Niños del Putumayo encontraron solución a un problema ambiental en su región, a través de la reutilización de residuos orgánicos para elaboración de tableros de aglomerado.

No solo las grandes empresas de tecnología tienen innovadoras ideas para el futuro. Así lo demostraron cinco estudiantes del colegio público Técnico Sucre, del municipio de Colón en el Putumayo. Estos menores, que no superan los 14 años, identificaron unproblema ambiental que afectaba a su comunidad y lo resolvieron a través de una idea innovadora, que no sólo tiene un impacto social sino productivo y sostenible.

Los habitantes de Colón se enfrentaban a una incómoda acumulación de las cortezas de frijol en periodos de pos cosecha. Al no saber qué hacer con ellos, estos residuos eran incinerados, con el consecuente impacto ambiental para la zona. La solución, aunque aparentemente sencilla -pero que hasta el momento los productores no habían sido capaces de encontrar- consistió en utilizar esas cascarillas y crear tableros de aglomerado. 

Estos pequeños se propusieron mejorar las condiciones de su región y lograron que el gremio de los cultivadores trabajara de la mano con ellos. Con este proyecto, además de beneficiar a su región, representaron a Colombia en un concurso promovido por Samsung en toda América Latina.

“Esta no es la primera vez que el colegio representa a Colombia en certámenes internacionales de ciencia y tecnología. En cuatro ocasiones quedamos de finalistas e incluso de ganadores con iniciativas que desde las aulas los maestros y los estudiantes ponían en práctica su destreza y conocimiento”, explicó Edgardo Criollo Cuevas, rector del colegio Técnico Sucre.

Ideas para el futuro es la iniciativa de esta compañía tecnológica coreana que busca básicamente incentivar las competencias científicas y de responsabilidad social de los niños y niñas de la región.

El concurso es sólo una excusa para, además de poner a pensar a los niños, demostrar que en el país hay pequeños genios con mucho potencial pensando en grande. En total fueron 346 proyectos presentados (85% de ellos de fuera de las capitales) y en los que participaron cerca de 1.730 estudiantes.

El proyecto de tableros aglomerados fue presentado durante un evento en São Paulo en el que destacados académicos, representantes de la Unesco y maestros discutieron sobre la importancia de incentivar proyectos de investigación como parte del proceso educativo en Brasil, México, Colombia, Argentina, Panamá, Chile y Perú.

“Para Samsung es importante crear estos espacios en los que se pueda plantear una discusión transparente sobre la calidad educativa en la región, en donde los niños no sólo sean sujetos de los procesos educativos sino participes de un cambio”, dice César Muñoz, Gerente de Ciudadanía Corporativa Samsung Colombia.

Pero los niños del Putumayo no fueron los únicos que mostraron talento para innovar. Entre los finalistas estuvieron estudiantes representantes de La Guajira, quienes crearon un desalinizador de agua. De Copacabana (Antioquia) sorprendieron otros menores con la elaboración de plástico a partir del uso de la pepa de zapote; los estudiantes de Boyacá desarrollaron un proyecto de reciclaje de vidrio de colores, desechado precisamente por la dificultad que representa su reutilización en el mercado y los de Subachoque (Cundinamarca) crearon robots a partir de la utilización de residuos electrónicos.

La posibilidad de mostrar sus ideas en São Paulo no es el único premio que recibieron estos jóvenes creadores, además le aportarán posibilidades de conocimiento a sus compañeros. “Es satisfactorio ver cómo un trabajo hecho en clase sea reconocido a nivel internacional, pero sin duda lo más importante de esta experiencia es la motivación que deja este tipo de actividades en los demás estudiantes (…) el proceso educativo tendrá un giro importante en nuestro colegio con la implementación de un Aula Digital, equipada con tabletas y computadores donadas por Samsung que facilitarán el aprendizaje”, puntualizó el profesor John Jairo Cabrera.

Hasta el momento Samsung ha contribuido en la implementación de tres Aulas Digitales o Smart School en la Pontificia Universidad Javeriana (Centro Ático), a la que asisten estudiantes de colegios públicos de Bogotá, en el Colegio San Francisco de Asís (Los Mártires - Bogotá) y otra en Popayán.

En estos escenarios de aprendizaje los niños, al interactuar con la pantalla de una tableta, demuestran mayores habilidades y gusto por el conocimiento.