Se trata de los resultados del estudio “Cultura de Integridad en México. Combate a la corrupción”, aplicado a 1.060 ejecutivos.
Hablar de la corrupción en México se ha vuelto lugar común, pero no por ello deja de ser un lastre para la empresa y la sociedad. El Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) señala las compañías pierden 5% de sus ventas anuales por este mal, para el país el costo es de 9% del Producto Interno Bruto (PIB).
Los hombres de negocios pueden aportar para combatir este mal y para ello se requieren tres elementos: voluntad de sus líderes, política de sanciones e incentivos y una cultura de integridad, sobre todo en esta última ya que 30% de las empresas no cuentan con un código de ética y 65% no tienen presupuesto para impulsar una cultura de integridad, destaca una encuesta del Centro de Estudios para la Gobernabilidad Institucional (CEGI), del IPADE y del Centro para la Empresa Privada Internacional (CIPE).
De acuerdo con los resultados del estudio “Cultura de Integridad en México. Combate a la corrupción”, cuyo objetivo es generar mayor conocimiento y conciencia de los costos económicos y sociales de la corrupción en las empresas mexicanas, mejorar las habilidades de las pequeñas y medianas empresas (pymes) para que puedan hacerle frente.
En el estudio participaron 1.060 ejecutivos -51% fueron directivos o dueños de la empresa- de 251 compañías mexicanas. Siete de cada 10 dijo que el nivel de corrupción en México es alto o muy alto y que el favoritismo, el nepotismo y la mordida son las prácticas más comunes.
Consideraron que la impunidad es lo que más propicia la corrupción, y 41% contestó que el área donde más se dan este ilícito es la de Operaciones.
“Resulta necesario fomentar en las empresas sistemas de prevención de actitudes poco éticas que permitan que los colaboradores sean los promotores de la cultura de integridad, pues el factor cultural es clave para atacar la corrupción”, expuso Felipe González y González, presidente ejecutivo del CEGI del IPADE.
El 89% de los empresarios afirma que promueve la cultura de la integridad y 74% comunican políticas y reglamentos internos y 21% otorga incentivos económicos por el cumplimiento de norma, pero llama la atención que 43% de los entrevistados no maneja ninguna herramienta de denuncia y 47% no comunica actos de corrupción cometidos.
Implementar una cultura de integridad tiene sus barreras. El entorno, la resistencia al cambio y la falta de conciencia sobre el tema son las más recurrentes. Esto lleva a que sólo 35% de los entrevistados acudiría al CEO para denunciar un acto de corrupción, mientras que 13% no lo denunciaría.
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