Esta Península de Yucatán además posee una oferta gastronómica y hotelera de primer nivel. Todos estos factores hacen de este lugar un punto atractivo para visitantes de todas las edades y de los más diversos puntos del globo.
El auto de alquiler recorre la autopista Cancún-Bacalar a buen ritmo; el aire cálido -para mí sinónimo de vacaciones aunque haya dejado atrás un otoño inusualmente cálido en el Sur- se cuela por las ventanas y me alborota el pelo. No me importa... de hecho me relaja. Pasó más de una década desde que puse pie por última vez por estas latitudes, hace muchos años pasé por Cancún (a la que rápidamente catalogué como una suerte de Miami mexicana) y recalé en Playa del Carmen, el pueblo pescador con un imán para turistas, que representaba la quintaescencia de lo que hoy definen como rústico chic.
Ya por ese entonces, la Riviera Maya contaba con más atractivos y propuestas de las que pude acomodar en mis "escasos" 6 días de visita: las ruinas de Chichen Itza, Tulum y Coba, los parques acuáticos de "Xel-Há" y "Xcaret", los cenotes, la islas de Cozumel e isla Mujeres y la noche de Cancún no me dieron respiro.
Hoy, mientras hago el mismo recorrido hacia el hotel en Playa del Carmen, no dejo de asombrarme por las monumentales entradas a resorts con aire de estreno y la profusión de carteles carreteros que anuncian parques temáticos y una amplísima variedad de "experiencias" que van desde el nado con delfines hasta el vuelo por los alturas en tirolesas, pasando por aventuras en ríos subterráneos y coloridas cenas a bordo de chalupas en Xoximilco.
Al parecer, por aquí, todo es posible: desde revivir la historia maya hasta relajarse al sol todos los días en una playa distinta; pero para los amantes de la naturaleza, la diversión y la adrenalina el menú es irresistible.
Un "Disney" para grandes
Una de las primeras cosas que impacta a quienes nunca han puesto pie en el Caribe es la transparencia y color de sus aguas. La vida marina que las habita es otro espectáculo que se revela en un segundo capítulo, mucho menos obvio pero muchísimo más emocionante: no se ha estado oficialmente en la Riviera Maya sin haber tenido al menos una zambullida para hacer snorkel o buceo.
Con este fin es que convenzo a mi marido (que dicho sea de paso no es ningún fanático de la playa y la arena) de visitar alguno de los dos "clásicos": los parques de "Xcaret" y "Xel-Há". Aunque ambos están operados por el mismo grupo (hoy denominado Experiencias Xcaret) y los servicios y propuestas son bastante similares, el "ambiente" de ambos parques es bastante diferente.
"Xcaret" se promociona como un "Majestuoso paraíso mexicano", con una completa colección de fauna y flora, tanto dentro como fuera del agua, fascinantes ríos subterráneos que pueden recorrerse con salvavidas y snorkel y genuinos vestigios de ruinas en torno a las cuales se ha montado una réplica de una aldea maya (y todo un show nocturno con una producción que sería la envidia de cualquier espectáculo off-Broadway).
"Xel-Há", por su parte, hace más enfasis en la naturaleza, el encanto de sus interminables caletas y ríos "perezosos" y una cantidad de divertidísimas actividades como el salto desde la "Piedra del Valor", a 6 metros de altura sobre el río. Además de la impagable experiencia de "canilla libre" de snorkel, los visitantes pueden nadar con delfines o tiburones, caminar por el fondo del mar con las escafandras del Sea Trek, pedalear en las Zip Bikes por encima de la selva o fotografiarse con tucanes y guacamayas.
Todo esto con el aditivo de la experiencia culinaria ya que, de un tiempo a esta parte, "Xel Há" se ha convertido en un "all you can eat or drink park" (perdón, me tocó un brochure en inglés) por lo cual el precio del ingreso básico incluye, además del equipo de snorkel, salvavidas y locker sin cargo, canilla libre de bebidas (con o sin alcohol) y un buffet que llenaría la heladera de mi casa por un par de semanas. Siguiendo con el "menú" de actividades (y aunque no soy una fanática de ningún espectáculo que involucre animales en cautiverio) cumpleme informar que si en su lista de pendientes figura el nado con delfines entonces "EL" lugar para concretar este sueño es, sin dudas, la Riviera Maya.
Existen varios puntos donde se puede inmortalizar ese momento en el cual estos adorables mamíferos marinos saltan por encima de los sorprendidísimos turistas; tanto "Xel-Há" como "Xcaret" lo ofrecen como parte de sus "actividades extraordinarias" que no están incluidas en el precio del ingreso.
En la isla de Cozumel, el complejo Cozumel Dolphin, ubicado en el Parque Natural de Chankanaab (otro lugar idóneo para los amantes de los parques temáticos y aquellos que viajan con chicos) suele recibir a miles de cruceristas que recalan en la isla y quieren concretar la experiencia de nadar con delfines en un entorno natural de 9.350 metros cuadrados y una población de 26 ejemplares.
Otra opción es "Dolphin Puerto Aventuras", ubicado también en una isla con una densa vegetación tropical, rodeada por un arrecife donde habitan delfines, mantarrayas y tiburones nodriza. Este parque cuenta con espacios exclusivos para manaties y lobos marinos y una gran variedad de servicios y restaurantes que forman parte de las instalaciones.
