Sería por 45 días, extendible por una única vez. Y sólo cuando está en peligro la salud de la persona o de terceros.
El Observador. En el proyecto de ley de Salud Mental que las autoridades sanitarias derivaron al Parlamento esta semana se prevé la "internación compulsiva" de las personas que sean adictas a las drogas, informó el diario El País. Con esta ley, se busca implementar un nuevo modelo psiquiátrico en el país y actualizar las normas que están vigentes desde 1936.
Si bien lo más notorio del proyecto fue la eliminación de las colonias psiquiátricas y la reinserción de los pacientes a la sociedad, la ley prevé otro ítem para el trabajo con los adictos a las drogas dado que considera como "parte integrante de las patologías de salud mental" el "consumo problemático de sustancias psicoativas legales o ilegales".
Aunque la ley prevé la internación voluntaria, que es la "preferible", también incluye la "internación compulsiva", o contra la voluntad de la personas, en situaciones donde sea necesario proteger a terceros o al propio paciente, aseguró el ministro de Salud Pública, Jorge Basso.
"Lo que la ley de Salud Mental establece es la discriminación positiva, sabiendo que estamos hablando de poblaciones vulnerables, estigmatizadas, y que se requiere una actitud de protección por parte del Estado", señaló.
De aprobarse este proyecto, las personas que sufran problemas con drogas legales o ilegales (lo que incluye el alcoholismo) podrán ser internados contra su voluntad por un período de 45 días. Vencido ese plazo, un órgano contralor competente, también creado por la ley, se ocupará de analizar el caso pudiéndo extender el plazo hasta por 45 días más, explicó Basso.
Este órgano se denomina Comisión Nacional de Contralor de la Atención de Salud Mental y estará integrado por un representante del ministerio, otro de Facultad de Medicina, otro de Psicología y otro de Derecho. También habrá actores sociales en representación de los trabajadores y de los usuarios de los servicios de salud mental.