El espíritu de este artículo se puede resumir en una frase: podemos tornar a un problema en oportunidad virtuosa, empecemos hoy mismo antes de que sea tarde, Argentina debe deshacer errores y volantear otra vez.
El pasado viernes había publicado en mi cuenta de Twitter lo siguiente: “A pesar de todo sigo sin concebir como escenario base un Armagedón para Argentina y lo digo a pesar de todo…”; “Otra vez más el mercado la deja picando en el área y le pregunta a Argentina: ¿querés que esto sea piso o techo?”… Todavía es posible una solución razonable, no hace falta vivir el problema como una permanente novela mexicana, si bajamos un cambio y despolitizamos el evento, un acuerdo final es claramente alcanzable pero hay que cambiar drásticamente de dirección. Dejemos de lado la mezquindad política y resolvamos el conflicto con estricto sentido económico, la República Argentina se merece este gesto de todos nuestros representantes y de la ciudadanía que también debe involucrarse y comprender la dimisión del problema.
Siempre opinan los mismos, siempre las mismas decisiones con resultado cantado: la tortuga nos moja la oreja y perdemos en el pique corto una y otra vez. Los medios de comunicación deberían comenzar a convocar a otra generación de economistas, sin el óxido de errores pasados y la persistente sanata bañada de mediocridad, hay muchas cosas por decir y no se están diciendo, informen a la ciudadanía respecto a las consecuencias de largo plazo de un default largo, no informen solamente los impactos de corto plazo. Es clave que los argentinos comprendan que los beneficios de una rápida salida del default son enormemente superiores a sus costos. Ustedes, los medios tienen la responsabilidad de elevar el nivel del debate que hasta ahora ha sido muy bajo y patético a la vez: pregunten lo que realmente importa y si no las conocen, estudien el tema en profundidad y las preguntas saldrán solas. ¡Vamos Argentina, despertate!
Argentina todavía tiene una chance de oro: revertir un problema y transformarlo en una oportunidad enorme para el largo plazo. Si tomamos la pérdida holdouts de una vez, su sola solución será el inicio de un círculo virtuoso de inversión, empleo y mejora del salario real a largo plazo. El mercado sigue esperando una decisión racional y esa es la razón por la cual los ADRs sólo están 20% debajo de los máximos y los bonos lejos están de descontar un default soberano clásico, parecería que se intenta buscar un piso en estos niveles; dependerá de la Argentina que sea piso o techo. Sin embargo, la paciencia del mercado no será eterna, Argentina debe volantear otra vez y deshacer el anuncio de cambio en la sede de pago, que es un grave error.
Me preocupa que ciertos sectores iluminados de la oposición promulguen como positivo no usar a Argentina como sede de pago sino a OTRA plaza internacional: simplemente, no entienden el problema. Cambiar de sede en Argentina, Bruselas o Júpiter es un grave error que no resuelve el dilema en el que estamos atrapados; por el contrario, lo agravará. Argentina debe ya mismo anunciarle al mundo que pagaremos a los holdouts en el preciso día en que caduquen las RUFOs: 1 de enero de 2015 y el mercado te va a esperar (prendemos una vela a la no aceleración masiva). El sólo anuncio tendrá un efecto enorme y positivo en la coyuntura económica del país y por lo tanto, en la vida de los argentinos. No pagar no es una opción, es un error auto-infligido que puede esquivarse a bajo costo. Oposición iluminada: no te confundas, no hay que ir a Júpiter a pagar, es más cerca y queda en Nueva York.
Recuerdo cuando el 16 de junio, la Corte Suprema de Justica de USA había rechazado el caso argentino; a minutos de conocerse la noticia, un periodista me preguntaba en la radio cuál era mi sensación inicial y lo primero que le contesté fue: cuidado con las RUFOs. Fui de los primeros en identificar el riesgo RUFO aun cuando por entonces muchos me decían que estaba claramente equivocado dado que para activar estas cláusulas se necesitaba voluntariedad. El riesgo RUFO ciertamente es una variable a no ignorar por lo que tiene sentido postergar el pago hasta enero 2015 dado que ya no contamos con el acuerdo privado salvador PERO ya mismo hay que enviar una señal al mercado que el default será corto y con fecha de vencimiento: 1 de enero de 2015.
Argentina se equivoca al intentar desobedecer una sentencia judicial en los Estados Unidos cambiando el lugar de pago. En vez de politizar el conflicto como se ha venido haciendo desde que colapsó el acuerdo con bancos privados, el país debería nuevamente focalizar la solución del problema con un exclusivo sentido económico. La economía ya empezó a hablar y con un dólar paralelo o dólar “blue” amagando el valor de 14,00 pesos, otro dólar “contado con liqui” sobre los 13,00 pesos y un dólar oficial bajo presión, parecería que no tiene nada bueno para anunciarnos, a esto hay que frenarlo ya mismo y se puede hacerlo.
