Atractiva compilación incluye textos de autores no tradicionalmente relacionados al género como Horacio Quiroga y Vicente Rossi.
Tan extraña como interesante resulta la "Antología del cuento policial argentino", con escritores ajenos al género, a cargo del narrador Vicente Battista, quien rescata autores “laterales” como José Hernández y Paúl Groussac, cuyos textos son coetáneos de "Los crímenes de la calle Morgue", de Edgar Allan Poe, libro que los críticos señalan como fundador del género, editado en 1842.
La compilación, publicada en la colección “Huellas” de “Desde la Gente”, editorial del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, se completa con relatos de Eduardo Holmberg, Horacio Quiroga, Eustaquio Pellicer, Roberto Arlt y Vicente Rossi.
Battista, autor de una profusa obra narrativa, señala que sus novelas "Siroco", "Sucesos Argentinos", "Cuaderno del ausente" y "Ojos que no ven", más sus cuentos reunidos en "La huella del crimen", se ubican dentro del género; y menciona a Dashiell Hammett, Raymond Chandler, Jim Thompson, David Goodis, Patricia Highsmith y George Simenon, entre los autores que lo influyeron.
- Para nada es un dato menor que entre los textos que anteceden al género policial, uno de los más antiguos sea justamente un artículo de Hernández, autor de "Martín Fierro", editado en 1863.
- Fue Fermín Fevre quien rescató ese artículo de Hernández para incorporarlo en su "Antología de Cuentos Policiales Argentinos", editado en 1974. El propio Fevre se apresuró a aclarar que “la intención de Hernández no fue elaborar un texto policial”, aunque señaló que “sería el primer antecedente del género en nuestro país”.
Algo de cierto hay en eso, porque si bien Hernández no se detiene en la resolución de un enigma, pone sobre el tapete un asunto que ciertamente se repite en numerosos textos policiales: el modo y las artimañas que se utilizan para ocultar un crimen.
- ¿No se correría el riesgo de considerar dentro del género a los artículos periodísticos dirigidos a desentrañar casos policiales?
- Las notas periodísticas referidas a hechos policiales suelen ser disparadores de textos notables. No hay que olvidar que uno de los cuentos de Poe en "El misterio de Marie Roget", nació de una noticia: la aparición del cadáver de una joven a orillas del río Hudson.
- Señala en s prólogo que "El Matadero", de Esteban Echeverría, entra en el policial negro, ¿qué características lo enmarcan dentro del género?
- Obviamente, Echeverría no lo escribió con el propósito de integrar un género que acababa de fundarse; entre otras cosas porque en "El Matadero" no hay un ningún enigma a resolver, tal como lo exigían las leyes de ese joven género. Pero por la fuerza, la violencia y la impiedad que destila el texto puede situarse como antecedente del policial negro que 50 años después fundaría Dashiell Hammett.
- El relato “La bolsa de huesos” de Holmberg se asemeja, por la utilización de un método deductivo, a series actuales de televisión en las que el protagonismo está a cargo de una minuciosa y sofisticada investigación científica, más que el policía-detective...
- Así es. Holmberg recurre en ese cuento al mismo método deductivo que medio siglo antes pusiera en marcha Auguste Dupin, el célebre investigador privado inventado por Poe. Un método que comenzaron a utilizar el Comisario Leqoc, de Émile Gaboriau, el Comisario L’Archiduc, de nuestro Raúl Waleis y Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle, entre muchos otros.
- ¿Es usual el humor delirante en el género, como sucede con el relato incluido de Eustaquio Pellicer, “El botón del calzoncillo”?
- Aunque suelen referirse a asuntos terribles, los textos policiales no eluden el humor. Sarcasmo e ironía hay en Chandler y en su Philip Marlowe; hay humor en Chesterton y en su padre Brown, y en Isidro Parodi, el peculiar detective que, bajo el seudónimo de Honorio Bustos Domecq, crearan Borges y Bioy Casares.
- En el libro hay un relato muy bueno de Roberto Arlt, ¿de qué modo aborda el género? O mejor: ¿qué aportan al policial, su singularidad, su estilo, sus elementos expresivos?
- Ese cuento sorprende por su originalidad. Tal como lo expone, estaríamos ante un genuino crimen perfecto. Pero más allá de este relato, que se inscribe cómodamente en el género, los temas de Arlt y su escritura, por su violencia y crudeza, están íntimamente ligados con lo que entendemos por policial. El cuento “Las Furias” de El Jorobadito, puede leerse como un excelente policial de la serie negra.
- Es peculiar el cuento de Quiroga “El triple robo de Bellamore”, ¿crees que le presentara al lector un final abierto?
- No me atrevo a decir que se trate de un final abierto: Bellamore es definitivamente condenado en base a las sospechas que brinda el denunciante quien, para colmo, dice estar convencido de la inocencia de su denunciado. Quiroga cuestiona las encrucijadas que ofrece la justicia o lo que impasiblemente entendemos por justicia.
- Según el narrador cubano Leonardo Padura, el policial hispanoamericano desplaza “al viejo modelo genérico asentado sobre la existencia de un enigma”, y se abre a líneas como el espionaje, el narcotráfico, lo conspirativo, la violencia cotidiana, la corrupción, en un marco muy amplio de conflictividad social.
- Padura ratifica lo que Chandler había señalado en El simple arte de matar; cuando en 1950 se refirió a Hammett, dijo que este excepcional escritor: “Sacó el jarrón veneciano del living para arrojarlo al barro de las calles”. Fue un nuevo acto fundador, a partir de ese momento en el policial ya no primaría el enigma sino el conflicto social -violencia, corrupción, injusticia- que acompañarán a ese crimen que se acaba de cometer.