Así lo advirtió Human Rights Watch, que señaló que el gobierno de Álvaro Uribe debe detener la violencia en alza si quiere asegurar la aprobación del pacto.
Bogotá. Colombia debe actuar para detener la violencia en alza, incluida aquella contra sindicalistas, si desea que se asegure en el Congreso de Estados Unidos la dilatada aprobación de un acuerdo comercial con Washington, dijo este miércoles un grupo de derechos humanos.
Las tasas de asesinatos treparon en Colombia durante el año pasado, a medida que miles de criminales, encabezados por ex jefes de milicias derechistas, reorganizaron su contrabando de cocaína y organizaciones de extorsión, según dicen las autoridades.
Human Rights Watch (HRW) dijo en un reporte que el surgimiento de esos grupos sucesores era predecible debido al fracaso de Colombia para desmantelar las redes paramilitares cuando los grupos fueron desmovilizados entre 2003 y 2006.
El ministerio de Defensa rechazó el reporte, calificándolo como sesgado contra el gobierno.
Colombia está haciendo un fuerte cabildeo para avanzar el pacto comercial, pero Tom Malinowski, jefe de la oficina de Human Rights Watch en Washington, dijo que los legisladores demócratas lo bloquearían hasta que el presidente Álvaro Uribe haga más para detener la violencia.
"Hay una mayoría potencial en la Cámara (de Representantes) para aprobar un acuerdo comercial con Colombia. Pero para que esa mayoría se materialice, el gobierno debe tratar de resolver esos problemas en lugar de buscar una forma de evadirlos", dijo Malinowski.
"La Cámara baja ha aprobado pactos comerciales con países como Jordania, que no tiene un historial prístino de derechos humanos, pero que han abordado las preocupaciones de Estados Unidos", agregó.
El gobierno del ex presidente George W. Bush negoció el acuerdo con Colombia, pero el mandatario republicano fue incapaz de conseguir la aprobación del Congreso controlado por los demócratas. Sus opositores quieren una mayor acción del gobierno colombiano para proteger a los derechos de los trabajadores y las vidas de los sindicalistas.
El presidente Barack Obama dijo en enero durante su discurso del Estado de la Unión que quería mejorar los lazos comerciales con otros países, incluyendo Colombia.
Uribe, quién afirma que ha mejorado en parte la situación de derechos humanos al ordenar un mayor despliegue policial, dijo que recibió "con alegría" los comentarios de Obama.
Los críticos sostienen que Uribe no se ha concentrado en evitar que los ex milicianos organicen nuevas pandillas que asesinan a aquellos que amenazan su control sobre las comunidades locales.
Respuesta de Colombia. El ministro de Defensa, Gabriel Silva, rechazó el reporte, diciendo que "ignora de manera flagrante" los esfuerzos de Colombia para proteger los derechos humanos, y canceló abruptamente una cita que tenía fijada para este miércoles con Malinowski.
El gobierno colombiano ha montado una campaña de relaciones públicas en apoyo del proyecto de acuerdo, incluyendo anuncios de televisión que promueven a Colombia como un destino turístico seguro, prometiendo que "el único riesgo (de visitar Colombia) es que te quieras quedar".
Human Rights Watch dijo que el aumento del crimen en las áreas pobres de ciudades como Medellín -donde la tasa de asesinatos casi se duplicó en 2009- cuenta una historia diferente, ya que las fuerzas de seguridad han permitido e incluso colaborado con las nuevas pandillas.
"La colusión oficial que hemos visto ha sido en su mayor parte a nivel local", dijo Malinowski. "A niveles políticos más altos hay un desinterés en enfrentar el problema, porque confrontarlo sería admitir que la desmovilización paramilitar fue en buena parte un fraude", agregó.
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