Marcelo Cabrol, manager de la Oficina de Relaciones Externas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), comenta sobre el estado de innovación en la región.
En América Latina, la disrupción tecnológica, la innovación y el emprendedorismo digital y social están siendo las claves de la transformación para el cambio social. “Fomentar una auténtica cultura de la innovación es el camino para enfrentar los retos pendientes de la región”, asegura Marcelo Cabrol, manager de la Oficina de Relaciones Externas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entidad que lidera Idear Soluciones, movimiento para unir a emprendedores, inversores e instituciones con la mirada puesta en detectar y promover respuestas innovadoras para mejorar la calidad de vida de los latinoamericanos.
-¿Por qué una entidad como el BID se involucra en un tema como la innovación, algo que parece tan lejano a lo que se piensa de un banco?
Para nosotros, la innovación no es un concepto abstracto, sino una forma creativa de responder a los problemas del día a día. América Latina y el Caribe es una región que ha vivido transformaciones muy importantes en las últimas décadas, gracias a los pasos significativos que se han dado en el combate contra la pobreza y la reducción del analfabetismo, por ejemplo. Pero en paralelo surgen nuevos desafíos que necesitamos resolver a través de enfoques diferentes.
-¿ Cuáles son esos nuevos desafíos que enfrenta la región?
Algunos de los retos más apremiantes están ligados a la inseguridad ciudadana, el desequilibrio demográfico, los problemas ambientales y una infraestructura de servicios obsoleta e insuficiente. Luego, en materia de educación, está creciendo la demanda por una formación más competitiva, que permita una inserción laboral real en los puestos más calificados. La región no está produciendo suficientes profesionales técnicos ni científicos y esto se refleja, entre otras áreas, en nuestra capacidad de innovar: a pesar de que el 8% de la población global vive en nuestros países, en 2010 la región apenas había originado el 2,6% de las solicitudes de registro de nuevas patentes.
-¿Qué significa el concepto de “cultura de la innovación” que utiliza el BID?
Para nosotros, significa mantener una conversación permanente entre lo que sucede “afuera del BID” y lo que ocurre adentro. Se trata de una apuesta a mediano y largo plazo en la que la innovación se erige como una cultura donde los individuos que forman parte de la organización la incorporan de modo paulatino, sin vivirlo como algo “impuesto”. De esta manera, las experiencias que ocurren “puertas afuera” nos permiten repensar continuamente los modelos de trabajo existentes. Y así, en la práctica, derribamos el mito de que sólo unos pocos pueden innovar.
¿Eso es a lo que se refieren con “innovación abierta”?
Exacto, en el BID creemos que la innovación debe ser “abierta”. En los hechos, esto implica que los emprendedores deben conectarse e inspirarse no sólo con otros emprendedores sino también con las instituciones públicas, el sector académico y los potenciales inversores para sus proyectos. De este modo, unos y otros pueden incentivarse mutuamente para alcanzar esas nuevas respuestas que requiere América Latina para su desarrollo.
Cuando en 2013 creamos Idear Soluciones, vimos el enorme potencial inspirador que tienen las historias sobre innovación. Se tienden nuevos puentes entre gente de distintos ámbitos y surgen conversaciones creativas sobre cómo resolver problemas prácticos. Para nosotros esto tiene un gran valor y nuestra idea es que lo que hoy se ve como un evento especial se vaya transformando gradualmente en una forma de trabajar.
-¿Cómo están influyendo las herramientas digitales en la creación de los nuevos emprendimientos y cómo pueden dar respuestas a los problemas del desarrollo?
El uso creativo de la tecnología está motorizando una gradual revolución en todos los aspectos de la vida profesional. En el caso de los emprendedores, especialmente en aquellos más jóvenes, lo interesante es observar que fenómenos cada vez más extendidos como el teletrabajo, las aplicaciones en la nube y las posibilidades de colaboración remota, están simplificando el proceso de iniciar una empresa, contratar personal, exportar servicios relacionados con la creatividad, etc. Hoy, sin grandes capitales iniciales, muchas personas pueden encarar proyectos sustentables, beneficiándose enormemente de las distintas plataformas digitales.
