Según una encuesta realizada en 2014 por integrantes del Instituto Nacional de Alimentación (INDA), la Escuela de Nutrición y las facultades de Química, Ciencias Sociales y Psicología, 78% de las personas mayores de 18 años cree que su alimentación es buena, muy buena o excelente. Solamente 19% declaró tener una alimentación regular y 3% mala. Sin embargo, su percepción difiere con la realidad.
Más de la mitad de los encuestados (55%) tiene sobrepeso u obesidad y llega a 71% en hombres con estudios universitarios y 68% en las mujeres que hicieron hasta sexto de escuela. A esto se le suma que las enfermedades crónicas no transmisibles (como cáncer, diabetes o hipertensión), que tienen como uno de los factores de riesgo una mala dieta, son responsables del 60% de las muertes en Uruguay, según el Ministerio de Salud Pública (MSP). El 43% de los participantes del estudio dijo tener alguna enfermedad de ese tipo.
Los investigadores sostienen que ese resultado implica que "no existe conciencia sobre la baja calidad de la alimentación actual". De manera que "esta percepción puede contribuir a la baja tasa de éxito de estrategias de cambio de hábito basadas en mensajes sobre recomendaciones nutricionales, tales como el consumo de cinco frutas y vegetales al día", agregan.
Las cifras de sobrepeso y obesidad, relacionadas en gran parte con malos hábitos alimenticios, no le son ajenas al MSP, que se planteó como uno de sus objetivos para este quinquenio promover hábitos saludables como parte de la vida cotidiana de las personas. Entre las estrategias, la cartera resolvió convocar a las empresas que fabrican alimentos procesados (como snacks) para que elaboren un nuevo etiquetado de sus productos, especialmente cuando tengan azúcar o grasas trans. La idea es que los consumidores puedan distinguir fácilmente qué alimentos tienen niveles de azúcar o grasas altos, a través de etiquetas llamativas y que tengan información fácil de entender.