A raíz del triunfo presidencial de la derecha en Chile, los analistas anticipan también que no habrá un cambio en la política chilena hacia el vecino Perú, ni una posible salida soberana al mar para Bolivia.
Santiago. El triunfo del derechista Sebastián Piñera enlas elecciones presidenciales chilenas se suma a las crecientescorrientes conservadoras en América Latina, que están frenando elavance del modelo izquierdista liderado por el venezolano Hugo Chávez.
Los analistas anticipan además que no habría un cambio en lapolítica de Chile hacia el vecino Perú, en medio de una disputalimítrofe, mientras que Piñera cerró completamente la puerta a unaposible salida soberana al mar para Bolivia.
Piñera obtuvo un 51,6 por ciento de los votos en unos disputadoscomicios el domingo, arrebatando el poder que por dos décadas mantuvouna coalición de centroizquierda que resucitó las relaciones de Chilecon América Latina, tras la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
La relación de Chile con sus vecinos ha sido dispar: mejoróimpresionantemente sus vínculos con Argentina, también compuso sudiálogo con el mandatario boliviano Evo Morales y, aunque aumentófuertemente sus relaciones comerciales con Perú, los vínculos entreSantiago y Lima sufrieron altibajos.
La elección de Piñera y su llegada al palacio presidencial de LaMoneda se suma a otros gobiernos conservadores de la región comoColombia, México y Perú, que contrarrestan el viraje a la izquierda deChávez.
El militar retirado, que impulsa el "Socialismo del siglo XXI" enVenezuela y busca contrarrestar la influencia de Estados Unidos en laregión, ha logrado conformar un bloque de aliados que incluye aBolivia, Ecuador, y Nicaragua, además de la comunista Cuba.
En tanto, otros gobiernos con tendencia de izquierda, como Brasil yArgentina, son socios menos incondicionales de la "revolución"venezolana, pese a haber estrechado sus relaciones en los últimos años.
Para Andrés Stambouli, politólogo y profesor de la UniversidadMetropolitana en Caracas, la llegada de Piñera, más un ciertodistanciamiento a Chávez de otros países como El Salvador y Uruguay,trunca el avance del modelo "chavista".
"Había una especie de idea de expansión del modelo de Chávez enArgentina, Uruguay, Paraguay; pero la realidad ha ido enseñando que no,que las peculiaridades del Gobierno de Chávez son muy propias y ningúnotro Gobierno, ni siquiera Ecuador, está siguiendo esas pautas",explicó.
Por su parte, el experto de América Latina del Inter-AmericanDialogue en Washington, Daniel Erikson, consideró que la victoria dePiñera permitirá los lazos de Chile con Colombia, aunque aclaró que "noesperaría que esto resulte en ninguna confrontación con Venezuela".
Esto le permitiría a Bogotá, el mayor aliado de Washington en laregión, buscar apoyo en el nuevo Gobierno para polémicas medidas, comola ampliación del uso de sus bases militares por parte de EstadosUnidos.
En contraste, Piñera ha criticado a Venezuela diciendo que norespeta los principios básicos de la democracia, la separación depoderes y la libertad de expresión.
El presidente electo acompañará a la actual mandataria, MichelleBachelet, a la reunión del Grupo de Río que se realizará en México afinales de febrero.
Diferencias históricas. Sin embargo, para Erikson, el triunfo de la derecha en Chile, juntocon una posible victoria conservadora en Brasil, podría significar uncambio en el fiel de la balanza de las fuerzas políticas que dirigen laregión.
"La pregunta que queda es si la victoria de Piñera es un incidenteaislado o podría ser parte de una amplia ola que trae a los gobiernosconservadores de vuelta al poder en la región", destacó.
Sin embargo, entre quienes podrían ser sus nuevos "aliados", undesafío para Piñera será la relación con Perú, país con el que Chilemantiene una histórica disputa fronteriza, hoy en una corteinternacional.
"Hasta que no se resuelva el tema de La Haya estoy seguro queseguirá habiendo tensiones entre ambos", aseguró Fabián Novak, analistadel Instituto de Estudios Internacionales y profesor de la UniversidadCatólica del Perú.
Pese a ello, el analista ve un incremento en las inversiones mutuas,que se han desarrollado al margen de las diferencias políticas.
Por su parte, Piñera se ha pronunciado por mejorar la relacióncomercial con el Gobierno boliviano, pero el diferendo por el anheladoacceso al mar de La Paz, que Chávez también ha demandado, podría nublarel panorama.
"Vamos a facilitar el acceso de Bolivia a nuestros puertos para quelos pueda utilizar para su comercio exterior, vamos a buscarintegración económica, cultural. Pero no vamos a ceder (...) niterritorio ni mar", dijo Piñera en un debate electoral este mes.