Los investigadores que proponen el sistema, esperan que ayudaría a evitar cirugías invasivas.
¿Es la realidad aumentada el futuro de la medicina moderna? En los hospitales convencionales se utilizan técnicas como rayos X, tomografía computarizada (TC), resonancia magnética (IRM) y ultrasonido. Estos pueden revelar estructuras como los huesos, permitiendo a los radiólogos ver una pierna fracturada, por ejemplo, pero también pueden revelar órganos blandos como el hígado o el cerebro. Juntos, les brindan a los médicos las herramientas que necesitan para ver dentro, hacer diagnósticos y planificar la cirugía. Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad Canadiense de Alberta ofrece una solución que no obligue a realizar una cirugía invasiva en el paciente.
La realidad aumentada proporciona imágenes en tiempo real del interior de los pacientes, proyectando imágenes CT o MRI tridimensionales obtenidas previamente en la piel. “Hay muchas aplicaciones para esta tecnología, incluida la enseñanza, la fisioterapia, la cirugía laparoscópica e incluso la planificación quirúrgica”, asegura Ian Watts, un estudiante graduado en ciencias de la computación que creó el sistema junto con el estudiante Michael Fiest. “Es como si tuvieras una linterna, y pudieras seleccionar una parte del cuerpo y mostrar lo que hay adentro”, añade.
Perfeccionando la calibración de detección de movimiento
El sistema incorpora un proyector, cámaras infrarrojas y marcadores que se colocan en ubicaciones estratégicas en el cuerpo del paciente. Las cámaras rastrean esos marcadores, lo que permite que el sistema conozca la orientación del cuerpo y así las imágenes proyectadas en la piel puedan moverse como lo hace el paciente.
Watts y Fiest están perfeccionando esta calibración de detección de movimiento, y les gustaría ofrecer sensores de profundidad para permitir a los médicos personalizar lo que ven. Por ejemplo, podrían optar por mostrar solo algunas de las imágenes compuestas.
El siguiente paso en el desarrollo de ProjectDR es incluir simulaciones quirúrgicas. Si la tecnología funciona, será posible ayudar a los médicos a planificar y ejecutar procedimientos. Pero tiene otros usos también. “Hay muchas aplicaciones para esta tecnología, incluso en ámbitos como enseñanza, fisioterapia, cirugía laparoscópica e incluso planificación quirúrgica”, declara Watts.
Además, para estudiantes de anatomía, fisiología y terapia física, la posibilidad de ver dentro de un paciente supone un gran paso para el campo de la enseñanza. Y es que, no hay duda de que se abre un universo de posibilidades.