Si la idea es tener un encuentro con la fauna marina en un contexto más natural el snorkel es la actividad más popular y la Isla de Cozumel, con su arrecife circundante, uno de los lugares más idóneos para practicarlo. Existen múltiples tours que salen desde el muelle de la isla e incluso que pueden contratarse desde la vecina Playa del Carmen. A diferencia de las expediciones de buceo, no es necesario tener experiencia previa en imersiones y resulta atrapante la sensación de "sobrevolar" las profundidades del mar.
Para quienes recalen en Cancún, desde la Marina Acquatours en el km.6.5 de la zona hotelera parten tours para descubrir Garrafon en Isla Mujeres, un parque natural de arrecifes muy popular entre los turistas. Otro "hot spot" que está ganando popularidad entre los "snorkelers" es la isla de Holbox en las cercanías de Cancún, pero esa visita merecería un capítulo aparte.
Adrenalina día y noche
Tal vez una de las incorporaciones más excitantes al mapa de la diversión temática yucateca es la del "Parque de Aventuras Xplor". Con una estética que replica casi a la perfección lo que debe haber sido el set de filmación de la saga de Jurassic Park, la propuesta de este parque es 100% adrenalínica. De hecho, aunque también opera con el sistema de buffet y bebidas libres incluidas en la entrada, el alcohol está prohibido dentro del parque y hay una buena razón: para vivir la experiencia "Xplor" se precisa el 100% de los 5 sentidos y también un toque de espírtu aventurero, algo de coraje y un relativo estado físico.
Nadar, remar, saltar, volar, manejar, subir y bajar. Es probable que haga eso y algo más si la idea es hacer rendir la entrada. El ingreso al parque es por un impresionante "lobby " ubicado literalmente en el corazón de una caverna que rebosa de estalagtitas y estalagmitas; allí, junto con el pago de la admisión, se entrega un casco de seguridad por visitante con un número identificatorio. Además de la función de protección, estos cascos cuentan con un microchip que activan las cámaras automáticas ubicadas en distintos puntos del parque y, al mejor estilo paparazzi, capturan al huesped en las distintas actividades.
A lo largo y a lo ancho del "Xplor" es posible recorrer 7 circuitos de actividades de aventura y disfrutar de un espectacular buffet y bar de smoothies, tan deliciosos como nutritivos. "Xplor" se precia de tener las tirolesas más altas del condado (llegan hasta los 45 metros), repartidas en dos circuitos que totalizan 3.8km de recorridos donde se alterna el vuelo sobre selva, algunos tramos de carretera, divertidísimos "acuatizajes" y hasta un par de toboganes.
El río de estalagtitas, por su parte, plantea dos recorridos subterráneos de distinta longitud por el corazón de la tierra, atravesando distintas cavernas y finalizando en una impresionante caída de agua de varios pisos de altura. Son 400 metros de trayecto flotando en un curso de agua a través de escenarios de milenarias estalagtitas y estalagmitas. Otra opción para apreciar el mundo subterráneo son las originales balsas del parque con una suerte de "remos-guantes" a lo largo de dos circuitos de poco más de 500m donde el silencio y la estratégica iluminación van marcando la tónica del paseo.
Otras de las actividades populares del lugar son los circuitos en vehículos anfibios que recorren cavernas, selva y hasta un puente colgante a lo largo de un total de 10km en dos instancias; un consejo básico: ceda el volante a quién no esté acostumbrado a la dirección hidráulica. Después de remar, volar, nadar, manejar y, sobre todo, recorrer a pie los largos caminos subterráneos que llevan de una atracción a otra, las paradas impostergables son en el buffet y el bar de smoothies. Para quienes quieran hacer aún más extrema la experiencia Xplor el parque ofrece una opción muy original: la versión nocturna de todos los recorridos en lo que denominan Xplor Fuego que permite experimentar las tirolesas y otras actividades en versión nocturna, entre las 5 y las 11.30pm.
Azul profundo
Así como el snorkel es casi una actividad obligatoria en este destino, es imposible dejar Península de Yucatán sin haber al menos visitado un cenote.
El término proviene del maya y significa "pozo con agua" aunque las antiguas civilizaciones los consideraban portales a otros mundos, verdaderos lugares sagrados donde solían hacer ofrendas y sacrificios.
De sus profundidades (algunos se extienden hasta 50m y otros literalmente no han podido ser explorados en su totalidad) emanan ríos subterráneos que ofician como una amplísima red hidrográfica. Los cenotes más populares para visitar son el Ik-Kil en las cercanías de Chichen Itza donde es posible darse un refrescante chapuzón, los de Aktun
Tulum versión chic
Tanta adrenalina y movimiento hace que el cuerpo pida un respiro. Y para eso nada mejor que visitar alguna de las playas del nuevo lugar de moda de la Riviera Maya.
Antiguamente visitado únicamente por sus ruinas, Tulum ha sumado propuestas chic a su repertorio de atractivos turísticos y hoy muchos aseguran que tiene ese encanto relajado, bohemio y ala vez refinado que Playa del Carmen ostentaba en sus inicios, antes de experimentar el "boom" que la "Cancunizó".
Para el mejor almuerzo frente al mar ocupe una de las coloridas sillas del restaurante del hotel Zamas, con sus bungalows sobre la arena. Fuera de la línea de playa, el restó de moda es Hartwood Tulum. A la noche, la movida está en el resto-bar Gitano, con un amplio repertorio de mezcal y música en vivo. Para alojarse, el hotel boutique Be Tulum tiene el mejor ambiente.