Sin posibilidades de un acuerdo sobre reformas financieras, con el impuesto global a la banca, la necesidad de un equilibrio entre la reducción de los déficits y el apoyo al crecimiento ocupará un lugar central en el encuentro de Corea del Sur.
Busan, Corea del Sur. Las diferencias sobre el ritmo y el momento en que se deban reducir los abultados déficits presupuestarios y restablecer el equilibrio en la economía global corren el riesgo de hacer fracasar las conversaciones del Grupo de los 20 que comenzaron este jueves.
Un desplome en el euro y las acciones, motivado por los temores de que los problemas fiscales de Grecia puedan propagarse a otros países de la zona euro, ha dado un tono de urgencia al encuentro de los ministros de Finanzas y representantes de los bancos centrales del G-20 en el puerto coreano de Busán.
Con los funcionarios descartando la posibilidad de un acuerdo en Busán sobre reformas financieras, incluyendo un polémico impuesto global a la banca, la necesidad de alcanzar un equilibrio adecuado entre la reducción de los déficits presupuestarios y el apoyo al crecimiento ocupará un lugar central en el encuentro.
"Los países con altos déficits presupuestarios deben asegurarse de que pueden manejar estos déficits", dijo en Pekín el ministro de Finanzas de Gran Bretaña, George Osborne, antes de volar rumbo a Busán.
"Los países con superávits también deben hacer una contribución al crecimiento global y ese será uno de los grandes temas en discusión en Corea del Sur", afirmó.
El secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, dijo que la necesidad de alcanzar un balance adecuado era un "deber compartido" reconocido por todos los miembros del G-20.
"Como dice el FMI, queremos que estas reformas fiscales sucedan en una forma compatible con el crecimiento", dijo Geithner a reporteros el miércoles en Washington. "Algunos países están en una posición muy sólida. Algunos países deben actuar mucho más rápido", agregó.
Otro funcionario del G-20 resaltó la necesidad de un endurecimiento fiscal coordinado de manera más gráfica: la crisis de la zona euro ha demostrado que algunos países tendrían que retirar sus estímulos antes de lo esperado, pero no todo el mundo debería correr hacia el otro lado del bote en el mismo momento.
Salidas. Hasta el momento, los miembros del G-20 han discutido de manera muy superficial el momento adecuado para retirar las medidas monetarias expansivas y las políticas fiscales que adoptaron para amortiguar la crisis financiera, pero el martes el Banco de Canadá se convirtió en el primer banco central del G-7 en elevar sus tasas de interés.
"Creo que estamos llegando a un momento en el que podríamos avanzar con la implementación de estrategias de salida", dijo el ministro de Finanzas canadiense, Jim Flaherty.
Los viceministros del grupo sostenían conversaciones preparativas este jueves, un día antes del inicio de la reunión principal, que por su parte, sentará las bases para la cumbre de los líderes del G-20 el 26 y 27 de junio en Toronto.
El G-20, principal foro de coordinación de las políticas económicas mundiales, reúne a las economías ricas y a las emergentes. Los países del grupo representan 85% de la producción global.
Ansioso por tranquilizar a los mercados globales, se espera que el grupo respalde la estrategia de reducción de déficit de la zona euro, aún cuando China y Brasil temen que el bloque no ha actuado de manera decisiva.
Reequilibrio. Sin embargo, las diferencias sobre el énfasis sobre la velocidad en que se debe zanjar el déficit de las finanzas públicas están a flor de piel, incluso entre los mismos miembros de la zona euro.
La ministra de Finanzas de Francia, Christine Lagarde, minimizó los temores de algunas capitales del G-20 respecto a que Alemania este preparando nuevas medidas de austeridad aún cuando su déficit, en 5,0% del PIB, es modesto según los estándares europeos.
En declaraciones a los reporteros el miércoles en París, Lagarde dio que el retiro de los estímulos económicos implementados por los Gobiernos para combatir la recesión era sobre todo un tema de "sintonía".
"Debemos evitar cautelosamente los cambios bruscos", afirmó.
Alemania, la economía más grande de la zona euro, está considerando elevar el impuesto al valor agregado a una tasa de 19% en ciertos artículos que ahora se benefician de una tasa de 7%según fuentes de la coalición de Gobierno germana.
Más allá de la reducción de déficits, los ministros discutirán el marco para el crecimiento a corto plazo, o cómo eliminar los desequilibrios económicos que fueron una de las razones que originaron la crisis financiera global del 2008 y 2009.
Funcionarios del grupo dijeron que Canadá, presidente actual del G-20, espera alcanzar un acuerdo en Toronto sobre las políticas necesarias para reducir estos desajustes.