Amante del mundo de la gastronomía, la gerente de Banca Empresarial de Banco Promérica, en Guatemala, no solo obtuvo conocimientos financieros en su pasada por el programa de ESADE y la Universidad Adolfo Ibáñez, sino también un bagaje cultural que la motivó a instalar su emprendimiento, una importadora de productos y vinos españoles en su país.

Era una piedrecita en el zapato. Un roce con memoria. Sobre algo que tenía conciencia que debía realizar. Una meta que había estado pateando hacia adelante. Aunque se tratara de un recordatorio beneficioso.

Así recuerda Vera Sánchez-Latour, gerente de Banca Empresarial de Banco Promérica, en Guatemala, las semanas antes de ingresar a cursar el Multinational MBA, que realizan en conjunto la escuela de negocios española ESADE y la chilena Universidad Adolfo Ibáñez, aquella formación que no por desidia, sino por asuntos de trabajo y familiares -es madre de tres hijos-, había postergado.

Y resultó ser un posgrado edificante porque, tras egresar del programa en 2015 -iniciado en noviembre de 2013-, pudo desde el primer día de trabajo reconocer con satisfacción la practicidad del curso superado. Tenía al alcance de su mano la aplicación de ese nuevo caudal de conocimientos.

Hoy recuerda esa etapa con felicidad y orgullo. “Lo que más me gustó del programa fue su innovación, ya que se enfocaba en negocios de América Latina; así como la independencia de los módulos, lo que te permite un mejor manejo de tus tiempos”.

-¿Qué es lo que más le ha servido del programa?

El programa tiene una visión muy práctica, como por ejemplo lo que aprendes en el modulo de alineación, donde manejas procesos de cambio en organizaciones y equipos laborales. El módulo de finanzas también. Te entrega una guía muy rápida para evaluar un proyecto y saber si será rentable, aunque no tengas todos los elementos a mano en el momento.

-Y entiendo que también el MBA le sirvió en términos personales.

Me encanta el mundo de la gastronomía española y los vinos. Así es que junto a un socio me instalé con una importadora de productos y vinos españoles para el mercado de mi país y poseo un pequeño emporio que comercializa los productos. Estoy muy contenta.

-Usted es abogada de la Universidad Francisco Marroquín, ¿no pensó que el MBA podía ser muy exigente, dada su formación en leyes?

Para nada. Es algo que recomiendo de este MBA, que finalmente puede ser tomado porcualquier profesional, tenga o no una base financiera. Te permite ampliar la visión corporativa, sin que sea una exigencia tener una base financiera para realizar el programa. De hecho, tenía varios compañeros abogados.

-La formación recibida, ¿cómo la ha ayudado a diferenciarse en su mercado laboral?

Hoy por hoy, es un requisito tener un MBA en el plano gerencial o de alta dirección, entonces, más que un plus te diría que es algo de base, algo que el mercado exige. Pero te reitero: yo creo que este programa te ayuda mucho en términos de conocimientos prácticos y también en el desarrollo de networking. Los compañeros indudablemente aportan mucho al desarrollo de la clase, desde sus vivencias y experiencias. Entonces, junto con enriquecerlas -ya que aprendes mucho de tus compañeros-, también se crea una dinámica con ellos que te permite juntarte en viajes de trabajos o viajes familiares; los contactos siempre están. De hecho, tienes de todas las nacionalidades hispanoamericanas, lo que hace que sea una característica muy interesante del programa, porque existe un hilo cultural entre todos los participantes, pese a las diferentes realidades de los países de la región.