Se trata de las Empresas Sociales, que en cuyo ADN saben que el mundo no es infinito y que miran con detención nuevas rutas para avanzar responsablemente y con justicia.
En tiempos de fuerte discusión sobre el futuro del planeta, de desastres medioambientales y sociales, es que nacen con fuerza cierto tipo de organizaciones que no sólo ponen sobre alerta de estas temáticas sino que se hacen cargo de avanzar por la senda de un crecimiento sostenible.
Son las Empresas Sociales, que en cuyo ADN saben que el mundo no es infinito y que miran con detención nuevas rutas para avanzar responsablemente y con justicia. Es esta misma mirada la que manifestó el Jefe de Carrera Ingeniería Comercial de la Universidad Federico Santa María y Director de “La Quinta Emprende”, Jorge Cea Valencia, durante el café conversatorio estudiantil organizado por el Núcleo académico de Desarrollo Humano y Economía Social de la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad del Pacífico.
“Las proyecciones nos dice que si seguimos consumiendo y produciendo como lo estamos haciendo ahora, en el 2050 vamos a necesitar 4 planetas Tierra para poder generar todo lo que necesitamos”, señaló el experto como parte de las causas del nacimiento de este tipo de organizaciones.
Su exposición también hizo referencia a la desigualdad en el acceso a estos recursos. “El 20% más rico de la población consume el 80% de los recursos y el 20% más pobre consume el 1,6% de los recursos. No sólo hablamos de un problema de injusticia sino de ineficiencia en términos distributivos”.
Y es ahí donde aparecen con fuerza estos conceptos de economía social. ¿Y qué nos dice? “Que el deber de las organizaciones y de las empresas van más allá de sólo buscar la rentabilidad como lo decía Milton Friedman en la década del 50, Premio Nobel de Economía, padre intelectual de los Chicago Boys, de donde importamos gran parte del modelo económico que sigue imperando en Chile”.
El expositor aclaró que cuando se habla de economía social hoy, se está haciendo referencia a los nuevos modelos de gestión y de nuevos modelos de empresa. “Entonces el concepto más adecuado es hablar de empresa social, ¿cómo nos organizamos para que empresas y organizaciones como nosotros las conocemos hoy día, se involucren y se hagan responsables? Responsables no sólo desde un punto de vista de rentabilidad, sino para involucrar a distintos Stakeholder, como por ejemplo el medio ambiente, o la comunidad en términos globales”, explicó.
Con cierta luz de esperanza, el expositor señaló que esto ha ido evolucionando con un nuevo nivel de compromiso empresarial, que se puede ver reflejado en la incorporación de conceptos de RSE en grandes empresas como Nestlé o Cocacola, como en el surgimiento de importantes corriente, como es la Economía del Bien Común. “Que nos dice que las empresas hoy en día tienen que medirse no solo a través del balance financiero sino del balance del bien común, donde la rentabilidad o éxito financiero que consideramos hoy en día, es sólo un elemento para el éxito global de la empresa”.
Otros de los conceptos que se incluyen en esta tendencia de empresa social, son las cooperativas. “Esta es otra manera de configurar la relación, porque son los mismos trabajadores parte de la empresa a nivel de propiedad y donde los trabajadores no sólo generan el beneficio sino que también lo reciben”, entre otros beneficios y tal como sucede con empresas exitosas en Chile, como Colún y Capel, indicó.
La lista de empresas sociales también considera a las Empresas B, un concepto que nace en EEUU y donde Chile es líder, con cerca de 150 Empresas B, señaló. “En esto, las empresas establecen dentro de su propósito, un compromiso medioambiental, con la comunidad, con los trabajadores, junto con la búsqueda de la rentabilidad. Son empresas que en su definición dicen que no quieren ser la mejor empresa del mundo sino ser la mejor para el mundo. Y por lo tanto establecen un propósito que va más allá. Es una empresa que desde el formato de la economía tradicional intenta solucionar otros problemas sociales y medioambientales”.
El expositor fue enfático en indicar que todas estas empresas sociales son pensadas buscando la sostenibilidad financiera. “No hay ONGs, ni organizaciones sin fines de lucro. Muchas de ellas son empresas gigantescas, a nivel mundial, como es Patagonia”, ejemplificó.
Otro de los conceptos incluidos en la exposición fue el de Comercio Justo. “Que también busca una responsabilidad hacia los distintos Stakeholder dentro de la cadena de producción, para que un porcentaje importante del precio que paga un comprador llegué al productor inicial o para certificar que no existe trabajo infantil, o que se cumplan ciertos estándares definidos por ellos”.
Sobre otros de los motivos por los cuales, las empresas han adoptado una mirada diferente, Jorge Cea señaló que los motivos son multivariables. “Los jóvenes profesionales hoy en día buscan no sólo un sueldo al buscar trabajo, sino trabajo con sentido, con propósito, para generar contribución en algún nivel. Y eso obliga que las empresas incorporen esos propósitos dentro de su quehacer. Entonces nos encontramos hoy con un Cocacola Andina, que ha hecho propia la sustentabilidad porque ellos entienden que el talento busca eso. Otra variable se relaciona con la nueva economía o revolución 4.0, de empresas que nacen de la mano de jóvenes como uds. y que nacen con un propósito, para solucionar un problema y no para ganar dinero, lo tiene en su ADN. Y en tercer lugar, la fuerza del consumidor. Hoy somos un actor relevante y significa que debemos presionar a las empresas para que hagan bien la pega, buscar el sello de comercio justo, de empresa B o conocer un poco más el trasfondo de las empresas de los productos que compramos, y ser responsables con nuestras propias acciones de consumo”, enfatizó.
En términos de cómo avanzar en estas temáticas, el experto indicó que hoy en día falta a nivel de academia incorporar este tipo de tópicos. “Hay un problema en las escuelas de negocio, porque tenemos esa formación fuertemente neoliberal, orientada a la escuela de Chicago y nos ha costado sacarnos eso de encima. Los profesores no nos formamos en economía social, y por lo tanto nos cuesta trasmitirlo. Hoy hay que formar investigadores, académicos, crear centros donde se investigue este tema. Y eso es algo que está recién surgiendo al alero de la red de Académicos B, profesores que estamos investigando en empresas B”, informó.
En este mismo contexto, el experto señaló la importancia que la academia demuestre con estudios la sostenibilidad de este tipo de empresas. “Cuando demuestre con número que la empresa social es más sostenible en el tiempo que la tradicional, y que además tienen mayor capacidad de capturar el talento que tiene en sus preferencias trabajar en empresas con propósito social, ahí las empresas se van a interesar. Pero todos esos son procesos super lentos”, aseguró.
Por último, el especialista hizo mención a la importancia de la formación ciudadana para la creación de conciencia en la responsabilidad que tienen todos y cada uno para el fortalecimiento de este paradigma. “A nivel de universidades, ya se están incorporando estos cursos lo que permite un cambio de paradigma, pero no es suficiente. Formamos super buenos técnicos, pero falta la formación de ciudadanos” comentó.