Por Rubén Aguilar Valenzuela, Asesor Político para El Economista.
En el 2016, el turismo médico dejó en México US$ 4.798 millones que es 5,2% más que en el 2015 y se espera que en el 2017 crezca en 6,0% y llegue a los US$ 6.000 millones, según Euromonitor.
El crecimiento exponencial del sector en los últimos años se debe a cuatro causas: la calidad de los servicios médicos privados, el tipo del cambio del dólar, el buen precio de los tratamientos y los atractivos turísticos del país.
México, con 1.100.000 pacientes extranjeros que se atienden, incluye a los migrantes que regresan para tratamientos, ocupa el segundo lugar mundial de acuerdo a la plataforma de viajes Patients Beyond Borders.
El primer lugar es Tailandia con 1.200.000 pacientes, le sigue Singapur con 550.000 , Estados Unidos con 300.000, India con 250.000, Turquía con 155.000, España con 100.000, Brasil con 55.000 y Costa Rica con 48.000.
Las intervenciones quirúrgicas y los tratamientos médicos en México son en promedio 80% más baratos que en Estados Unidos, según la Medical Tourism Association.
de los turistas que viajan a México por motivos de salud, 80% son estadounidenses. Los médicos que los atienden son altamente calificados y muchos de ellos cuentan con estudios de especialización en las mejores universidades de Estados Unidos. Eso les da confianza.
Dos ejemplos dan idea de lo ventajoso que es para ellos tratarse en el país: el remplazo de una válvula cardiaca cuesta en Estados Unidos US$ 170.000 y en México US$ 18.000; una cirugía de columna allá US$ 100.000 dólares y aquí (en México) US$ 12.000 dólares, de acuerdo con la Medical Tourism Association.
Ahora, los establecimientos médicos certificados por el Consejo de Salubridad General que se enfocan al turismo médico se ubican en tres zonas. La primera en la frontera norte, en especial Tijuana, Monterrey, Nuevo Laredo, Ciudad Juárez y Reynosa.
La segunda es la centro-occidente que abarca la Ciudad de México, Guadalajara, San Luis Potosí y Querétaro. La tercera en la Península de Yucatán con Mérida y Benito Juárez (Cancún). Los grandes retos del sector son el diversificar la oferta médica, ampliar el servicio a otras ciudades del país y mantener precios muy competitivos como lo han hecho hasta ahora. Todo indica que esa industria seguirá creciendo y consolidándose.
Las ciudades de la frontera norte son las que más posibilidades tienen de crecer por la cercanía con Estados Unidos. Para muchos estadounidenses cruzar a México para ver al dentista o hacerse una cirugía plástica es como si se atendieran dentro de su país.
El desarrollo del turismo médico debe de ser objeto de un plan nacional en el que participe el gobierno federal y los estados, y éstos y la iniciativa privada. Existe la capacidad y la infraestructura. Hay que potenciarla.