A continuación, podrás conocer los costos y distintos testimonios de trabajar por cuenta propia.
ElObservador.com.uy. La idea de trabajar por cuenta propia, teniéndose a uno mismo como patrón, puede tener todo un halo de libertad pero también es vista por muchos como una cuestión de pura valentía.
Para los uruguayos -o trabajadores basados en Uruguay- que se desempeñan de forma autónoma, pudo haber resultado bastante desalentadora la nota titulada Uruguay es el peor país para ser freelance, según estudio británico, publicada hace dos semanas en base a un estudio de la consultora británica Expert Market.
Es que de los 57 mercados estudiados, Uruguay se ubicó en el último lugar. Para la realización del informe, la consultora combinó datos basándose en ocho factores que consideró determinantes en el día a día de un trabajador autónomo: costo de vida, impuesto a la renta, acceso al crédito, facilidad para comenzar un negocio, velocidad de Internet, transporte, puestos de wifi gratuitos y el costo de un café.
De acuerdo con el informe completo proporcionado por la consultora, los impuestos individuales en Uruguay alcanzan al 36% y son los más altos entre los países tomados de la región. En Argentina, por ejemplo, llegan al 35%; en Brasil, 27,50%, en Perú, 30% y en Ecuador, 35%.
Tomar un café es también más caro que en la región. Según los datos recabados por Expert Market, en Uruguay sale en promedio $ 7; en Argentina, $70; en Chile $76; en Perú $68, en Ecuador $58 y en Colombia, el país del café, cuesta $39. Y los puntos de wifi gratuitos son 4791, lo que llevó al país a ocupar el puesto 47 de 57 en este rubro.
Uruguay se ubica en el puesto 94 de 190 en facilidad para iniciar un negocio, dato que fue extraído por Expert Market de la clasificación de las economías del Banco Mundial.
El costo de vida también resultó ser el más elevado. La velocidad de Internet, en tanto, para esta consultora, implica de 9,3 megabits por segundo, más alta que en Argentina (6,3), Brasil (6,8) y Chile (9,3). Para estos datos el estudio se basó en el State of Internet Report, realizado por laestadounidense Akamai.
En ANTEL cuestionaron esa afirmación y aseguraron que Uruguay es uno de los países con mejor velocidad de Internet. Para reafirmar esto, la telefónica se basó en el ranking Speedtest Global, que posiciona a Uruguay en el puesto 44 del ranking mundial de velocidad y segundo en la región sólo detrás de Chile.
En tanto, en Uruguay, las únicas empresas que han crecido en mayor cantidad y de forma sostenida han sido las unipersonales. Según datos brindados por el BPS del libro "Evolución de los cotizantes", las unipersonales aportantes del sector privado pasaron de ser 79 mil en 2011 a 89 mil en 2017. Las micro empresas pasaron de ser 76 mil en 2011 a 75 mil en 2017; las pequeñas eran 26 mil y en 2017 son 27 mil ; las medianas eran 5386 en 2011 y en 2017 5998, y las grandes, que eran 890, en 2017 pasaron a ser 986.
Sebastián Siseles, el director Internacional de Freelancer.com, portal de empleo independiente con 27 millones de usuarios en todo el mundo, dijo no estar de acuerdo con el hecho de que Uruguay haya sido considerado como el peor país para ser trabajador freelance por varias razones. En primer lugar, señaló que Uruguay, junto con Argentina y Chile es uno de los países con mayor conectividad. "En todo punto de Uruguay tenés Internet, por lo que está al nivel de Europa o Estados Unidos", indicó.
Para el subsecretario de Trabajo, Nelson Loustanou, el estudio se contrapone al hecho de que Uruguay es uno de los principales países exportadores de software de América Latina. A su vez, señaló que la penetración y democratización de Internet es más importante que la velocidad.
A su vez, señaló que la penetración y democratización de Internet es más importante que la velocidad. Uruguay se ubica en el puesto 94 de 190 en facilidad para iniciar un negocio, dato que fue extraído por Expert Market de la clasificación de las economías del Banco Mundial.
