Un equipo de investigadores españoles ha identificado un perfil de marcadores proteicos relacionados con la respuesta inmunitaria.
Científicos de la Universidad Jaume I de Castellón (UJI), la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) y CIC bioGUNE, un centro dedicado a la investigación biomédica de Euskadi, han patentado un nuevo método in vitro para predecir la biocompatibilidad de materiales destinados a la fabricación de implantes médicos como prótesis articulares y dentales, válvulas y stents.
La patente se basa en la detección de un grupo de proteínas vinculadas a la reacción inflamatoria. De hecho, los investigadores han identificado un perfil de marcadores proteicos, relacionados con la respuesta inmunitaria, que se pueden analizar en una muestra biológica aislada in vitro, y cuya presencia por encima de un nivel de referencia es indicativa de la no biocompatibilidad in vivo.
“Esta metodología –explica Nuno Araújo– nos permitirá en el futuro afrontar el experimento in vivo con más seguridad, y disminuir el número de animales implicados, a la vez que se reducen los tiempos y los costes”.
La invención constituye un test acelerado sobre la biocompatibilidad de materiales que permite descartar, en la fase in vitro, aquellos con peores perspectivas, evitando de este modo inversiones costosas en innecesarios estudios in vivo y facilitando así un traslado más rápido de los nuevos materiales a la fase clínica. Acelera y abarata notablemente el desarrollo de nuevos materiales para implantes y permite reducir el número de animales empleados en experimentación.
La novedad de esta metodología reside en el establecimiento de una correlación robusta entre el perfil proteico obtenido en las pruebas in vitro y el adquirido mediante ensayos in vivo, más fiables por definición.
De este modo, y gracias a esa correlación in vitro/in vivo, el nuevo método permite, mediante la determinación y cuantificación de dichos marcadores en muestras in vitro, predecir o pronosticar la biocompatibilidad de biomateriales-implantes, prótesis articulares y dentales o catéteres, comenta el investigador principal del proyecto, Julio Suay.
La tecnología es útil para los sectores de fabricantes de prótesis médicas y para los productores de biomateriales. También para los grupos de investigación de centros de I+D que realizan ensayos in vitro e in vivo aplicados al desarrollo de nuevos materiales; y en el sector sanitario, en concreto, para los pacientes que necesitan un implante. De hecho, con un simple análisis de sangre se podría obtener información detallada sobre si el paciente es susceptible de sufrir complicaciones en una operación de implantación de prótesis.