Nuevo Marriott en Colombia ya está dando que hablar. Situado estratégicamente en la zona de El Poblado, el hotel destaca por sus líneas simples y su recatado lujo.
Todavía no amanece en Medellín y ya el ajetreo de la mañana se siente, junto al aroma omnipresente del café. La urbe va despertando con rumba, las noticias y el sonido de la maquinaria pesada que levanta nuevos edificios, organiza aparcaderos o amplía las carreteras que llevan hacia la montaña, la selva o el aeropuerto.
Es que la capital del Estado de Antioquía jamás se detiene. La ciudad de la eterna primavera, esa en que las flores abundan y enmarcan las múltiples construcciones de ladrillo rojo, representa el espíritu paisa y todo el empuje colombiano de los años recientes, donde se reúnen industrias tan variadas como la de la moda, el retail, los seguros, el turismo y por supuesto, el emprendimiento.
Este Marriott es el tercero que la marca ha abierto en Colombia, luego de los que existen en Cali y la capital, Bogotá y por eso el hotel tiene aún ese aroma a nuevo, en que el visitante de negocios o placer se siente igualmente a gusto, con una serie de comodidades para quedarse, sin prisas, pero a la vez seguro de encontrarse distante solo a minutos de las variadas atracciones que tiene la ciudad.
Ubicado en el sector de El Poblado, en la denominada Milla de Oro -el distrito de negocios y entretenimiento de la ciudad-, el viajero de negocios no tendrá problemas para seguir trabajando con comodidad: 350 metros cuadrados de espacio para reuniones, salones de diferentes tamaños para eventos, seminarios o almuerzos de negocios, con capacidades que van desde 10 hasta 300 personas. Un salón ejecutivo en el piso 11, para clientes frecuentes, y espacio para trabajar, tanto formal como semi formal, usando el lobby o su corner coffee, pequeño espacio ideado para juntas breves en la planta baja.
Lo distintivo de estos salones de trabajo es que, además, están coordinados por Red Coat Direct, una App lanzada en 2016 por Marriott que sirve para atención personalizada en cuanto a reuniones y eventos.
Además, cerca de este nuevo hotel se ubican las oficinas corporativas de entidades como Bancolombia, la Universidad EAFIT, Empresas Públicas de Medellín (EPM) o clínicas.
Y si lo que busca es esparcimiento, tendrá también a su disposición centros comerciales como Santa Fe y Oviedo, y los mejores restaurantes y bares de la ciudad.
Habitaciones a medida
El hotel, que abrió en noviembre para sus miembros de fidelidad, y en febrero para el público en general, tiene 163 habitaciones, incluyendo 8 suites – una de ellas presidencial – donde destaca una composición espacial diferente al de otros hoteles de la marca. No hay alfombra y existe un pequeño salón antes de ingresar al dormitorio, que permite relajarse, reunirse con clientes o amigos, o simplemente trabajar en un espacio distinto del que generalmente se destina para los efectos personales y para dormir. Otra sorpresa es que el baño es doble: hay uno básico junto al saloncito de ingreso y otro más grande y luminoso al que se accede solamente desde dormitorio, lo que permite mayor privacidad para el o los huéspedes, aún si tienen invitados en su habitación.
Todos los pasajeros también pueden acceder de forma inmediata a aplicaciones de entretenimiento en la habitación, incluyendo Netflix, con Smart TV de 50 pulgadas e internet dedicado, con su propio router. Y como sucede con todos los Marriott, tienen a disposición de sus huéspedes las Ted Talks, por circuito cerrado, además de acceso a charlas en vivo, la que se realizan de forma regular, con la presencia de los Ted Fellows, interesantes invitados que destacan en sus campos laborales y que con sus disertaciones invitan a los pasajeros a abrir los límites de la imaginación.
Si desea relajarse entre reuniones o descansar luego de salir a recorrer la ciudad y sus alrededores, el hotel tiene servicios de calidad en su completo Spa. Hay también un gimnasio que funciona 24/7 y una piscina temperada al aire libre con vista panorámica en el piso 4, equipada de camarines, sillones para tomar el sol y un servicio de bebidas junto al agua.
Para comer, están los restaurantes The Market, de comida internacional y un decorado contemporáneo que asombra, junto al Nau Sushi lounge, especializado en comida japonesa, con una amplia terraza además de un discreto lobby bar para finalizar la noche. Todo ello enmarcado en una decoración que resalta por su discreto lujo, con una paleta de colores neutros, materiales nobles, excelente iluminación y por supuesto, frescos y exóticos arreglos florales, que son uno de los productos artesanales más tradicionales de Medellín.
Completan este cuadro el servicio de check-in y check-out móvil, que elimina la necesidad de hacer filas, junto a un agradable espacio de parqueo para coches privados o de alquiler, constantemente atendido por anfitriones que, junto al Concierge, ayudan al viajero sacar el mejor provecho de los atractivos de la ciudad.
Conociendo Medellín
Medellín y sus alrededores ofrecen muchos atractivos para el visitante. Lo primero es estar preparado para la lluvia, ya que como cualquier ciudad subtropical es posible recibir desde leves gotas hasta un aguacero en pocos minutos. Y tan luego como llega se va, dejando paso al sol, que no suele sobrepasar los 26 grados.
Visitar el cerro Nutibara y su pueblito paisa es casi una obligación. Ahí se recrea un poblado típico del interior de Colombia, con sus colores vivos, arquitectura colonial española y tradición agrícola. Desde su mirador es posible apreciar toda la ciudad, desde el pequeño aeropuerto donde hace casi 80 años explotó el avión donde viajaba Carlos Gardel, hasta los hitos arquitectónicos y naturales de la ciudad, atravesada por el caudaloso río Medellín.
También es un must pasear por la plaza Botero y conocer los edificios históricos del casco antiguo de la ciudad, aunque siempre hay que recordar como en toda ciudad grande, que no es ideal llevar el celular o la cámara fotográfica muy visible.
Si se anima, puede llegar hasta la famosa Comuna 13, un cerro que se hizo tristemente famoso a principios de la década pasada por su peligrosidad: tras una trágica historia de desalojo forzado y remodelación, sus residentes apelaron a la resiliencia y hoy se abren al turismo local, con galerías de arte, emprendimientos culinarios, música, artesanías y recuerdos. Una escala mecánica de seis tramos facilita el ascenso para conocer a su gente e historia. Mención aparte son sus coloridos murales, de grafiteros que viven en la zona, que plasman de forma impactante la historia reciente de la comunidad.
Existen muchos museos y plazas temáticas al aire libre, como el museo El Castillo, el parque El poblado, la plaza del Agua, el Jardín Botánico y el acuario del parque Explora. No debe olvidar que el metro de la urbe es muy amplio y seguro, y se complementa con un servicio de metrocable, con el que distintos cerros – en Medellín hay siete – se unen a la parte baja de la ciudad.
A pocos minutos de la ciudad también hay escapadas por el día o de fin de semana. Como la famosa presa de Guatapé y la roca del Peñol. Es un municipio muy pintoresco, donde el medio de transporte son motochivas (también conocidos como tuk-tuk), en el que abundan las fincas y hospedajes a las orillas del lago artificial y donde uno de sus atractivos, junto a la pesca y la navegación, consiste en subir una formación rocosa de doscientos metros, mediante unas escaleras de 700 peldaños, algo recomendable solo para quienes tengan excelente condición física. O tomar uno de los tantos tours de café, para conocer de primera fuente sobre el cultivo y cosecha del grano colombiano por excelencia.