Simultáneamente, ese mismo paradigma está impulsando la creación de aplicaciones prácticas que dan respuesta a las necesidades de grandes sectores de la población latinoamericana. Este año, por ejemplo, supimos de un emprendedor chileno que desarrolló una aplicación para ayudar con la detección precoz de los síntomas de la diabetes y de una emprendedora uruguaya que diseñó un software para monitorear las enfermedades en el ganado y anticiparse a posibles crisis de abastecimiento en el sector. El común denominador de ambos proyectos es que, a través de una utilización creativa y económica de la tecnología, apuntan a resolver cuestiones inherentes al desarrollo. En el primer caso, contribuyendo a mejorar la salud pública y, en el segundo, otorgándole soporte tecnológico a un sector productivo vital para un país como Uruguay.
-¿Qué tipos de emprendimientos necesita América Latina?
Nuestra visión es que no se trata de fomentar cualquier tipo de compañía, sino aquellas verdaderamente innovadoras que tengan un impacto económico y social. Es mucho más difícil sostener un proyecto que crearlo y ese es precisamente uno de nuestros propósitos; impulsar emprendimientos que perduren y que tengan posibilidades ciertas de crecer y expandirse, incluso más allá del continente. Creemos que la región no tiene por qué copiar recetas de otras partes del mundo sino, al contrario, generar desde adentro iniciativas que puedan salir a competir al mundo. Las experiencias del presente nos muestran que ya no hace faltar estar en determinadas ciudades o países para generar ideas disruptivas y exitosas. En otras palabras, se puede ser innovador sin estar en Silicon Valley.
-¿Cuál es el estado de la innovación hoy en América Latina y el Caribe?
En términos generales, creo que podemos ser optimistas sobre el panorama de los innovadores de nuestros países. YouNoodle, una consultora especializada en el asesoramiento y monitoreo de emprendedores y cuyo CEO Torsten Kolind participará como ponente en Idear Soluciones, destaca que la participación de las start ups latinoamericanas en competencias regionales y mundiales se ha incrementado un 82% en el último año, una cifra muy por encima del aumento registrado a nivel global, que fue del 49%. Este impulso estuvo liderado por Chile, Argentina, Brasil y Perú y nos revela que hay un gran dinamismo en el ecosistema de emprendedores del continente.
-Más allá de estos avances, ¿aún falta articulación entre el sector público y el privado para promover la innovación en la región?
En la medida en que los sectores público y privado dinamicen su relación, siempre habrá mejores oportunidades para los emprendedores y, sobre todo, para su inserción en un esquema económico y productivo más macro. En lo que al BID se refiere, nosotros colaboramos con ambos sectores de América Latina y el Caribe en dos áreas que nos parecen fundamentales: por un lado, ayudamos a los gobiernos a detectar qué es lo que hace falta en materia de políticas públicas a la hora de impulsar la innovación. Por otro lado, incentivamos a los emprendedores a conectarse con las compañías privadas que ya han logrado insertarse a nivel global para que trabajen juntos y aprendan de esa experiencia.
-¿Por qué crearon el evento Idear Soluciones?
Para “empezar a abrir la puerta” y traer historias de innovación. En 2013 creamos Idear Soluciones, un movimiento para consumir y fomentar la innovación. En esta jornada conectamos a emprendedores con actores económicos, influenciadores, instituciones públicas, sectores académicos y potenciales inversores. La segunda edición de Idear Soluciones se realizará el próximo 2 de diciembre en Washington y podrá seguirse también por Internet vía streaming.
Idear Soluciones es una oportunidad excelente para contagiarse de los proyectos y el entusiasmo de otros y para absorber ideas nuevas que ya están siendo puestas en práctica. Todos sabemos que nada se consigue sin esfuerzo pero también es necesario insistir en la idea de que nada se consigue sin inspiración y que los proyectos realmente innovadores sólo surgen en contacto con otros igualmente innovadores.