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Uruguay: Así funciona el centro de referencia de quemados
Lunes, Octubre 2, 2017 - 12:00

El Cenaque es el centro de referencia para los adultos uruguayos que llegan desesperados por el dolor de una herida que ocupa más del 20% de su cuerpo.

Suena el teléfono y enseguida se activan las alarmas. El equipo de trabajo se prepara para recibir al paciente que llegará en los próximos minutos y ya saben que será delicado. Arreglan la habitación, la camilla y todos los recursos que tendrán que poner en funcionamiento para intentar salvarle la vida. A su vez, arman el sector de balneoterapia, porque lo primero que harán cuando llegue la persona será bañarla. Así trabajan todos los días del año y a toda hora en el Centro Nacional de Quemados (Cenaque), que funciona en el piso 13 del Hospital de Clínicas.

Los pacientes ingresan por distintos motivos. Algunos sufrieron accidentes domésticos con la parilla o con la estufa. Otros se electrocutaron mientras trabajaban con un enchufe o se intoxicaron durante un incendio. Pero también hay mujeres que fueron rociadas con nafta por sus parejas, personas que quisieron suicidarse o presos que se quemaron durante una pelea en la cárcel. No importa el porqué de la quemadura, todos los uruguayos mayores de edad que tengan más del 20% del cuerpo quemado ingresan allí.

86% de los pacientes que ingresan al Centro Nacional de Quemados sobrevive. El número mejoró con los años, ya que en 1995 se salvaba el 40% de las personas.

Eso porque el Cenaque es el único centro de quemados de referencia nacional. Si bien funciona en el hospital universitario, sus financiamiento llegan del Fondo Nacional de Recursos (FNR), que paga una cuota por persona en función de la complejidad. Los pacientes son variados y es muy importante la coordinación, porque provienen de todo el país. Su capacidad es de 14 camas y suelen estar llenas sobre todo en invierno, cuando los accidentes domésticos con la calefacción son más frecuentes.

De todos modos, cuando en el Cenaque no hay lugar siempre se encuentra una solución para los pacientes. La alta especialización de los recursos humanos y la tecnología disponible para el tratamiento de los quemados determina que no haya otra alternativa similar en el país. Por ese motivo, una habitación de cuidados intermedios del centro puede convertirse rápidamente en un centro de terapia intensiva (CTI) cuando el caso lo requiere. Esa estrategia permitió que en 2016 no hubiera ningún paciente que quedara afuera por falta de espacio.

Buenos resultados


La gerenta general de Cenaque, Cecilia Hackembruch, dijo a El Observador que el 86% de los pacientes que ingresan se salvan. Los números son similares a los de los países desarrollados y mejoraron con los años: cuando el centro abrió, en 1995, sobrevivía el 40% de los ingresos. La especialista explicó que el progreso en los resultados tiene que ver con "el respeto de los procedimientos", sobre todo los que tienen que ver con el manejo de las infecciones.

Los pacientes quemados pierden su principal barrera contra los gérmenes: la piel. Este órgano es esencial para evitar las infecciones, por lo que las habitaciones de Cenaque mantienen a las personas aisladas. Los gruesos vidrios que separan los cubículos del pasillo del centro permiten que las bacterias no estén en permanente contacto con los pacientes y así aseguran su recuperación. Además, instalaron un block quirúrgico dentro del centro porque las personas quemadas no pueden ser trasladadas a otros pisos del hospital.

El momento de la curación es complicado tanto para el paciente como para el equipo. Hackembruch explicó que para las personas quemadas "es todo dolor" y aunque a veces están anestesiadas, la limpieza de las heridas puede generarles un sufrimiento inexplicable. A su vez, los funcionarios deben extremar las medidas de higiene para evitar el cruzamiento de infecciones, que genera bacterias resistentes y más peligrosas. De todos modos, hay gérmenes difíciles de combatir y uno de los principales objetivos del Cenaque es disminuir su incidencia.

14 camas hay en el Centro Nacional de Quemados. Todos los uruguayos que tienen más del 20% del cuerpo quemado ingresan al centro.

Las largas internaciones tampoco ayudan. Los pacientes quemados demoran más que otros enfermos en recuperarse, por lo que las estadías allí son más prolongadas que en otros CTI. Los extensos tratamientos con antibióticos determinan que las bacterias generen resistencia y eso complica la recuperación. El promedio de internación en el centro fue de siete días en terapia intensiva más 11 días en cuidados intermedios en 2016, por lo que la mayoría de los ingresos pasa casi tres semanas allí.

Cómo se generó la quemadura también incide en la cantidad de días de internación. La recuperación más difícil es la de los pacientes que tuvieron contacto directo con fuego y estos son –por lejos– los casos más comunes. De las 162 personas que ingresaron a Cenaque en 2016, el 64% se quemó con una llama. El 14% llegó luego de haberse quemado con líquidos calientes y el 7% ingresó por quemaduras de ignición de gases. En estos casos, los gases a temperaturas muy elevadas provocan lesiones en las vías respiratorias. Finalmente, el 1,2% de las personas tuvo accidentes con electricidad.

