Estrenada este fin de semana en el festival de cine de Venecia, el nuevo proyecto fílmico del mexicano centra su mirada en la urgente necesidad de tolerancia entre las personas.
“Me parece que es un tema que debe discutirse. Tenemos que hablar de religión, aún los ateos, porque es tiempo de conocernos”, dice el escritor de películas como “Amores perros”, “Babel” o “Los tres entierros de Melquiades Estrada”.
“No me estoy obsesionando con la religión, sino con los temas fundamentales del mundo contemporáneo”, dice.
El proyecto, bautizado como “Words with Gods” y producido por el propio Arriaga, Alex García y Lucas Akoskin, se estrena este fin de semana en la Sala Grande de la edición 71 de la Muestra de Venecia.
Es un honor y un privilegio estar en la Sección oficial de Venecia, uno de los dos festivales más importantes del mundo; yo me siento como en casa, siempre me tratan bien y tiene un público muy exigente, como en cualquier otro festival. Junto con Cannes, les tengo mucho cariño”, señala Arriaga, quien no aspira al León de Oro al tratarse de una película “coral”.
Ésta es la cuarta vez de Arriaga en el Lido de Venecia, donde ya ha participado con producciones como “21 Gramos”, “Fuego” , su cortometraje “El Pozo” y ahora “Words with Gods”. Ahí, a la orilla del mar Adriático, Arriaga también fue jurado del certamen al lado de Quentin Tarantino.
“En términos de religión me parece terrible que haya gente que tenga que ser asesinada por pensar distinto. Y no pensemos en el Oriente Medio, vayamos a Chiapas donde indígenas católicos expulsan a los protestantes”, comenta.
Ese tipo de situaciones son las que llevan a Arriaga a buscar un diálogo y a aliarse a colegas que abordaran en sus historias distintas religiones desde su propia perspectiva.
“Busqué a un grupo de gente que admiro mucho para que hablen de religión en todas sus manifestaciones. Quería una visión comprometida de una religión, ya fuera que la practicaran o que estuvieran cercanos a ella”.
El escritor señala que “es un momento muy álgido y difícil, y ojalá esta sea nuestra muy pequeña y humilde contribución a invitar a un diálogo”.
Además de la religión, las cintas están unidas por dos de las personas que más admira el propio Guillermo Arriaga: el músico inglés Peter Gabriel y el escritor peruano Mario Vargas Llosa, a quien considera una de sus más grandes influencias.
“Peter Gabriel fue el primer nombre que nos vino a la mente, porque ha trabajado con músicos de todo el mundo, ha hecho música para películas religiosas y podía tener una sensibilidad para cada uno de los momentos”, relata Arriaga, quien agradece la humildad y solidaridad de Gabriel.
Del Nobel de Literatura recuerda que fue socio y productor de la cinta, Álex García, a quien se le ocurrió invitarlo a sumarse al proyecto, lo cual ocurrió luego de la intervención de la entonces directora de Conaculta, Consuelo Sáizar.
“Consuelo fue mi alumna y me ayudó a contactarlo. Un día me dijo: ‘ya está, sí está interesado’. Así es que le llamé por teléfono y un día me llegó un email que decía: ‘Encantado, yo le entro’. Parecía magia.”
El escritor, director y productor dice que “he crecido como ateo y desde niño he sido agredido por no ser creyente. ¿Por qué alguien tiene que sufrir esta intolerancia? No puede haber alguien criticado o juzgado por su forma de pensar”.
Por todo ello dice que el proyecto no lo puede tener “más satisfecho”, consideando incluso que algunos segmentos de ficción (cortometrajes) son auténticas obras maestras. “Setrata de directores con una factura y una profundidad impresionante, ya lo verán”.