66,88 es la cifra que se toma para Uruguay en el índice de costo de vida, lo que ubicó al país en el lugar 37 de 57 analizados. En acceso al crédito, Uruguay se ubicó en el puesto 53, con un 28,2% del Producto Bruto Interno.
Loustanou recordó que se ha facilitado en los últimos años el proceso de apertura de una empresa y que hoy se puede acceder a una ventanilla única. "A través de programas del gobierno (como Dinapyme) y fuera de él existen programas muy interesantes de promoción de emprendimientos freelance o pequeños emprendimientos", apuntó.
Existen, por ejemplo, el monotributo para actividades empresariales de reducida dimensión económica o el monotributo social del MIDES, al que pueden acceder personas que integran hogares por debajo de la línea de pobreza.
El monotributo es un régimen que beneficia a las actividades empresariales de reducida dimensión económica, unificando los aportes a BPS y DGI en un solo tributo, y que alcanza a un conjunto de actividades desarrolladas tanto en la vía pública y espacios públicos como a una serie de actividades desarrolladas en pequeños locales y predios privados o públicos.
Sin embargo, el freelance y fundador de Sustancia X, Santiago Rodríguez, opinó que no está del todo clara la forma de proceder para abrir una empresa. "La página de DGI es bastante compleja, no está pensada en función del usuario. Eso deberían tenerlo en cuenta", indicó.
La tendencia
En el portal de empleo independiente Freelancer.com se publican 8.000 trabajos por día y 34.600 de sus usuarios son uruguayos, comentó Siseles. Estados Unidos es el país que más uruguayos contrata para la realización de tareas. Lo siguen India, Inglaterra, España y Australia, en ese orden.
Siseles recordó que Uruguay corre con la ventaja de su ley de Zonas Francas, la cual exonera a los usuarios de estos espacios de tributos nacionales (como IRAE, IP, IVA, IMESI, ICOSA, entre otros).
En el portal, el promedio de pago por tareas es de US$166. "Dejó de ser una moda y es una tendencia, principalmente en jóvenes millennials. Sería poco perspicaz cerrarse a Uruguay", apuntó.
Desprotegidos
Según el subsecretario de Trabajo, Nelson Loustaunau, el mundo del trabajo se enfrenta a dos problemas. Uno es la sustitución de trabajadores por la automatización. El otro, la creciente elección de los trabajadores por una modalidad de trabajo sin lazos subordinados.
Entiende que un trabajador freelance es todo aquel que trabaja por su propia cuenta, pero apuntó que uno de los problemas es que, con la llegada de Internet, crece la cantidad de trabajadores freelance para el mundo, quienes se desempeñan generalmente por proyectos y no están amparados por ninguna regulación. "Ese modelo tiene un peligro que es la desprotección social para ese trabajador", dijo.
En ese sentido, señaló que un freelance que trabaje por Internet puede ampararse como cualquier otro trabajador autónomo. "El tema es que si empezás a hacer productos de importancia esos servicios también figuran en la parte de exportaciones, y si te pasas de ciertos límites pasas a pagar impuestos más altos", agregó.
Ante este panorama que se describe en el estudio británico, Café & Negocios consultó a varios trabajadores independientes para conocer cuál es su realidad.
Pagar para trabajar
Paula Pratto - Abogada
Notaba que en la Facultad de Derecho existía una conciencia generalizada acerca que lo mejor es tener un sueldo fijo y trabajar en régimen de dependencia. "Siempre me consideré por fuera de eso. No me veía trabajando en un estudio grande", comentó.
Esto y las ganas de probarse a sí misma como abogada la impulsaron a renunciar a su empleo como funcionaria judicial para ejercer de forma independiente: "Sentía que había estudiado seis años y lo que quería era ejercer mi profesión". Contó que en su trabajo muchas veces se paga por trabajar por cuenta propia, sobre todo al inicio: Caja de profesionales, IVA, IRPF (cuando se alcanza) y Fonasa, a lo que se suman los gastos propios de trabajar, como traslados, impresiones, Internet, entre otros. Una amiga le abrió las puertas de su estudio para trabajar, pero dijo que "hay profesionales que atienden en cafeterías porque no tienen otro espacio físico para hacerlo".
