Cerca del 15% de las parejas en el mundo enfrentan este tema. Especialistas subrayan que reaccionar a tiempo facilita las soluciones.
Aunque hay casos muy distintos unos de otros, un aspecto importante para considerar en el tema de la infertilidad en las parejas es el factor tiempo. Mientras más luego se consulte a un profesional médico, mayores son las probabilidades de éxito. En especial si la mujer está cerca de los 35 años.
El promedio de parejas que enfrentan este tema en el mundo es del 15%. En Chile, cerca del 10%. El punto primordial que debe asumirse que este aspecto no significa que no puedan ser padres. Para eso se requiere el análisis especializado.
Por infertilidad se entiende la situación en que las parejas que, luego de intentar –al menos- durante un año, no han logrado embarazarse. Ese cuadro sólo implica en principio que hay algún factor que está dilatando sus posibilidades de ser padres.
Los expertos en medicina reproductiva dividen en tres grupos las principales causas de este cuadro: causas femeninas, causas masculinas y la combinación de ambas.
Dentro de las primeras existen varios factores, pero los más frecuente son las mujeres anovulatorias o con ovario poliquístico, que no ovulan y no tienen menstruación todos los meses. La anovulación se puede deber a problemas a la tiroides, a un tumor en la hipófisis, al estrés patológico, a la menorrea, a la anorexia, a la obesidad y, por último, a problemas hereditarios.
También puede ser por una patología tubaria, como una cirugía previa por peritonitis o por enfermedades de transmisión sexual. La endometriosis también puede causar infertilidad y afecta al diez por ciento de las mujeres. La edad también juega en contra, pues afecta la reserva ovárica y la calidad de los óvulos.
En las causas masculinas, en tanto, juegan un papel importante las alteraciones severas en la cantidad y calidad de los espermios que puede ser por motivos endocrinológicos, testiculares o por infecciones de transmisión sexual.
El doctor Reinaldo González, ginecólogo y especialista en infertilidad y medicina reproductiva de la Universidad de Chile explica que "una vez establecidas y solucionadas las causas que provocan la infertilidad, el porcentaje de éxito es relativo a cada caso. Si se trata de mujeres jóvenes que no ovulan, pero que ella y su pareja están sanos, las tasas de éxito son muy altas, por ejemplo".
El experto explica que se induce la ovulación con distintos fármacos y se logra un 70% u 80% de probabilidades de embarazo. Si no resulta se usan otros procedimientos como inseminación intrauterina o fertilización in vitro, para lograr mejores tasas de embarazo.
"Si hablamos de la endometriosis y que se pueda resolver con una cirugía, la tasa de embarazo aumenta de un 5% a un 15% post operación. Parece un número bajo, pero esa es la tasa normal de embarazo”, aclara González.
Uno de los miedos de muchas parejas a la hora de recurrir a los tratamientos de fertilización asistida es el riego de los embarazos múltiples. Y, al final, lo que se buscaba como una bendición, se transforma en un complejo problema, con todo el desgaste emocional y económico que eso implica.
El doctor González comenta que la medicina reproductiva actual toma los resguardos necesarios para que eso no ocurra. “Lo más complicado –dice- es que nacen niños prematuros que tienen complicaciones y quedan con secuelas. Para nosotros, los embarazos múltiples también son una complicación".
Explica que en la fertilización in vitro, por ejemplo, no se implantan más de dos embriones. Con eso, se alcanzan tasas de embarazo en torno al 40%.
De ellos, el 80% lo hacen de un embrión. "Es un tema que podemos controlar y de ahí la importancia de que las parejas consulten con especialistas certificados y muy calificados”, enfatiza.
Otro peligro que ronda en el tema, y que surge como un enemigo silencioso, son las enfermedades de transmisión sexual. La clamidia, por ejemplo, obstruye las trompas de Falipio y, lo peor, no presenta síntomas. Así, mientras más tiempo pase sin un tratamiento adecuado, mayor es el daño que genera y, a veces, puede ser irreversible.