos suceda la ruptura, es una gran muestra de amor que ambos sienten las bases para una separación lo más tranquila y justa posible hoy, cuando se tienen buena voluntad, en lugar de intentar hacerlo en medio de recriminaciones.

 

Antes de tirar la toalla, soy firme creyente de agotar todos los recursos para salvar el amor, pues la disolución de una relación amorosa tiene siempre efectos terribles en todos los aspectos de la vida familiar. Pero mucho antes de llegar al fracaso matrimonial, no olvides esconder el garrote, a través de tres pasos principales:

 

1. Asegurarse de que ambos comprenden y están de acuerdo con las bases legales que rigen la unión en su lugar de residencia. Es decir, estar conscientes de las reglas que aplican si están casados por bienes comunes o separados, en unión libre o habitando en residencias separadas, y si existe un acuerdo prenupcial. Estos diferentes marcos legales pueden hacer un mundo de diferencia en caso de separación. Y ninguno es bueno o malo, todo depende de lo que ustedes quieren en la vida, y de su estilo de vida. Por ejemplo, si un miembro de la pareja se dedicará al hogar, no son recomendables la unión libre o el matrimonio por bienes separados, a menos que tengan un plan para que la persona que trabaja en casa reciba la misma seguridad financiera de quien trabaja fuera.

 

2. Procurar que las grandes decisiones financieras estén pensadas siempre para dar resultados justos en caso de una separación o crisis. Con base en el marco legal de tu unión, deberán pensar y equilibrar a nombre de quién estarán las deudas y préstamos, las cuentas bancarias, los bienes inmuebles, y cómo se repartirán los gastos domésticos y los ahorros, producto del trabajo de ambos. También debe existir acuerdo acerca de las previsiones financieras en caso de que uno de los dos pierda el empleo o fallezca.

 

3. Evitar la infidelidad financiera en el transcurso de la relación. Está prohibido comprar un auto a crédito para vengarte de que tu pareja se compró una moto sin consultarte. Es decir, las decisiones financieras deben tomarse de común acuerdo, dado que las consecuencias de dichas decisiones son absorbidas por ambos miembros, pero si a tu pareja le cuesta trabajo apegarse a las reglas, portarte igual que él no es una solución... los dos se hundirán más rápido. Es necesario que establezcan límites que los hagan sentir cómodos, y evitar ocultar información financiera o mentir a la pareja.

Edith Esquivel/ Dinero en Imagen