El 13,8% restante no sufrió quemaduras, pero tiene problemas severos en la piel y también se atiende en Cenaque.

El drama


Una persona que se quemó no se reconoce cuando despierta. Si las heridas son graves y comprometen un gran porcentaje del cuerpo, el paciente no solo tendrá que lidiar con el dolor físico, también deberá sobrellevar el malestar emocional. "Cuando se despiertan se encuentran mutilados, porque se dan cuenta de que cambiaron por completo", sostuvo Hackembruch. Por ese motivo, en el centro trabajan psiquiatras, psicólogos y asistentes sociales que ayudan durante la recuperación.

Los especialistas también mantienen contacto con las familias. En el Cenaque hay dos horarios de visita en el día pero no todos los familiares pueden ir, porque algunos están a cientos kilómetros de Montevideo. Sin embargo, la mayoría de los pacientes que están internados recibe compañía, al menos a través del vidrio grueso de la habitación. Como en cualquier CTI, las visitas deben usar una sobretúnica, gorro y zapatones para evitar el contagio de gérmenes que están en la calle.

La angustia de los familiares que van al Cenaque se mezcla con las intenciones de disimularla. A través de los vidrios y de la ropa que se tienen que poner por encima de la suya, las personas buscan acompañar a ese ser querido que está internado. No pueden tocarlo, no pueden acercarse y en algunos casos no pueden hablarle, porque la anestesia no los deja.

162 personas estuvieron internadas en el Centro Nacional de Quemados en 2016. El 64% de los pacientes llegaron luego de haber tenido contacto con fuego directo, que genera las peores quemaduras.

De un momento para el otro, la vida del paciente cambió para siempre y tendrá que pasar por un largo proceso para intentar recuperar lo que tenía. Porque el camino no termina en el centro, si logra el alta médica deberá continuar con los tratamientos en su casa. A veces para siempre.

Las historias que llegan al Cenaque también son duras, ya que no solo hay accidentes. Hace unos años ingresó una mujer que había sido quemada por su pareja, antes de prenderse fuego él. A pocas habitaciones de distancia, el personal intentaba salvar la vida de ambos, mientras las familias se cruzaban en el pasillo. Y no hace tanto tiempo, pocos meses atrás, llegó una joven que los especialistas suponen que fue rociada con nafta por su marido. La mujer murió y el hombre está libre, porque nunca se pudo comprobar la teoría de los profesionales.

Una de las enfermeras del centro, Georgina Jauregui, dijo a El Observador que los casos de violencia doméstica no son los más comunes, pero ocurren. Además, las familias a veces ocultan lo que pasó, por lo que los funcionarios deben insistir y preguntar para que cuenten lo que en realidad ocurrió. "Nos pasa que nos damos cuenta de que la chiquilina fue quemada a propósito, sabemos que no fue un accidente, pero no podemos hacer nada porque los familiares repiten que no es como les decimos", sostuvo.

Primero, la balneoterapia

Los pacientes que ingresan al Centro Nacional de Quemados (Cenaque) deben pasar primero por la habitación de balneoterapia. Allí, acuestan a la persona quemada en una camilla con precintos de silicona que evitan el movimiento adentro del agua. La tina se llena con mangueras y el baño es por arrastre: la camilla se mete adentro de la bañera y se levanta. El procedimiento se repite varias veces. Cuando el agua corre, la piel quemada se desprende y también se limpia. Un equipo de anestesia y otro de reanimación están presentes durante el primer baño, ya que la persona puede descompensarse durante el proceso. Hay dos tinas de balneoterapia en el Cenaque, una para los ingresos y otra para continuar bañanando a las personas internadas.

Medidas de prevención y cuidados

Las quemaduras son prevenibles, pero una vez que ocurren dejan daños irreversibles. Por ese motivo, el profesor agregado de Cirugía plástica, Julio Cabrera, dijo a El Observador que lo más importante es tratar de evitarlas. Para ello recomendó desenchufar la mayor cantidad posible de electrodomésticos en la noche, bañarse con agua a 50ºC y usar las dos hornallas de atrás en la cocina son algunos consejos que se pueden poner en práctica.

También es importante tener cuidado al momento de prender el horno, porque si el gas está abierto y demora en encender, hay que evitar hacerlo con un encendedor. Además, es recomendable no secar la ropa en las estufas ni cocinar en las estufas a leña. Las quemaduras en el bidet también son frecuentes –sobre todo en los ancianos–, por lo que sugieren evitar la canilla a monocomando.

Cabrera también explicó que lo primero que hay que hacer cuando una persona se quema es llamar al 911, a los Bomberos o a una emergencia móvil para que se active el protocolo en Cenaque. Mientras llega la ayuda, hay que socorrer al paciente y es importante poner a la persona bajo el agua durante 20 minutos como mínimo. El agua a temperatura ambiente permite que el calor deje de quemar y eso hace la diferencia en la recuperación. También hay que sacarle la ropa al herido, pero no hay que arrancársela si se pegó al cuerpo. Luego de los 20 minutos bajo el agua, hay que abrigarlo.
 

Autores

El Observador