Es clave el manejo que Argentina realice de las expectativas anunciando con total claridad que la única razón por la cual no está cumpliendo con el pago a los holdouts es por el justificado y comprensible riesgo de activación de las RUFOs. También debería anunciarle que una vez vencida esta bendita cláusula, inmediatamente cumplirá con el fallo del juez Griesa y se pondrá al día con el pago de cupones adeudados para los bonos del canje 2005/2010. Es clave en economía contemplar permanentemente tres dimensiones: incertidumbre, equilibrio general y dinámica. Es precisamente esta tríada la que la Argentina debería encauzar a su favor hoy mismo antes de que sea tarde y es sumamente posible aunque el tiempo se está terminando.
Incertidumbre: el anuncio sería muy bienvenido por el mercado sacándole presión principalmente al dólar. Recuerden cómo había colapsado el contado con liquidación mientras el mercado mantenía expectativas de un acuerdo rápido con los holdouts: llegó a cotizar debajo de los 10,00 pesos, hoy lo hace sobre 13,00. Los mercados nunca operan el presente sino lo que esperan del futuro, este sólo anuncio le sacaría muchísima presión a la coyuntura actual y se puede.
Equilibrio General: el dólar es la variable que más impacto tiene en la psicología de un argentino. Una despresurización del mismo atenuaría las expectativas inflacionarias, bajaría sustancialmente la incertidumbre evitando que un 2014 que ya será malo mute a algo peor. Argentina debe comprender que el manejo de expectativas tiene un enorme impacto en la coyuntura del equilibrio general. El dólar contaminará a todo el equilibrio, su impacto más evidente: expectativas inflacionarias, evitemos que sigan ganando gamma (aceleración) y se puede.
Dinámica: se refiere a los impactos que la decisión tendrá para el largo plazo de la Argentina. Cumplir con la sentencia de los holdouts nos revuelve el estómago a todos, en eso le doy la derecha al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Resulta patético que 7% pueda voltear al 93%, pero también es cierto que estas son las reglas a las que voluntariamente nos sometimos cuando Argentina, haciendo uso de su poder soberano, decidió elegir como sede a New York para una parte de los bonos en los canjes 2005/2010, dejemos entonces de desafiar a la ley de gravedad. Es hora de tomar la pérdida y concebir a dicha pérdida como el ejercicio de una opción que le abre las puertas a la Argentina para un financiamiento a tasas razonables que le permita recomponer su stock de capital entre otras cosas. El costo de acordar es sumamente pequeño relativo a sus beneficios, miremos el árbol, podemos transformar un problema en oportunidad.
En mi nota anterior había calculado un número que insinuaba que sólo el ahorro de intereses superaba el costo de acordar con los holdouts en un ratio de 6 a 1. Ese número claramente subestima los beneficios. Solamente si YPF pudiera financiar la enorme inversión que necesita para activar toda la potencialidad de Vaca Muerta el impacto que dicho evento tendría sobre la economía local sería ciertamente positivo y enorme. ¿Somos conscientes del potencial reactivador que sólo YPF tendría sobre la economía argentina a largo plazo? Y con esto podemos sumar a toda la economía que claramente podría beneficiarse con una inversión de largo plazo generando empleo, mejora de salario real y disminuciones de la presión cambiaria.
En este contexto se podría revertir lo que hoy es un crónico proceso de devaluación del peso argentino en uno de virtuosa apreciación. Es tan enorme el beneficio de acordar relativo a su costo que vuelvo a insistir en lo mismo: Argentina debe corregir el error de intentar cambiar la sede de pago. Argentina tiene muchísimo para ganar acordando; aunque el primer trago sea amargo es hora de tomar la pérdida antes de que este problema quede fuera de control. Y ojo, hay muy poco tiempo para pensarlo, ganémosle a la tortuga esta vez, se puede.
¿Y cómo lo pagamos? Muy fácil, utilicemos reservas por US$10.000 millones, dejá que la curva de rendimientos soberanos te ralee solita y te lleve a cotizaciones del 6%. En ese momento emití deuda bien larga a 20 años por un nocional de US$10.000 millones ¡y los holdouts son historia! y se iniciaría el primer paso de un círculo virtuoso de inversión y crecimiento al que debemos protegerlo y alimentarlo con solidez institucional. Con la sola expectativa de solución de los holdouts, semanas atrás el bono Discount llegó a rendir por debajo del 8%.
Argentina necesita más que nunca un formidable shock de confianza, comencemos a anunciarlo hoy mismo antes de que sea tarde y nos canten desacato o aceleración masiva. El problema es mucho más fácil de resolver de lo que muchos opinan, el dilema puede virtuosamente convertirse en oportunidad. Esto tiene solución razonable, mi escenario base sigue sin ser armagedónico; se puede convertir este dilema en una oportunidad virtuosa, pero queda poco tiempo y debemos volantear y corregir errores ya mismo.
*Esta columna fue publicada originalmente en Sala de Inversión.com.