Las cadenas más grandes de salud en India están expandiendo sus redes de atención a distancia. El país tiene un déficit de más de 40 mil profesionales para cuidado de pacientes críticos.
Reuters. Las alarmas se encienden a cientos de kilómetros de distancia cuando un paciente en la ciudad de Amritsar, en el norte de India, deja de recibir oxígeno en un momento en que no hay doctores especializados en cuidados críticos en el hospital. Sin embargo, en Nueva Delhi, la capital del país, un médico monitorea la situación y es capaz de dar una serie de instrucciones para que la persona no sufra daño cerebral o la muerte.
Es el ejemplo de las unidades electrónicas de cuidado intensivo (eICUs) que Fortis Healthcare, uno de los proveedores de servicio de salud más importantes de la nación, implementó en India que ahora pretende expandir al vecino Bangladesh. Otro de los grandes de la industria de la vida en el país, Apollo Hospitals Enterprise, también busca ampliar su servicio a través de esta iniciativa.
Dichos esfuerzos responden a la escasez de especialistas que afecta al país: según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), India tiene siete doctores por cada 10 mil personas, es decir, la mitad del promedio mundial. La Asociación Médica de India estima que se requieren 50 mil especialistas en cuidado crítico, pero existen apenas 8.350.
"Queremos apalancar doctores utilizando la tecnología", dijo el jefe de hospitales de Apollo, K. Hari Prasad, quien agregó que hay conversaciones para ofrecer el servicio a hospitales gubernamentales.
Por su parte, el director médico de Fortis, Shamit Gupta, dijo que "salvamos cerca de 25 vidas cada día".
El director del área de salud de la consultora Frost & Sullivan en India, Jayant Singh, estima que las eICUs están entregando ganancias de US$ 220 millones, dando a los hospitales la habilidad de atender a pacientes críticos gracias a la ayuda de especialistas a distancia. Espera que, de las 3 mil unidades existentes, el negocio crezca entre 15% y 20% cada año.
Los hospitales cobran entre US$ 10 y US$ 30 por día para monitorear el paciente desde las unidades remotas. Las ganancias se distribuyen entre los recintos y las empresas como General Electric y Phillips, que desarrollaron el software que permite entregar el servicio.
Ese costo se agrega a los cerca de US$ 200 que un paciente debe pagar por un día de atención en un hospital de una ciudad pequeña en India. Frente a ello, Singh manifiestó que "esta tecnología no está cerrando la brecha entre ricos y pobres, pero sí está aumentando el acceso a cuidado especializado para quienes pueden pagarlo".