El escritor aprovechó el lanzamiento de su nueva novela Tiempos Recios para comentar sobre la política Latinoamericana.
El escritor Mario Vargas Llosa, que publica su nueva novela 'Tiempos recios' (Alfaguara), ha asegurado que "un país, salvo casos excepcionales, no se jode en un día" y que, en el caso de Latinoamérica, la "independencia" fue un proceso "mal hecho".
Vargas Llosa ha respondido durante una rueda de prensa en Madrid con esta alusión a la famosa pregunta de uno de sus libros --'¿cuándo se jodió el Perú?'-- a la pregunta sobre la situación de los países latinoamericanos, en especial desde mediados del siglo XX.
"En la novela hablo de una América Latina odiosa, detestable y con violencia que es la de los dictadores. Pero afortunadamente hoy ya no existen esas dictaduras militares, aunque sí haya dictaduras ideológicas como las de Venezuela, Cuba o Nicaragua y democracias imperfectas impregnadas de populismo", ha lamentado el Premio Nobel de Literatura.
En 'Tiempos recios', Vargas Llosa aborda la participación de la CIA en el golpe militar contra el presidente guatemalteco Jacobo Árbenz, a comienzos de la Guerra Fría. "He trabajado con libertad e imaginación, pero había hechos básicos imposibles de alterar", ha señalado.
De manera secundaria, la obra trata del auge del comunismo en América Latina para dejar de lado el apoyo a las democracias. "Nuestra responsabilidad en el fracaso de Latinoamérica es gigantesca, no fracasaron los dictadores, fracasamos nosotros. Pero tener conciencia de eso abre una gran oportunidad", ha añadido.
La aparición de dictadores en esa época supone para el autor hablar "del horror, de un mundo de injusticia y atropellos sistemáticos en el que no existía la libertad". "Todo ello por unos dictadorzuelos que son personajes mínimos, lamentables y mediocres y que se quedaron 20 años en el poder", ha criticado.
Para Vargas Llosa, estas dictaduras militares no fueron resultado de un solo día, sino de un largo proceso durante el cual Latinoamérica "perdió muchas oportunidades". "La independencia se ha hecho mal e incluso ese proyecto fracasó en vida de Bolívar: descubrió que los propios libertadores querían ser dictadores de los países que habían liberado", ha recordado.
En cualquier caso, ha celebrado que en la América Latina actual "la dicotomía entre dictadura militar y revolución comunista haya desaparecido" y cuente con "más oportunidades" para salir adelante gracias a que "la mayoría de los países cuentan con Gobiernos elegidos más o menos limpiamente".
Incluso ha hecho un alto en el discurso para centrarse en su Perú natal, apoyando la decisión del presidente de la República, Martín Vizcarra, de disolver el Congreso. "Apoyo absolutamente ese cierre de un Congreso de analfabetos y pillos y espero que en enero los peruanos voten mejor", ha señalado.
ESPAÑA Y LA TRANSICIÓN
En el caso de los 'tiempos recios' en España, ha celebrado su proceso de "transformación" de los últimos 40 años "gracias a la maravillosa Transición que admiró el mundo entero". "Hoy España es un país moderno que ha dejado atrás la tribu y la caverna y ojalá América Latina hubiera avanzado tanto", ha destacado.
Vargas Llosa ha explicado que el origen de esta novela, conectada con el dictador Trujillo sobre el que ya escribió en 'La fiesta del chivo', surge de una historia que le cuenta un periodista hace tres años en Santo Domingo. Precisamente, retomaba la implicación de Trujillo en el golpe militar contra Árbenz que situó en el poder a Carlos Castillo Armas.
EL MAYOR SECRETO DE LA HISTORIA
El escritor peruano decidió investigar y se encontró con un asesinato, el de Castillo Armas tres años después de llegar al poder, que es "uno de los mayores secretos de la Historia y que nunca se resolverá". "Lo único seguro es que la versión oficial, la del asesinato por parte de un soldado cuyo padre era comunista, es falsa", ha ironizado.
En cualquier caso, 'Tiempos recios' también busca reivindicar "en nombre de la democracia" la figura de Árbenz, acusado de comunista y caído en desgracia que sin embargo "puso en marcha reformas que eran capitalistas". Todo ello, con una dosis de ficción que el autor ha defendido. "Sobre todo, no me crean, lean el libro y fórmense su propia opinión", ha concluido.