ONU Mujeres convocó a que empresas locales adhieran a los principios de empoderamiento femenino.
ElObservador.com.uy. El capítulo uruguayo de ONU Mujeres lanzó la versión local de la red de empresas por la igualdad.
En el año 2010, ONU Mujeres y el Pacto Global crearon los Principios de Empoderamiento de las Mujeres, llamados WEPs por sus siglas en inglés. El objetivo es que las empresas que formen parte de esta red adhieran a los siete principios, que van desde promover la igualdad de género desde la dirección de la compañía, hasta estrategias de marketing y publicidad a favor del empoderamiento femenino.
La representante de ONU Mujeres para Uruguay, Magdalena Furtado, dio inicio a la presentación (con el atractivo título "La igualdad es buen negocio"), a la que asistieron representantes de empresas uruguayas y del ámbito político en general. "No hay desarrollo sostenible sin igualdad de género", comentó Furtado. Añadió que para contribuir al empoderamiento de las mujeres, es necesaria la participación y coordinación de actores públicos y privados: "Hay que ser parte del cambio".
Asimismo, se presentó el ciclo de talleres que se desarrollarán a partir de setiembre, sobre la publicidad y el género, el diagnóstico de brechas de género y los sesgos no conscientes, que aspiran a brindar herramientas y respuestas adecuadas para el abordaje de las prácticas empresariales con igualdad de género, y busca evidenciar que esta opción, además de ser justa, es "la más inteligente". Furtado sostuvo que los países que cuentan con un mayor PBI y se encuentran más desarrollados, son los que en los hechos, tienen mayor igualdad de género.
Respecto a este punto, la economista Laura Raffo expuso sobre el rol de las mujeres en las empresas, y brindó datos sobre la relación entre el crecimiento de los negocios y la participación de las mujeres.
Un estudio entre 22.000 empresas de 22 países -en los que no estaba incluido Uruguay- demostró que aquellas empresas que cuentan con al menos un 30% de mujeres en posiciones de liderazgo, obtuvieron un 15% más de margen en sus ganancias. Además, aumentó tres puntos su rentabilidad financiera en aquellas empresas con más de tres mujeres en su directorio, y subió un 26% la capitalización de mercado.
Raffo presentó los resultados del último informe de la brecha global de género del año 2016. "Uno podría pensar que en Uruguay estaremos a mitad de tabla, y que seremos de los primeros países en Sudamérica con menor brecha de género", comentó la economista. Sin embargo, esto está lejos de la realidad.
De 144 países encuestados, Uruguay se encuentra en el puesto 91, y es el octavo de Sudamérica, superando únicamente a Paraguay y Venezuela. Las variables que se tienen en cuenta para medir la brecha son la educación, la salud, el poder económico y el poder político. "En salud y educación estamos bien, en lo económico y político estamos mal", sintetizó Raffo.
A su vez, detalló que sólo el 19% de los cargos de jefatura y gerenciales son ocupados por mujeres en Uruguay, en tanto que las trabajadoras con estudios terciarios perciben un 24% menos de ingresos que un hombre con el mismo nivel de estudios.
Esto, según Raffo, puede deberse a los "sesgos no conscientes" en las empresas, que tienen que ver con los estereotipos sobre hombres y mujeres, creados desde la niñez y perpetuados por la publicidad.
"Revolución trunca y segmentada"
Por su parte, el sociólogo y director ejecutivo de EdUy 21, Fernando Filgueira, explicó que América Latina asiste a una "revolución" con el empoderamiento de las mujeres, pero la calificó como revolución "trunca y segmentada". "Trunca porque no todo ha cambiado, y segmentada porque es desigual; mujeres de distintos ámbitos abordan distintas problemáticas para empoderarse", indicó.
A su vez, detalló que sólo el 19% de los cargos de jefatura y gerenciales son ocupados por mujeres en Uruguay, en tanto que las trabajadoras con estudios terciarios perciben un 24% menos de ingresos que un hombre con el mismo nivel de estudios.
Los datos presentados por Filgueira describen una realidad que entorpece el empoderamiento de las mujeres. Aquellas de los sectores más pobres, de 35 años en promedio, dedican siete horas al trabajo no remunerado en el hogar por semana,, mientras que los hombres de la misma edad y del mismo sector socioeconómico ocupan una una hora y 50 minutos. "Se pierde la oportunidad de generar igualdad de género al estar tan segmentada la incorporación de mujeres al mercado laboral", agregó.
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