Descubra la mejor manera de proteger su privacidad en las redes sociales. A medida que el internet se entrelaza con nuestras rutinas diarias, tendemos a subestimar el hecho de compartir nuestra información personal.
Pasamos horas de la semana en línea: navegando por internet, jugando, socializando con los amigos, comprando e incluso realizando operaciones bancarias. En casi todas esas actividades compartimos nuestra información personal en línea.
La información personal, conocida también como información personal identificable (PII), consiste en información que puede ser utilizada para identificarte o contactarte y se compone de tu nombre, domicilio, números telefónicos, nombre de tu escuela, fecha de nacimiento, número de seguro social, fotografías, videos, números de tarjetas de crédito y cuentas bancarias, hábitos o preferencias de compra, y cualquier otra información sobre tu vida y las cosas que te gustan y te disgustan.
Algunos de los sitios más comunes donde podríamos compartir tal información son los sitios de redes sociales, los mensajes instantáneos, las salas de chat, las redes para compartir archivos y los sitios web de subastas o compras.
A medida que el internet se entrelaza cada vez más con nuestras rutinas diarias, tendemos a subestimar el hecho de compartir nuestra información personal con un grupo de personas mucho más amplio. La creciente popularidad de los teléfonos inteligentes y de otros dispositivos móviles con capacidades de internet permite que aquellos con acceso en tiempo real a esa información compartida copien, almacenen y reenvíen dicha información. La información también puede ser archivada o clasificada por los motores de búsqueda y otras tecnologías que incrementan el acceso a ella en el internet y dificultan su eliminación. En resumen, esas tecnologías aumentan en extremo las posibilidades de que tu información personal se pueda compartir o proporcionar en una manera que jamás pensaste o que podría traer consecuencias dañinas para ti.
Las redes sociales, un vistazo a tu vida. La mayoría de nosotros tenemos perfiles en redes sociales como Facebook, My Space o Friendster. Aunque Facebook solía ser utilizada exclusivamente por estudiantes universitarios de todo el mundo, en años recientes la edad promedio de su población ha estado aumentando. En mayo de 2008, la edad promedio en Facebook era de 26. Hoy en día es de 33, es decir, siete años más. Con más de 400 millones de usuarios registrados en todo el mundo, podemos afirmar que casi toda la gente que conoces ya cuenta con su propio perfil.
Un vistazo a un perfil en cualquier red social nos dirá casi todo lo que necesitamos saber acerca de una persona, y la posibilidad de que esa información caiga en las manos equivocadas es muy real. Aunque los beneficios obvios que ofrecen las redes sociales en términos de conectividad son innegables, necesitamos tomar medidas para protegernos y evitar ser explotados:
1.- Protege tus cuentas con contraseñas fuertes y únicas. Nunca utilices la misma contraseña que empleas para tu cuenta de correo electrónico, ya que eso reduce la posibilidad de que un hacker o incluso tus amigos entren a tu cuenta sin permiso. Ten una contraseña diferente para cada red social. De esa forma, si te roban una de tus contraseñas, no estarán en riesgo tus demás cuentas.
2.- Nunca pulses en enlaces sospechosos -incluso si parecen ser de tus amigos. Las cuentas de tus amigos pueden haberse infectado con virus u otro software dañino. Si pulsas sobre los enlaces que tus amigos colocan en la página de tu perfil o que te envían en mensajes, tu computadora y tu cuenta también pueden infectarse.
3.- Toma en cuenta la cantidad de información personal que compartes en línea. No compartas información que podría poner en riesgo a ti o a tu familia (por ejemplo, tu fecha de nacimiento, domicilio, información sobre tus actividades diarias o planes vacacionales). Esa información puede ser utilizada por delincuentes con fines de robo de identidad. Aunque en ocasiones esto sea inevitable, asegúrate de definir tus preferencias de privacidad para controlar la cantidad y el tipo de información que deseas compartir para que la gente que no conoces bien sólo pueda ver ciertas partes de tu perfil.
4.- Piensa antes de comentar. Las fotografías, comentarios y mensajes que compartes en tu muro pueden ser vistos por cualquiera y no siempre se pueden eliminar si cambias de parecer. Eso incluye la información en tu perfil, blogs y otros foros. La gente con frecuencia olvida que otras personas además de sus amigos pueden ver la información.
Una vez que la información está en línea no es fácil eliminarla. Incluso si eliminas tu información de un sitio, las versiones guardadas o en caché pueden seguir existiendo en otras computadoras. Tus “amigos” podrían compartir tu información con tu jefe, o incluso con la prensa. Piensa si la información que compartes hoy podría dañarte dentro de 10 o 20 años.
5.- Desconfía de los extraños. La gente no siempre es quien dice ser. Es buena idea limitar la cantidad de gente que aceptas como amiga. Si eres “amigo” de gente que no conoces, ten cuidado con la cantidad de información que revelas y no aceptes conocerla en persona. Utiliza los ajustes de privacidad de tu red social para restringir el acceso de esas personas a tu información.
6.- Revisa las políticas de privacidad de los sitios. Algunos sitios pueden compartir información como direcciones de correo electrónico o preferencias de usuario con empresas, mismas que podrían enviarte correo no deseado. Intenta encontrar las políticas de esos sitios respecto a la manera en que manejan las referencias para asegurarte de que no inscribas por error a tus amigos para recibir correo no deseado.
Por último, aunque no por eso menos importante, utiliza el navegador más actualizado. Descarga los navegadores más nuevos, tales como Internet Explorer 8, asegura que cuentas con la tecnología más reciente para estar protegido todo el tiempo.