La neuróloga de Clínica Somno, Victoria Cargioli, señala que “en muchos pacientes con enfermedad de Parkinson, los trastornos del sueño comienzan mucho antes que los síntomas motores.
El Parkinson es una de las enfermedades más temidas al llegar a una edad avanzada. Su diagnóstico precoz es clave para tener una mejor calidad de vida. Hoy una serie de estudios demostrarían que alteraciones al sueño tienen profunda relación con estas enfermedades degenerativas.
La neuróloga de Clínica Somno, Victoria Cargioli, señala que “en muchos pacientes con enfermedad de Parkinson, los trastornos del sueño comienzan mucho antes que los síntomas motores. Los trastornos de sueño más frecuentes son el trastorno conductual del sueño REM, el insomnio y la hipersomnia diurna. Éstos pueden deberse a la misma enfermedad o a efectos adversos de los fármacos”.
En la evaluación médica de pacientes con la enfermedad parkinson se estudia la calidad del sueño en relación a:
- Insomnio permanente
- Movimientos durante el sueño REM. Un paciente sano no tiene mayores movimientos dísicos en esta etapa del dormir, que es cuando se sueña, en tanto, los pacientes con parkinson pierden esta característica y se mueven constantemente.
- Hipersomnolencia diurna y ataques de sueño, es decir ganas imperiosas de dormir.
- Síndrome de piernas inquietas y movimientos constantes de las piernas durante el sueño.
- Síndrome de apneas durante el sueño.
Se estima que entre un 20% y 50% de los pacientes que presentan la enfermedad de parkinson tienen un síndrome de apnea del sueño, consistentes en ahogos nocturnos provocados por el bloqueo de la faringe al respirar. Su diagnóstico es clave ya que es un factor de riesgo importante para infartos del corazón y el cerebro.
Es con la una polisomnografia nocturna, la prueba más rigurosa disponible para estudiar el sueño, donde las personas con parkinson presentaron micro-despertares y fragmentación del sueño.
“La polisomnografía es un estudio que nos permite evaluar la calidad del dormir. Los microdespertares deterioran la calidad del sueño ya que lo fragmentan e impiden que descansemos profundamente. Éstos pueden deberse a ronquidos, apneas, bruxismo o movimientos de piernas”, manifiesta Cargioli.