La bacteria, genéticamente modificada, fabrica una proteína que produce una fuerte respuesta inmune que acaba con las células cancerosas.
Medical Xpress/Science Translational Medicine/Cluster Salud. Un equipo de investigadores, afiliados a múltiples instituciones en Corea del Sur, ha encontrado que alterar genéticamente un tipo de bacteria e inyectarla en ratones cancerosos resultó en la desaparición de tumores en más de la mitad de los ratones utilizados para experimentar. En un artículo publicado en la revista Science Translational Medicine, los investigadores describen cómo llegaron a la idea de alterar el genoma de un tipo común de bacterias para ver si podría ayudar a combatir el cáncer y los resultados de sus pruebas.
Los investigadores informan que, previo a ello, estaban trabajando en dos proyectos: desarrollar una vacuna contra un tipo de bacteria que estaba infectando mariscos y, además, probar las bacterias como un medio para combatir el cáncer. Se dieron cuenta de que las bacterias que atacaban los mariscos producían una proteína (FlaB) que causaba una fuerte respuesta inmune. Eso los llevó a modificar genéticamente la bacteria común de la salmonella para que también produjera la proteína. Salmonella, por su propia naturaleza, tiende a buscar tejidos pobres en oxígeno y matarlo, por lo que ha sido estudiado como “tumor combatiente”, los tumores son naturalmente pobres en oxígeno.
Pero mientras que la liberación de salmonella en los torrentes sanguíneos de ratones afectados por el cáncer ha resultado, previamente, en la reducción del tamaño del tumor, el resultado fue temporal: los tumores regresaron. Esto, creyeron los investigadores, se debió a que los tumores no estaban completamente erradicados. En este nuevo esfuerzo, agregaron un segundo elemento a tales ataques para ayudar a matar a algunos tumores por completo.
¿Cuál? Los investigadores buscaron ahora que sus salmonellas genéticamente modificadas hicieran su camino a varios órganos en los cuerpos de ratones y también hacia los tumores. La idea es que las bacterias actuaran como perros cazadores infiltrándose y “marcando” todo los tumores.
En esa lógica, el sistema inmunológico, entonces, erradicó con éxito las bacterias de los órganos mientras que, simultáneamente, atacaba las bacterias en los tumores y por extensión los propios tumores. Este enfoque resultó ser exitoso: 11 de los 20 ratones estaban libres de tumores después de 12 días.
Con este resultado, los investigadores se embarcaron en otro experimento: el primer trasplante metastatizando de células cancerosas en ratones de prueba para luego inyectárllos con bacterias genéticamente alteradas y esperaron a ver qué sucedería. Después de 27 días, los investigadores encontraron que cuatro de cada ocho ratones tenían cuatro o menos tumores y algunos no tenían ninguno en absoluto, mientras tanto, todos los ratones en un grupo de control se encontraron con docenas de nuevos tumores.
De repetirse estos efectos en sujetos humanos, ello significaría una nueva herramienta de alta eficiencia en la lucha contra los diversos tipos de enfermedades cancerosas.
Imagen: biofilm de bacterias Salmonella, CDC