Estado socio
Santiago Rodríguez - Comunicador
Desde Cowork Montevideo -donde trabaja- Santiago Rodríguez no dudó en afirmar que el Estado es "un socio más" debido a todos los aportes que realiza mes a mes. Para abrir su empresa contrató un estudio contable. "Es un poco complejo sobre todo porque nadie te dice cuáles son los pasos. Falta información", apuntó. De todas formas, le pareció "fuerte" que Uruguay se haya ubicado como el lugar menos conveniente de otros 57 para el trabajo freelance. Para Rodríguez, la dificultad del asunto está en la psicología de quien se lanza por cuenta propia.
"Es una montaña rusa diaria y como desarrollo personal, está buenísimo. Tiene más que ver con una cuestión psicológica que con aspectos técnicos y de costos. Influyen pero no son lo único", agregó. Señaló que la comunidad emprendedora en Uruguay es "muy buena". No confía en el wifi gratuito. "Sí en oficinas. Pero no es que podés salir a la calle y usar la computadora", indicó.
Ahogarse en papeles
Pablo Alvarez - Relacionista público
Es argentino y al llegar a Uruguay hace cuatro años se abrió una unipersonal para trabajar con empresas y proyectos específicos. Abrió su propia empresa pero al trabajar en paralelo para otra el camino se le hizo cuesta arriba. "Mi prioridad seguía siendo lo que me podía generar un ingreso para mantenerme acá, y el hecho de estar solo también hizo una diferencia", contó.
En su camino como independiente también se topó por primera vez con impuestos como el IVA: "Es re violento, pero son cosas que vas aprendiendo y organizando". Se reunía con posibles clientes en cafeterías y pagar para recibir un no como respuesta le pareció también algo difícil. La parte de registros para trabajar formalmente la delegó a un contador, piensa que es algo que no hubiese podido hacer solo y prefirió pagarlo. "Es mucho más valioso tener tiempo para cranear el próximo paso que ahogarse en un mar de papeles, pagos y fechas", añadió.
Sentirse cómoda
Patricia Riba - Fotógrafa
Trabajó como empleada y hace cuatro años es fotógrafa de bodas freelance. "Me siento muy cómoda con la modalidad por mi forma de ser, es como mejor me manejo y no volvería atrás", comentó. Abrió una unipersonal y las ediciones de fotos las hace en su casa, donde también se reúne con clientes. Pero, más allá del equipo fotográfico, no precisa mucho más que una computadora para trabajar y, salvo excepciones, no depende del wifi fuera de su casa.
"Una vez en Rocha se me complicó para editar porque no conseguía wifi por ningún lado, pero fue algo excepcional", agregó. Se mueve en auto. El dedicarse a bodas le da un margen de previsión, ya que generalmente se reserva el servicio con al menos seis meses de anticipación: "Uno sabe el trabajo que va a tener el resto del año", indicó.
Regularización paulatina
Federico Garateguy - Comunicador
Trabaja como freelance en diseño gráfico, redes sociales, filmaciones y páginas web, proyectos que consigue gracias al "boca a boca". Sin embargo, hace un tiempo le surgió una oportunidad laboral y la tomó. Además, tiene un emprendimiento de diseño y comunicación llamado Mengano.
Comentó que una de las trabas principales de ser freelance es enfrentar los costos que aparecen desde el inicio, cuando aún no se tiene la capacidad de poder afrontarlos. A esto, dijo, se le suma la falta de conocimiento y poca claridad que existe generalmente en la información para abrir una empresa. "Necesitás agilidad, un registro más fácil y rápido para que una empresa pueda estar funcionando", agregó, y opinó que le gustaría que se pudieran regularizar las empresas de forma paulatina.
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