El gobierno presentó un plan nacional de vejez para aplicar hasta el 2019 y buscará el uso de tratamientos no farmacológicos en este segmento de la población.
El Observador. Del urólogo al cardiólogo y del cardiólogo al geriatra. La recorrida de los adultos mayores por especialistas a veces se torna interminable. Y por cada médico que visitan, hay un nuevo medicamento que se suma al cóctel de cada día. "Tenemos casi una microfarmacia adentro de nuestras casas", manifestó el ministro de Salud Pública, Jorge Basso, en la presentación del Segundo Plan Nacional de Envejecimiento y Vejez, ayer en Torre Ejecutiva. La "polimedicación", como la denominó el jerarca, preocupa a esa cartera, que intenta que la cantidad de fármacos por persona –especialmente cuando se trata de mayores de 65 años- se reduzca.
Para lograrlo, el Ministerio de Salud Pública (MSP) se encuentra en contacto con instituciones privadas donde se identifica a pacientes que consumen varios medicamentos por día y trabajan con un equipo para analizar la posibilidad de reducirlos. "Analizan la pertinencia de esa combinación que a veces surge de la sumatoria de especialistas y consultas, por la falta de una mirada globa (de cada paciente). Muchas veces hay medicamentos que interaccionan entre sí y o se neutralizan o se potencian algunos efectos que no son deseables", dijo Basso a El Observador.
El ministro indicó que el MSP trabaja con esas instituciones para que continúen en esa línea y que su experiencia e replique en otros centros. "Menos es más. Menos medicamentos y mejor utilizados sirven más para la salud", sostuvo en la presentación del plan.
En esa línea, durante los próximos cuatro años, el gobierno pretende que se "mejore el acceso a tratamientos no farmacológicos para el abordaje del deterioro cognitivo", uno de los factores que más afectan la salud de los mayores de 65 años. En el caso de las personas de 85 años o más, casi la mitad tienen un síndrome demencial.
Lineamientos hasta 2019
El Segundo Plan Nacional de Envejecimiento y Vejez fue elaborado por el Instituto Nacional de las Personas Mayores (Inmayores) del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y pretende contemplar a la vejez desde enfoques en salud, género, cuidados, participación y seguridad física y económica, entre otros aspectos.
La ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi, dijo durante la presentación que el plan pretende que se pueda "asegurar un envejecimiento que haga honor a la concepción democrática". También participaron el intendente de Montevideo, Daniel Martínez, la senadora socialista Mónica Xavier y la directora de Inmayores, Adriana Rovira.
Dentro de las iniciativas propuestas en el plan de acción, que se aplicará entre 2016 y 2019, el Mides junto con el Poder Judicial y la Universidad de la República trabajarán en la "promoción del acceso a la justicia de las personas mayores" para "reducir los tiempos de los procesos judiciales que involucran" a mayores de 65 años.
Además, según establece el documento del plan, incorporarán "la perspectiva de protección de derechos de las personas mayores en los dispositivos de asesoramiento judicial existentes", especialmente para aquellas en situaciones de mayor vulnerabilidad.
El plan también prevé que se trabaje en la eliminación de la violencia en adultos mayores, para lo que se ampliará la cobertura del servicio del Mides de atención a situaciones de abuso. Junto con el Banco de Previsión Social (BPS) elaborarán un protocolo de detección y actuación para casos de abuso patrimonial a personas mayores.
En Uruguay, hay 484.407 personas que tienen más de 64 años, es decir 14% de la población nacional. Desde 1996 a 2015, el índice de envejecimiento ha ido creciendo, al punto que actualmente hay 16 adultos mayores por cada 100 menores de 15 años.