En entrevista con DW, la vicepresidenta de Panamá, Isabel de Saint Malo de Alvarado, habló sobre las iniciativas que llevan a cabo las autoridades de su país para lograr la igualdad salarial entre hombres y mujeres.
A pesar del crecimiento económico que han vivido muchos países latinoamericanos en los últimos 15 años, la brecha salarial entre hombres y mujeres es, en promedio y según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), del 15 %. Cerrar esta brecha contribuiría a un mayor desarrollo económico y una mejor cohesión social. También tendría un impacto positivo sobre la reducción de la pobreza.
Con este objetivo en mente, Panamá lidera en la región la Coalición Internacional sobre la Igualdad de Remuneración (EPIC, por sus siglas en inglés) lanzada por la OIT, ONU Mujeres y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Isabel de Saint Malo de Alvarado, vicepresidenta de la República de Panamá y ministra de Relaciones Exteriores, comparte las iniciativas que llevan a cabo las autoridades panameñas para lograr la igualdad salarial entre hombres y mujeres, y los retos más importantes que se interponen en este empeño.
-DW: En la mayoría de los países de la región existe una legislación que prohíbe la discriminación entre hombres y mujeres. Aun así, las mujeres latinoamericanas reciben menos sueldo que sus pares varones. ¿A qué factores podemos atribuir esta diferencia?
Isabel de Saint Malo de Alvarado: Uno de los factores podría ser la carencia de integración en las acciones en pro de la igualdad por parte de todos los sectores de la sociedad. La ausencia de iniciativas concretas para cerrar la brecha económica de género y la poca conciencia sobre la importancia de las responsabilidades compartidas en el hogar. Sin bien es cierto que muchos países cuentan con legislaciones que prohíben la discriminación, también hay que crear leyes que establezcan ambientes sanos y equitativos para el trabajo tanto de hombres como de mujeres.
-El trabajo doméstico y de cuidado es asumido, mayoritariamente, por las mujeres. ¿Cómo influye esto en el acceso de las mujeres al mercado laboral y a mejores puestos de trabajo?
Se debe reflejar la equidad de género tanto en el ámbito laboral como en el hogar, y esto requiere de cambios políticos, académicos, sociales, culturales y hasta económicos. Es fundamental seguir creando conciencia y actuando para que la mujer no sea vista como la única responsable de realizar los trabajos domésticos. Las tareas del hogar y el cuidado de los hijos y ancianos deben ser una responsabilidad compartida, para que permita así a las mujeres desarrollarse también en el ámbito profesional. La región necesita generar data que respalde y evidencie qué tan profunda es la desigualdad en materia de género. Esta es una de las iniciativas que estamos trabajando en conjunto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ONU Mujeres y la OIT en programas e iniciativas como la Coalición Internacional sobre la Igualdad de Remuneración (EPIC, por sus siglas en inglés), entre muchas otras.
-A escala mundial, las mujeres ganan el 77 % de lo que ganan los hombres y, si continuamos a este ritmo, se necesitarán 70 años más para cerrar esta brecha. La coalición EPIC que usted menciona tiene como objetivo lograr "igual remuneración para trabajo de igual valor" para 2030. ¿Cuáles son los pasos prioritarios que la iniciativa está tomando en este sentido?
La Coalición busca aunar esfuerzos y fomentar alianzas en el ámbito nacional, regional e internacional con el objetivo de apoyar a los gobiernos, los empleadores y trabajadores y sus organizaciones en el logro de la igualdad de remuneración entre hombres y mujeres y reducir la brecha salarial por motivos de género. Ya estamos trabajando en consolidar un plan de acción para Panamá de la mano de estas organizaciones, que incorpora las iniciativas que ya hemos puesto en marcha en este aspecto.
-Panamá ha sido el primer país de la región en unirse a la EPIC. Anteriormente, se aprobó la Ley 56 que establece que al menos el 30 % de los miembros de las juntas directivas de organismos estatales deben ser mujeres y se lanzó un Sello de Igualdad de Género para empresas privadas y organismos públicos, que busca acabar con la brecha salarial y promover prácticas equitativas. En base a esta experiencia, ¿cuáles serían las mejores prácticas que Panamá podría compartir con otros países de la región para avanzar en este sentido?
En primer lugar hemos entendido que para lograr avanzar integralmente requerimos impulsar la igualdad en todos los sectores, tanto públicos como privados, y que tenemos que sumar a hombres y mujeres de gobierno, empresas privadas y sociedad civil para lograrlo. Nuestro país ha tomado un claro liderazgo en la región en cuanto a la implementación y adopción de políticas tendientes a aumentar la participación económica y el progreso de las mujeres en el mercado laboral, e impulsar acciones que contribuyan al fortalecimiento de las instituciones nacionales.
El Gobierno panameño está desarrollando un Plan de Trabajo, con especial incidencia en el sector privado, para reducir la disparidad salarial. La iniciativa forma parte del Grupo de Trabajo de Paridad de Género que lanzamos junto al BID. También esta administración gubernamental puso en marcha la primera iniciativa de Paridad de Género en conjunto con sector privado y organismos internacionales. Panamá es también el país líder en la región de la coalición EPIC, de la que tengo el honor de ser la "líder" o "champion" para toda la región.
-Más allá del Estado y las entidades vinculadas al sector público, las empresas y el sector privado juegan un rol fundamental. ¿Cuáles serían las razones por las que este sector debería apostar por la igualdad de género? ¿Qué beneficios económicos se alcanzan cuando hombres y mujeres gozan de las mismas oportunidades y recompensas?
Contar con las mujeres es un buen negocio y la economía pierde si la desigualdad económica persiste. Hay estudios que evidencian que aumentar la equidad de género, permitiría crear 10,5 millones de puestos de trabajo adicionales para 2050 e incrementaría el PIB de regiones enteras entre el 4 y el 10 %. Entonces no es solo cuestión de justicia, es cuestión de desarrollo de los países.
-Usted, además de ostentar la vicepresidencia y estar a cargo de la Cancillería, ha sido reconocida por la coalición EPIC como "champion" por la igualdad de remuneración. ¿Cómo cree que la presencia de mujeres en puestos de responsabilidad y con visibilidad pública contribuya a la construcción de una sociedad más equitativa? ¿En qué medida modelos de mujeres exitosas, como usted misma, suponen un aliciente para que niñas y mujeres jóvenes tengan aspiraciones a lograr también ese liderazgo?
Debo decir que crecí en una familia donde nunca hubo diferencias respecto al género, mis padres nos trataron a mí y a mis hermanos con igualdad y sin distingo; esto marcó mi capacidad y la de mis hermanos de poder aspirar a cumplir sueños sin tener limitaciones. Esto es crucial, pero lamentablemente no es común en nuestra sociedad. Las niñas y mujeres jóvenes necesitan verse inspiradas en mujeres que han logrado realizarse profesionalmente, para creer que es posible para ellas también. Es responsabilidad de todos los miembros de esta sociedad, hombres y mujeres, sector público y privado, abrir ese espacio y brindarle esa oportunidad a las muchas mujeres preparadas para que puedan demostrar y aportar al desarrollo del país con sus capacidades.
Foto extraída de Wikipedia.